Alejandro detiene sus besos y se aparta de mí, pasa sus manos por su traje negro mientras yo lucho por recuperar mi aliento.
Dios nunca había experimentado un beso tan intenso como ese.
- No voy a obligarte a hacer algo que no quieras - susurra mientras saca un cigarrillo de su bolsillo junto al encendedor.
- No te amo - le soy honesta.
- Yo si - se acerca hasta donde me encuentro y toma uno de mis cabellos entre sus manos, - Me tomó tres meses enamorarme de ti como un jodido imbécil, soy patético - escupe el humo del cigarro y pasa sus manos por su cabello.
- Si me amases, disolverias el contrato - me bajo del escritorio y acomodo mi vestido.
- ¿Para que te fueras? - enarca una ceja, - Preferiría morir antes de que otro hombre te tuviera.
- Voy a cumplir igual el contrato, puse mi mi firma en ese papel, estuve de acuerdo en cumplir cada una de esas cosas. Pero no esperes que te ame.
- Eres tan sincera que duele - susurra tomandome del rostro.
- ¿Me odias por ello? - enarco una ceja.
- Me gusta - esboza una sonrisa, toma mi mano y me hace salir de la oficina.
Bajamos los escalones y encontramos a varios hombres de traje en la mesa, hay varias botellas de whisky y otras de vodka encima de esta. Alejandro se sienta en la silla principal mientras yo lo hago a su lado. Pasa sus manos por mis piernas y me dedica una sonrisa.
Los hombres que tenemos enfrente no han quitado su vista de mi escote.
- ¿Que tenemos aquí está noche? - Alejandro apaga su cigarro en el cenicero.
- Bianchi, que excelente compañía - uno de ellos sonríe y levanta su bebida mientras se la toma de un sorbo.
- La reunión se hizo por negocios, No para que coloquen sus ojos en mi mujer.
- Queremos meter unos cinco millones al negocio, las rutas que nos diste fueron de gran ayuda.
- ¿Cinco millones? ¿Con quién estoy haciendo tratos con mi abuela?
- ¿Cuanto quieres entonces? - el hombre lo reta con su pregunta.
- Dile que diez millones - susurro en su oído.
- No darán esa suma - responde entre dientes.
- Confía en mí.
- Diez millones - responde y el hombre se carcagea.
- ¿Has enloquecido hombre?, No arrisgare tanto dinero en un negocio que no se sí funcionará.
- Diez millones y rutas alternas a Roma - respondo mientras me coloco de pie.
- ¿Roma? - enarca una ceja extrañado.
- No tenemos esas rutas - Alejandro me detiene del brazo.
- Tú no, pero yo sí - investigue durante dos semanas las rutas que suelen utilizar para traficar diamantes. Estar cerca de la oficina del señor Novicov sirvió de algo. Son las mismas por las que pasan dinero.
- Habla preciosa - el hombre se acerca hasta donde estoy y me recorre con la mirada.
- Te las daré si colocas los diez millones en el negocio. Acá están - sostengo el papel cuando lo saco de mi bolso.
- Eres muy astuta, piensas en tu hombre - sonríe y acerca su mano para tocarme pero la mano de Alejandro en más rápida y lo detiene.
- Ni se te ocurra - gruñe molesto.
- ¿Que dices? ¿Los diez millones o No?
- Hecho - sonríe y le ordena a uno de sus hombres que coloque el maletín encima de la mesa.
- Buen negocio - tiro el mapa encima de la mesa.
- ¿Estas rutas....
- Las utiliza el mismísimo Lombardi - susurro mientras tomo la mano de Alejandro.
- El imbécil es el mejor en el negocio, dicen que su mujer es hermosa. Nadie sabe donde se esconde ahora. Tu mujer es la mejor Bianchi.
- Es una chica peligrosa - sus manos me acercan a él y sus labios buscan los míos, le devuelvo el beso mordiendo sus labios.
Oh si nene, soy una chica peligrosa, no debiste firmar ese contrato conmigo, porque al final la que terminará teniendo todo tu dinero seré yo.
- ¿Que ha sido eso? - sonríe.
- Disfrute el beso en el escritorio - esbozo una sonrisa y limpio el labial de sus labios.
- ¿Quieres aún así que me controle sin llevarte a mi cama? - el sonido de mi móvil hace que me retiré de allí.
Es una llamada de mi madre.
- Georgia sigue sin aparecer - responde entre lágrimas.
- No llores mamá, te aseguro que hoy mismo estará en casa.
- He sido una mala madre en dejarla sola.
- Claro que no, Georgia es la culpable, sólo causa problemas. Debe concentrarse en los estudios.
