No puedo parar de reír.
Andrey se ve muy gracioso con esa licra pegada a sus gruesas piernas, así que durante tres minutos antes de que entráramos al salón de yoga, estaba riendo a mares como una foca retrasada.
- Creí que era yoga para parejas.. - frunce el ceño y su expresión es digna de admirar.
- Los cupos ya estaban llenos, suerte que me aceptaron traerte conmigo - me contengo de nuevo en no reir.
- No es gracioso, todas esas mujeres me ven extraño.
- Ay no es para tanto - le doy mi bolso y camino como si fuese un pingüino-. Iré al baño un momento.
Todo era cuestión de segundos para que uno de los dos se mostrara los dientes afilados entre sí, como dos bestias desbocadas.Tomo aire y sujeto el brazo de Andrey fuertemente.- En primer lugar tú no me das órdenes a mi - le dice Alejandro sin sonar molesto.- Me importa una mierda lo que tu digas - gruñe en respuesta él molesto.Andrey sigue discutiendo sin que el otro hombre que tengo al lado le responda algo. Creo que es la primera vez que lo veo con un aura de tranquilidad en su rostro.- Tengo algo que decir - dice Alejandro finalmente.- Ahorrate tus palabras. Siempre que apareces vie
ANDREY Me negaba a creer que esto estuviera pasando, en ocasiones nuestros peores temores se convierten en realidad. Porque justo ahora, en este mismo instante, todo es como una horrible película de horror. Victoria había perdido el conocimiento camino al hospital y yo estaba desepserado porque alguien pudira ayudarnos. Me había pasado todo el camino pensando lo peor. Asi que cuando cruzamos ese pasillo de hospital mis manos tiemblan sosteniendola, los recuerdos del pasado se cuelan en cada espacio de mi mente y me transportan a mi horrible niñez. - Vick despierta, vamos pequeña Victoria – susurro pero ella sigue allí sin moverse, corro de manera desesperada por el eterno pasillo blanco de aquel hospital
Abro mis ojos lentamente, el dolor en mi cuerpo es igual al martilleo en mi cabeza, poco a poco las cosas se hacen más claras, observo a una mujer cerca mío colocándome un medicamento.Lo último que recuerdo, es el haber tenido ese accidente y el que Andrey me estaba conduciendo al hospital porque el bebé iba a nacer.El bebé.- ¿Qué sucedió? ¿Donde está mi bebé? - es lo único que pregunto y lo único que quiero saber en este instante.- Señora.. - la mujer mira a un lado-. Su esposo será quien le diga - la mujer sale de la habitación y me deja allí con la pregunta rondando mi cabeza.
Cada hora,cada día, cada semana, una tras otra era igual para mí. No podía olvidar aún lo que había sucedido. Mi corazón se negaba a creer todo lo que paso.Supongo que en lo más profundo de mi alma trataba de hacerme la idea de que una enorme parte de mí había quedado como una pieza de rompecabezas a medio hacer.- No corras cariño - digomientraslo veo jugar con sus juguetes en el pasto.- Mami - dice él y meacercohastadondeestá.-Acáestoymi amor
Los constantes mensajes de Alejandro durante todos esos días me estaban desesperando. Los había ignorado todos, por la única razón de que no quería que existieran más inconvenientes en lo que nos involucrara a Andrey y a mí.Pero parecía que su insistencia iba más allá de eso. Debía de ser algo verdaderamente importante para que me buscará de esa manera.Subo al auto de uno de sus hombres mientras Yura me sigue en la camioneta de atrás. Andrey no estaba conmigo ya que había estado en una junta con Valerik y acostumbraba a no contestar llamadas en ese tiempo. Sin embargo Yura le informaba cada movimiento que hacia fuera de la casa.La única y exclusiva razón por la cual había aceptado aquella cita con Alejandro era porque Lena estaba allí también. Ella misma era la que me había llamado para confirmarme que estaba allí.
ANDREYHabían pasado sólo semanas desde que Victoria y yo decidimos mudarnos a la casa de la granja. Una que yo mismo me encargué de modificar. Contaba con todo lo que ella había descrito tener. Incluso tenía un lago. El mismo lago que de niño era mi lugar favorito para escapar. Ahora era el hogar de nuestra familia.Bastian ya tenía seis meses y debía admitir que eran los mejores meses que habíamos pasado en nuestras vidas.Perder a Caleb, no había sido fácil, pero veíamos a nuestro hijo como el ángel que teníamos acá para compartir tantas alegrías en nuestras vidas.No sé si he hecho un buen trabajo como padre, supongo que sí, porque cada vez que despierto en las ma&ntild
VICTORIAAcomodo uno a uno los globos de color gris en el arco de la puerta del jardín. Hoy es el cumpleaños de Andrey y quise organizar una fiesta sorpresa para él. Pero desde hace unos instantes los niños no me han dejado un segundo quieta.Bastian es muy travieso y tengo que estar alerta con él las 24 horas del días y ni hablar de las gemelas. Son unas liendresillas.- Mamá - dice mi pequeño mientras tira del pliegue de mi vestido.- ¿Que sucede cariño? - digo mientras me coloco a su altura.Él extiende sus manitas y me hace un puchero.- ¿Quieres jugar con mam&aacu
Recuerdo desde niña que las madrugadas en New York siempre han sido heladas, de pequeña mi madre y yo dormíamos en una sola cama, debido a los problemas de calefacción que presentaba nuestra casa, mi padre trabajaba en una empresa de construcción como guardia de seguridad, sus turnos terminaban en la madrugada a eso de las cinco de la mañana, su único lugar de descanso era el viejo sillón de la sala, cuando mi hermana Georgia llego al mundo las cosas cambiaron, tuvieron que comprar una cama nueva y mi madre empezó a trabajar como camarera en un restaurante cercano a nuestra casa. Y hace cinco años cuando él murió, quedamos con miles de deudas por pagar, siempre he sido muy aplicada y dedicada a mis estudios, pero cuando termine le instituto, tu