Nos vemos de nuevo esta noche!!
No sé qué es lo que está pasando entre nosotros, pero me gusta, me gusta y mucho. Una vez que ingresamos al hotel, me quedo sin aire en los pulmones. Primero, porque significa que esta aventura romántica no ha terminado para nosotros. Y, segundo, porque la actitud de Denzel no ha dejado de sorprenderme. ¿En qué momento dijo que no tenía vena romántica? Sin embargo, creo que tanto romanticismo acaba de afectarle la cabeza. ¿Se ha dado cuenta del lugar al que me trajo? Me doy la vuelta rápidamente y lo miro a los ojos. ―¿Qué estamos haciendo aquí? Le pregunto con un tono de voz bajo, para que nadie más pueda escucharnos. Me quedo pasmada al verlo sonreír como si la situación no fuera preocupante. No tenemos con qué pagar algo como esto y no quiero pasar vergüenza cuando descubran que no estamos en la capacidad de darnos un lujo como este. Para la mayor de mis sorpresas, me besa y hace caso omiso a mi inquietud. ―¿Pasar la primera de muchas maravillosas noches juntos? Sus palabras n
―¿Qué te parece si dejamos de hablar y vamos directo a lo que queremos? ―mueve sus de una manera que me causa mucha gracia. Parece un chiquillo travieso―. Hay muchos lugares en esta habitación que han incentivado mi imaginación como no tienes idea. Estoy seguro de que podemos darles un buen uso. Suelto una gran carcajada que resuena por toda la habitación. Acaba de hacer polvo de un chasquido todo el romanticismo del que estaba haciendo alarde. Es un hombre muy adorable. ―Me has tenido engañada durante todo este tiempo ―menciono con un falso puchero de decepción―. Sigues siendo una bestia desalmada y sin corazón que no tiene nada de romántico. ¿Te das cuenta de que acabas de pisotear mis ilusiones? Le digo en tono de broma. Hace un chasquido con su lengua y sonríe con arrogancia. ―Te lo advertí, cariño, no tengo vena romántica ni nada que se le parezca ―comienza a moverse por la sala, hasta alcanzar el sillón y depositarme en él―. Soy tan básico como el resto de los hombres. A pes
Me escabullo de la habitación y me oculto en el baño. ¡Joder! ¿Qué rayos estoy haciendo? Me acerco al lavamanos y apoyo las palmas de mis manos en la encimera. Mantengo la cabeza baja y respiro profundo, hasta que elevo la cara y me miro en el espejo. ―¿Qué carajos, Denzel? ―me recrimino a mí mismo―. ¿Acaso te has vuelto loco? Una corriente helada recorre mi espalda y eriza cada uno de los poros de mi piel. ¿Qué es lo que me está pasando? Ella me está haciendo sentir cosas que no puedo explicar. No es la primera vez que lo percibo. Este extraño sentimiento se alojó en mi pecho desde que la conocí y, desde entonces, no ha dejado de expandirse ―¿Te das cuentas de que estás complicado las cosas? ―me recrimino a mí mismo, al mismo tiempo que me fulmino con la mirada.― ¿Dónde quedó aquel cuento de nada de flores y corazones? ―me pregunto―. ¿Te das cuenta de que esto tiene más visos de una noche romántica que una velada a la luz de la luna el día de los enamorados? ―maldigo por lo bajo―.