- Victoria estoy asustada, ¿Y si le paso algo?
- No lo digas en broma - Mamá sólo logra que mi miedo incremente Georgia es amante de buscar problemas. No me quiero imaginar en que más utiliza el dinero que le doy, - Descansa, te llamaré si tengo noticias.
- De acuerdo hija - mamá cuelga la llamada mientras vuelvo a meter el móvil al bolso.
La figura imponente de Alejandro aparece en mi campo de visión.
- Era mi madre - susurro limpiando las lágrimas de mi mejilla. - No hay noticias de Georgia.
- Deja de llorar por alguien que no valora lo que haces por ella - su mano limpia mi mejilla, - Mis hombres la están buscando, te prometo que la encontrarán.
- Gracias.
- Los socios se han ido, todo fue gracias a ti. ¿Porque no subes y descansas un poco?
- Quiero estar acá cuando encuentren a Giorgia.
- Te avisaré si la encuentran, por ahora descansa - me da un beso en la coronilla.
- La rosa.. era muy bonita - aprieto mis labios, tal vez Alejandro no sea un hombre tan oscuro como pienso que es.
- No se compara contigo - esboza una sonrisa y desaparece en medio del bar mientras que yo subo a su oficina y me recuesto en el sillón.
Lena aparece con una taza de té me la extiende y se hace a un lado mío.
- Lamento lo de tu hermana - apoya su mano en mi hombro, -Te he traído un té para que te sientas mejor.
- Georgia es tan rebelde... - ruedo los ojos.
- Tu hermana te tiene envidia, es lo que sucede.
- ¿Envidia?¿Qué puede envidiar de mi? Mirame, ¿crees que llevo una vida normal? No hay día en que sueñe con irme de aquí.
- Lo sé Venus, pero ella sólo ve lo que cree que es perfecto.
- Alejandro y yo casi tenemos sexo hoy - dejo a un lado mi taza de té.
- ¿Que pasó?
- No se atrevió a sobrepasarse conmigo, y ya no sé que hacer para que evite acostarme con él. Yo no lo amo.
- Él si, lo he visto está totalmente enamorado de ti.
- ¿De que sirve todo lo que me ha dado?¿ De que sirve? si no lo amo.
- Después de que pase el año podrás hacer tu vida, todo cambiará,ya verás. Te dejo sola para que descanses - Lena se levanta de allí y cierra la puerta de la oficina mientras me acuesto en el sillón, dejándome quedar dormida.
Ha comenzado a llover, puedo escuchar la lluvia caer, pero no es sólo lo que escucho, hay gritos provenientes de afuera.
- ¡Le debes una disculpa a tu hermana! - La voz furiosa de Alejandro se escucha detrás de la puerta.
Esta discutiendo con mi hermana.Me levanto del mueble y salgo de la oficina lo encuentro con la vista fija en ella. Georgia luce asustada en una de las sillas que hay allí.
- Te vas a devolver a tu casa y vas dejar de ocasionar problemas - gruñe molesto.
- ¡Georgia! - grito y me avalanzo hasta ella mientras la abrazo verificando que este bien, - Santo Dios,estas bien.
- La encontraron a punto de subir al metro.
- ¿Cómo pudiste irte y dejar a mamá sola? ¡Estas loca!
- ¡Sueltame! - me empuja a un lado, - No quiero volver a casa, quiero largarme de allí.
- Eres menor de edad, estás bajo el cuidado de mi madre.
- Si regreso a casa le diré a mi mamá la verdad, que eres la amante de un mafioso.
Mi mano golpea el rostro de mi hermana y ella pasa su mano por su mejilla.
- ¡¿Cómo te atreves a sobornarme con eso?! - grito furiosa, ya no puedo soportar que se atreva a decirme eso.
- ¡Estas loca! Me golpeaste - gruñe molesta. - Te he dicho la verdad. Eres su amante.
- Te equivocas, tu hermana no es mi amante, es mi mujer. No mereces a Victoria.
- Ya no te daré más dinero, se lo daré a mi madre, ¡si quieres dinero trabaja por el!
- Esa es mi chica - Alejandro me rodea la cintura con sus brazos, - Alaric te llevará a casa, ¿No quiero más problemas ni quejas de parte de Victoria entendido?
- Entendido - responde asustada.
- Alaric llevala a casa.
- Si señor - Alaric toma a mi hermana del brazo y bajan las escaleras me hago a un lado conteniendo mi rabia y tristeza.
- Nada de lo que ha dicho Georgia es cierto.
- ¿Podrías abrir una cuenta bancaria a nombre de mi madre?
