Los avances en la tecnología de resolución de crímenes eran fantásticos y, entre ellos, el ADN era la carta de triunfo, el golpe final.
Y en eso estaban hoy: Takeuchi Yuuto fue por fin localizado.
Mori Hikaru recibió el día anterior, desde la policía de la prefectura de Saitama, una notificación por coincidencia con uno de los retratos que se distribuyeron desde Tokio y, aunque se encontraba en su día libre, terminó por ir al lugar solo para verificar ese hecho por su cuenta.
La conclusión fue simple: la segunda persona que aparecía en los retratos de Minato Hamilton existía, su nombre era Takeuchi Yuuto, y estaba muerto.
La policía de Saitama encontró el cuerpo metido en una bolsa de dormir, en un parque público, y con un avanzado estado de descomposición. El cadáver aún no era reclamado por nadie, porque desd
—Senpai… sobre lo que le hablé la otra vez, ¿encontró algo al respecto? —indagó el rubio, mirando hacia Nakahara.El tema se desvió, pero poco importaba.Nakahara resopló con propiedad, y llevó la cabeza a un costado.—Tengo algunos detalles y asuntos para confirmar, pero… nada concreto. Como es una investigación personal, voy más lento.Minato asintió, comprensivo.—Ya veo… está bien. —Sonrió.Nakahara detectó curiosidad en el menor, y decidió continuar:—Sin embargo, Mori-kun y yo estamos llevando todos estos progresos sobre la investigación al margen del resto de nuestro personal. —En Minato se pintó la duda y la extrañeza tras escucharlo, pues era impropio.»Tenemos sospechas de contaminación a nivel interno, es por eso.&mda
Todo parecía estarse dificultando en estos días, y Akari se sentía aislado de las situaciones. No era tonto, notaba ese aire de tensión formándose a su alrededor, y en especial en Minato, quien parecía estar ocultándole algo.Después de lo que pasó con la familia del rubio en su departamento, Minato estuvo hospitalizado hasta el sábado anterior, y después regresó a sus actividades como si nada. Desde allí, pudo comprenderlo un poco mejor.Eran obvias las razones por las que al otro no le gustaba hablar de lo sucedido; es decir, hasta él estaba teniendo problemas para lidiar con todo eso que escuchó, con su imaginación, con su mente maquinando momentos terribles que el rubio tuvo que haber vivido, el profundo trauma que generó en él.Tras preguntarle sobre lo sucedido después de su desmayo, Minato le dijo que, por intercesión
Abrió los ojos de par en par al escucharlo y tragó con dureza; ¿por qué Akari decía esas cosas?, ¿cómo era capaz de decirlas? Volvió a tragar y resopló. Pudo sentir su pulso acelerarse, y todo gracias a lo que el mayor le dijo.Nunca nadie había hablado tan bien de sus quemaduras: su primera novia prefería tener sexo en la oscuridad para no verlas, y la última le dijo con claridad que no le gustaban, por lo que jamás se quitó la camisa en su presencia.A él tampoco le gustaban, no solo por el pasado, sino por lo que representaron a lo largo de su vida.Sintió a Akari moverse y despegarse, y lo siguiente que vio fue su rostro, justo frente al suyo, y cómo lo miraba con un serenidad extraña, hasta que cortó las distancias y le plantó un beso.Y claro que correspondió en seguida, porque eran contadas las veces en
Llegó a casa entrada la noche con el firme deseo de no querer hacerlo, estaba preocupado por Minato, por su estado tras lo sucedido en su departamento instantes atrás; pero también pensaba en lo que hablaron más temprano sobre Saga Itsuki, y en cómo les diría a sus hermanas que debía invitar a un sospechoso de la muerte de sus padres, a su comida conmemorativa.Miró la hora en su reloj, más de las nueve treinta.Matsuri, después de los saludos, se levantó a calentarle la comida, en tanto el subió a cambiarse la ropa.Se deshizo del bolso, que dejó en el sillón al costado. Se quitó el saco y la bufanda, después la corbata y la camisa, y lo dejó todo de forma ordenada sobre el colchón, hasta quedar con el pecho descubierto.Deshizo el cinto de su pantalón y comenzó a quitarlos; se sentó a la orilla de la cama par
Durante todo el día, su cabeza fue un ir y venir, vueltas y vueltas sobre el mismo lugar. Tal vez por su trabajo, fue un mal día para andar sobre pensando las cosas, pero no pudo evitarlo. A lo largo de la mañana se distrajo mucho por lo que su hermano mayor le dijo la noche anterior, tratando de saber si de verdad era la mejor opción, lo mejor que todos, como familia, podían hacer. Akari les comunicó a ella y a su hermana que recibió un mensaje de Saga Itsuki, el antiguo asistente, barra protegido, barra estudiante, de su padre, preguntando por la comida conmemorativa que se haría en honor a ellos en algo más de una semana. Él les dijo que decidió ofrecerle una cordial invitación, tras considerar cómo se encontraba la situación respecto al caso de sus padres. Entonces, les contó sobre el peligro que corrían si ese hombre, al que ya no le guardaba ningún respeto o aprecio, llegaba a tener la más mínima sospecha sobre lo que ellos o la policía pensaban
A las seis de la tarde, todo en la casa se hallaba arreglado, y los invitados ya habían llegado.El último no fue otro sino el protegido de su padre, Saga Itsuki, quien se apersonó minutos atrás en compañía de un chofer (que se quedó afuera, en el auto). El castaño vestía de cerrado traje negro, con camisa blanca y corbata negra.Saga pasó varios años fuera del país, y apenas ahora regresaba. Fue en Enero cuando pisó las tierras orientales, a mediados y, según él, se quedó porque tenía varios trabajos pendientes, y asuntos que atender, producto del tiempo que pasó por fuera.Akari no le conocía ni esposa, ni hijos, pero si sabía que venía de una buena familia. En general, poseía una excelente reputación, tanto dentro, como fuera del ámbito de las artes.En la casa estaba Sagaw
—Saga… ¿por cuánto tiempo se quedará en Japón?Aún en la cena, la pregunta vino desde Akari, que todavía conservaba una parte de su comida en el plato, en tanto Minato le servía vegetales, como si nada.Saga se mostró dudoso. A estas alturas, a ojos del par de varones, él actuaba de una forma de verdad natural.—Aún no lo sé —contestó el castaño—. Antes de darme cuenta, pasé mucho tiempo fuera del país, y dejé el lugar que tenía aquí —agregó algo desencantado, y llevó la vista a su comida.»Es probable que me quede por algunos meses. Estar afuera es divertido, pero extraño este país, su cultura, su gente… la educación que tienen —confesó y sopló, achicando el mirar en la mesa.Minato asintió.—¿
Cuando tuvo la información entre sus manos, fue inevitable tener que tomar una decisión, y la pregunta llegó a su mente: ¿Valía la pena poner cosas, personas, importantes en juego, a fines de conseguir un gran resultado al final?Nakahara, en estos momentos, se encontraba entre la espada y la pared. Su amigo de tecnologías, aquel al que le había encomendado la tarea de investigar a Yamaguchi, oficial a su cargo, le envió una gran cantidad de información que lo implicaba en algo que, en términos formales, se llamaba «obtención ilegal de información».El oficial era vigilado por otro empleado de la comisaría, y se notaba tranquilo. El encargado decía que Yamaguchi no estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor, y así debería ser: ese hombre no debía darse cuenta de nada, era imperativo.El jefe se encontraba impresionado, lo admi