Me quedo pasmada con su declaración. ―¿Me estás tomando el pelo? Es lo primero que se me ocurre decir. Sé que estoy en shock y que por eso no puedo conectar mi cerebro con la lengua. Se gira sobre su silla y ahueca mi rostro entre sus manos. ―Nunca hablé tan en serio en toda mi vida, Goldie ―parpadeo una decena de veces, porque siento que lo que estoy escuchando, no es más que alguna artimaña de mi mente. ¿Cómo puedo creer en estas palabras después de las tantas veces que lo he escuchado decir que no desea comprometerse con relaciones largas y serias? ―. No me lo preguntes, cariño ―niega con la cabeza―, porque estoy tan sorprendido de esto como tú ―se relame los labios y me observa con intensidad―. Me estoy muriendo de miedo, tengo que confesártelo, es la primera vez que me lanzo en una travesía tan complicada como esta ―sonríe, antes de dejar un beso suave en mis labios―, pero me gustaría que también en esto, seas mi novedad. ¿Quieres ser mi novia oficial? No termina de decirlo c
Mi amigo me mira con suspicacia. ―Hablaremos de negocio, pero antes tienes que hablarme de lo que está pasando con esa chica ―gira su cara y observa hacia la puerta de la casa para asegurarse que ninguna está cerca para oír lo que va a decirme―. Te juro que acabas de dejarme perplejo al verte con ella en plan romántico. Ruedo los ojos y trato de cambiar el tema. ―Agradezco que hayas venido, Gonzalo ―le explico al acercarme a él―, he estado pensando al respecto de todo lo que me ha pasado y he tomado una decisión. Niega con la cabeza. ―No, Denzel, no voy a permitir que redirijas el tema de conversación ―menciona, decidido e interesado―, luego, vas me vas a dar toda la información que tengas de esa preciosa rubia de ojos azules que me ignoró como si fuera algo insignificante. Sonrío, satisfecho. ―Ángela está en una liga completamente diferente a la tuya, Gonzalo ―le digo complacido―. No es de la que llevas a la cama para pasar el rato y luego, te olvidas de ella ―niego con la ca
―¡Ver para creer! ―exclama Gonzalo, en tono divertido, cuando me ve coger cuatro packs de cervezas y meterlos al carrito de compras―, te has vuelto todo un amo de casa. Le devuelvo la sonrisa. ―Me estoy adaptando a mi nueva vida ―encojo mis hombros―, no está mal del todo, he aprendido mucho con las chicas ―empujo el carro de compras y me dirijo a la sección de los snacks―. Además, de esta manera les devuelvo el favor que ellas me hicieron ―mi amigo no para de mirarme como si fuera un bicho raro―. No sé en dónde estaría ahora si ellas no me hubieran recibido en su casa ―niego con la cabeza―. Me tendieron la mano cuando más lo necesitaba ―voy cogiendo bolsas de los anaqueles mientras le cuento la historia―. No dudaron en recibirme cuando aparecí en la puerta de su casa solicitando trabajo ―meto empaques tras otro, dentro del carro―. Ni siquiera lo dudaron, ¿puedes creerlo? Me mira desconcertado. ―Estoy a punto de creer que esto te gusta mucho más de lo que parece ―se cruza de brazos
Guardamos las bolsas con las compras en la cajuela y subimos al auto. Ninguno de los dos ha dicho nada desde lo que sucedió con aquella mujer. ―¿De quién sospechas, Denzel? ―Gonzalo es el primero en romper el silencio―. ¿Quién crees es la persona que está detrás de todo esto y qué es lo que pretende? Niego con la cabeza. ―No tengo ni puta idea, Gonzalo, pero la actitud de esa mujer deja mucho que decir ―no puedo olvidar la expresión de su rostro al percatarse de mi presencia―. Sé que ella sabe mucho más de lo que suponemos. Se me queda mirando por largos segundos. ―¡Joder, Denzel! ―exclama con asombro―. Esto es más emocionante que la persecución de Jason Bourne. Enciende el motor del auto y segundos después, se incorpora a la avenida. ―Sí ―sonrío, divertido―, de un momento a otro, mi vida se convirtió en una verdadera película de thriller ―observo el pavimento a través del cristal del parabrisas―. Las cosas se han salido de control. Cierro los ojos y apoyo la cabeza en el respa
Continuamos trabajando como si nada, hasta que escuchamos el sonido de la puerta principal al abrirse. Mi corazón comienza a bombear con todas sus fuerzas. Dejo lo que estoy haciendo y decido entrar a la casa para recibirlo. ―¡Eh! ―se queja Ángela al ver que me alejo―. ¿Ahora me dejas como plato de segunda mesa? Giro la cara sobre mi hombro y esbozo una enorme sonrisa. No he dejado de sonreír desde que este maravilloso hombre entró a mi vida. Cada segundo de mi vida, cada sonrisa, cada anochecer y amanecer, quiero pasarlos a su lado. ―Debo recibir a mi novio como se lo merece ―encojo mis hombros―. Al fin y al cabo, es la primera vez que tengo uno y quiero aprovechar todo mi tiempo con él, disfrutar de la nueva experiencia. Me mira boquiabierta y me hace una puñeta, entes de que ingrese a la casa. Con la emoción a flor de piel y la respiración agitada, camino a paso veloz hasta que llego a la cocina y lo veo entrar con los brazos cargados de bolsas. No pasan ni un par de segundos cu