- Lo haré. Por ahora quiero saber.. ¿de donde salió el dinero que le diste a tu hermana?
- No tiene importancia.
- ¿Lo sacaste de tus propios ahorros?
- Si, pero pienso reponerlo.
- Hemos hablado acerca de ello - suena molesto, - ¿Tienes que pagar las cagadas que hace la inútil de tu hermana?
- Falta mucho aún para ingresar a la Universidad.
- Te daré el dinero que gastaste en ella.
- No lo voy a recibir. Y no decides en mi vida tampoco, entre menos favores te deba será mejor.
- Lo haré de igual forma - me fija en la pared y pasa sus manos por mi rostro, - Haré lo que sea si se trata de ti.
- Rompe el contrato entonces, hazlo por mi - levanto mi quijada.
- Te irás, no soy estúpido.
Me safo de sus brazos y me hago a un lado. Miro por la ventana y está aún lloviendo.
- ¿Vas a irte con esta lluvia? Lo mejor es que te quedes.
Ignoro sus palabras, entro de nuevo en su oficina, me quito el adorno que tenía en mi cabello y me dejo caer sobre el mueble.
Puedo sentir sus pasos sobre la madera , abre el mini bar y saca una botella de allí.
Se acerca hasta donde estoy y se sienta en una esquina. Mientras pasa sus manos por mis cabellos y susurra.
- Te ves tan hermosa hasta dormida.
Aprieto mis párpados y me dejo caer en un profundo sueño.
***
Ha pasado una semana desde que a Georgia se le cruzo por la cabeza irse de la casa.
El señor Novicov decidió viajar a Tanzania junto a su esposa y su hijo. Ahora la mansión está sola. O bueno lo estaba hasta que Andrey llegó a cuidarla.
He tenido la suerte de no encontrarlo porque el muy perezoso sólo ha venido un día en lo que resta de semana.
- Hoy la salida es más temprano - Claire sonríe mientras se arregla el cabello.
- Así es - acomodo la cama junto a las almohadas.
- ¡Feliz cumpleaños! siento, si pensaste que lo había olvidado - saca una caja de regalo y me la entrega en las manos.
- No tenías porque gastar dinero en un obsequio Claire - quito el envoltorio y descubro un broche para el cabello en forma de pluma, - Es muy bonito - sonrío y la abrazo.
- ¿Tienes planes para hoy?
- No - niego con la cabeza,usualmente mis cumpleaños los celebro sola, mamá trabaja en el restaurante y Georgia.. bueno, a ella le da igual todo.
Y yo odio celebrar mis cumpleaños, simplemente la considero una fecha normal en el calendario.
- Bueno, yo saldré hoy con Jason, no es que me agrade en lo absoluto pero almenos no es un idiota.
- Cuidate.
Salgo de la habitación y bajo los escalones de la casa. Me encuentro a Martha en el jardín y me mira furiosa.
- ¿Tú a donde vas en las noches? - Su pregunta me deja helada.
- Yo... puedo.
- Contesta.
- Es mi madre, está algo ocupada y pidió que cuidara de mi hermana menor - ¡demonios! espero que la mentira funcione de lo contrario tendré que dejar la mansión.
- ¿Porque no lo mencionaste?
- El señor Novicov se molestaría - me encojo de hombros.
- Espero que las cosas no se vuelvan constumbre.
- Te lo aseguro - me retiro de allí y siento mi móvil vibrar en el bolsillo de mis pantalones.
Lo saco y visualizo un mensaje de Alejandro en el.
Paso por ti en unos minutos.
Me adelanto con rapidez a la casa de nuevo sunbiendo hasta mí habitación saco mi bolso y meto algunas cosas allí.
- ¿Porque demonios no mencionó nada el día anterior? - bufo molesta mientras me acomodo la camisa frente al espejo.
Luces almenos decente.
Bajo los escalones y miro para todos lados evitando que los guardias me descubran saliendo antes de mi horario.
Atravieso la puerta trasera y en mi huida choco con una figura.
Andrey.
- ¿Huyes como los gatos? - enarca una ceja.
M****a, m****a, que se quite de allí.
- Te hice una pregunta chica virginal.
¿Lo golpeo para que me deje pasar? No se que hacer...
- Tengo que irme pronto - miro a sus espaldas rezando que Alejandro no aparezca.
- ¡Hey, Hey! - me detiene cuando me ve que me voy de allí.
- ¡Sueltame!- gruño tratando de safarme de él.
- Mishenka me pidió que cuidara la casa y eso incluye a los empleados.
- No necesito que nadie cuide de mi, se cuidarme sola - lo empujo y él cae a un lado.
- ¡¿Qué coños?! ¡Espera! - grita pero lo ignoro.
Corro y visualizo el audi gris de Alejandro. Me acerco hasta este y subo en la parte del copiloto.
Suerte que los vidrios son polarizados.
- ¿Porque tanta prisa? - enarca una ceja y mira a Andrey.
- Me salte el horario - mi corazón late a mil y mis piernas tiemblan.
- ¿Quien es ese tipo? ¿Tú jefe?
- No - respondo rápidamente mientras acelera y pasa cerca de Andrey.
- Es ruso, un mafioso ruso - esboza una sonrisa.
- No lo conozco.
- Odio a los rusos, suerte que no hago negocios con ellos.
- ¿A donde vamos?¿Hay una reunión hoy? - intento cambiar el tema rápidamente.
- No, es tu cumpleaños - esboza una sonrisa.
- ¿Lo sabes?
- De algo sirvió Georgia - toma mi mano y la enlaza a la suya.
El auto conduce hasta una parte que no conozco. Un lugar alejado de allí. Una casa enorme se levanta en medio de varios árboles. Deduzco que se trata de la casa de Alejandro.
- Baja con cuidado - me ofrece su mano y me hace entrar al mansión, - En la habitación de arriba hay algo para ti.
- Yo no pedí esto.
- Lo sé - responde gracioso.
- ¿Entonces porque lo haces?
- Es una fecha especial. Almenos para mí.
Entro a la casa y veo a varias personas en la entrada, la casa luce demasiado ostentosa y con varios cuadros de Italia colgados de las paredes.
- Te espero en el jardín - me deja atrás mientras enciende un cigarrillo.
Subo los escalones hasta la habitación y descubro en esta a Lena.
- Me tiene como a tú asistente personal - ríe cuando me ve entrar, - ¡Feliz cumpleaños Venus!
- ¿Déjame adivinar.. ¿Un vestido y tacones? - señalo la bolsa.
- Corrección,un hermoso vestido azul y tacones - lo saca de allí y lo coloca encima de la cama.
Ruedo los ojos.
- ¡Ay quita esa cara! Tampoco es como si él fuera horrible.
- ¿Tienes idea de lo que ha planeado?
Lena niega con la cabeza, - No se que tenga en mente - esboza una sonrisa y me extiende el vestido, - Anda, midetelo.
Tomo el vestido en manos y me meto al baño, me quito las prendas que llevaba puestas, tiro el pantalón a un lado y me meto en el vestido azul que resalta mis ojos.
Acomodo las mangas de este a un lado de mis hombros, el vestido se entalla a mi figura. Me coloco los tacones plateados y resalto mis ojos con sombras cafés.
Salgo de allí y encuentro a Lena mirando por la ventana.
- No se ve nada, sólo está ahí parado esperando - se aleja de la ventana y se acerca hasta donde estoy pasa sus manos por mi cabello y lo acomoda, - Te ves hermosa como siempre.
- Odio mis cumpleaños - ruedo los ojos y tomo mi bolso.
- Suerte - sonríe y me acerca hasta la salida de la habitación.
Bajo los escalones y lo puedo escuchar hablando con Alaric.
- Le pediré que se casé conmigo - suena serio.
- ¿Ha enloquecido señor? - pregunta Alaric.
- Victoria es la mujer de mi vida - Sonríe y su mirada se cruza con la mía.
M****a no. Si me caso con él jamás podré realizar mi plan. Ni menos escapar, del contrato.
Alejandro se acerca hasta donde estoy, toma mi mano y sonríe, sé lo que va a decir, sé lo que me pedirá, y yo ya tengo una respuesta. - Victoria... Deseo hacerte una pregunta que viene rondando mi cabeza desde hace más de un mes. Alaric me devuelve una mirada de irritación, una mirada cargada de odio. - ¿Quieres convertirte en mi esposa? – ha sacado un estuche de terciopelo rojo que al abrirlo refleja un hermoso anillo con una piedra preciosa en el centro. - No puedo hacerlo – retiro mis manos de las suyas. - ¿Cuál es el problema? ¿es el anillo? ¿No te ha gustado? - Yo no te amo Alejandro, las personas se casan cuando se aman. - Estas equivocada no siempre es así, algunos se casan sólo por conveniencia. No siempre es por amor. - El día en que me case será por que ame a la otra persona. Alejandro guarda el estuche de nuevo en su bolsillo, esboza una sonrisa y vuelve a hablar. - Una de las cosas que
Me quedo sin hacer nada, debo pensar en una solución cuanto antes. ¿Acaso es una habilidad de los mafiosos el aparecer de la nada? - ¿Qué hace Alejandro ahí? Dios.. ¿me sigue a todos lados o que coños? - murmuro mientras saco mi móvil de mi bolsillo, a la única persona que se me ocurre llamar es a Lena. Ella es la única que me puede ayudar en estos momentos. Que esos dos hombres se encuentren, sería el último de mis deseos. Marco su número rápidamente y ella me contesta enseguida. -¿Venus? - responde del otro lado de la línea. - Necesito que hagas algo por mí - mi voz suena temblorosa.
No podía negar que desde hace mucho tiempo no me sentía así, pero no podía permitir dejar entrar en mi vida a Andrey. Lo pondría en peligro si Alejandro se enteraba. Hace mucho tiempo deje de mantener emociones en mi corazón, para ser exacta el mismo tiempo en el que firme el contrato. - No lo vuelvas a hacer, por favor - intento contener todos mis sentimientos, recordar a la mujer que algún día fui, aquella que era dulce y tierma hace mucho tiempo había desaparecido,ya no había rastro de ella. - ¿Qué sucede? ¿Porqué reaccionas así? - su mano acaricia mi mejilla y es la primera vez que un gesto de esa manera me hace sonreír internamente. Es la primera vez que me siento cómoda al lado de un hombre.
En ese instante lo que más quería con todas mi fuerzas era que Andrey se marchara, que se fuera enseguida, incluso si creía aquello que le había dicho de mí.- ¡Vete! - lo empujo a un lado mientras pasa sus manos por sus cabellos y vuelve a fijar su vista en la mía.- Entonces... si lo que me has dicho es verdad, sólo significa que no eres más que una mentirosa aparentando ser otra persona y yo sólo un estúpido que llegó a creerte.Le había mentido pero por la única razón de que se marchara del bar y no hubieran problemas, sin embargo Andrey aún seguía ahí parado sin tener la mínima intención de dejarme.
En ese momento me era imposible moverme de mi posición, mi cuerpo se negaba a ponerse de pie, mi vida se estaba trasformado en un completo tormento, jamás olvidaría aquello, jamás olvidaría el dolor que sentía en ese momento, no me refería al del mi piel con el contacto con ese metal, me refería al dolor de mi alma. Porque justo en ese instante mi alma se había roto por completo, mi vida se había ido con las ilusiones de volver a ser la misma, y me dejaba como a un cuenco vacío.- ¡Suéltala hijo de puta! - la voz de alejando resuena en ese lugar, hay hombres que lo siguen mientras corre hasta donde estoy.Estoy inmóvil sin decir una sola palabra. Estoy clavada con mi vista en el suelo viendo todo lo que está sucediendo.
Esperaba llegar a tiempo al bar y que no hubiera sucedido nada que tuviera que lamentar. Mis manos sudaban mientras estaba dentro de ese taxi.Logro tranquilizarme cuando este me deja a una calle de distancia, corro frenéticamente hasta que llego a la entrada principal del bar. La imagen de Alaric parado allí es la primera que se encuentra mi campo de visión.- No puedes entrar - me detiene con una de sus manos.¿Qué coños está diciendo?Definitivamente este hombre se había ganado un espacio en el infierno para mí, porque ya había dejado pasar muchas cosas de parte de él,ahora sólo quería golpearlo en el rostro y que se callara de una buena vez.
Son varias cicatrices que abarcan desde el inicio de su espalda hasta el final de esta justo en donde empiezan sus caderas.- ¿Qué te sucedió? – detengo el beso mientras tengo su rostro entre mis manos.- Es lo único que no voy a decir de mi pasado – de repente su mirada ha cambiado a una que refleja un estado de furia.- No parecen que te las hubieras hecho accidentalmente.- Dije que no iba a decir nada – se aleja de mi mientras toma su camisa de la arena. Mi pregunta lo ha cabreado y le doy la razón yo también reaccionaria de esa forma si alguien intentara fisgonear en mi pasado.- Es mejor regresar a casa – dice mi
Mi cuerpo claro que lo quería mantener cerca, sus caricias eran explosivas y electrizantes que me empujaban a un sitio en el que no había camino de retorno.Las hormonas me estaban destrozando y haciendo trizas.Pero no podía permitirlo, quería estar bien conmigo misma porque así podría ser capaz de ofrecerle a otra persona un sentimiento de mi parte. Uno completo y no a medias.- Andrey.. - susurro y fijo mis ojos en él-. - Te creo en lo que me dices,y también siento lo mismo cuando estoy cerca de ti, pero... hay muchas cosas aún de mí pasado que no he sanado.- Date la oportunidad de ser feliz - responde mientras mantiene mi rostro entre sus manos.