Llegué al lugar a la hora acordada, no sabia a quien buscar o por quien preguntar, así que decidí, quedarme en el coche un rato mientras aclaraba las ideas, respiré profundo, trate de calmarme y que pasara lo que pasara debia mantenerme fuerte, no podia desfallecer, tenia un motivo muy fuerte para hacerlo. Bajé del coche para cruzar la calle y entrar al restaurante, pero me detuve en mis pasos un instante, al ver que un coche se detiene justo frente restaurante, veo que de la puerta de atrás del coche baja un señor con aspecto elegante y de cara muy familiar. Al fijarme bien, observo que era el padre de Varys el que desciende del coche, se da la vuelta para abrir la puerta que da para la avenida, veo que desciende una mujer, hermosa, con rostro juvenil y fasciones exquisitas, elegante y muy bien vestida; Varys padre la toma del brazo y cruzan la puerta del restaurante. Mi corazón latía fuerte, en mi cabeza pasaban mil y unas preguntas, pero mi corazón seguía temeroso pero firme,
Esa tarde salí del hospital, llamé a mis padres para indicarles que ya había salido de la cuidad, no quería preocuparlos y mucho menos explicar nada de lo que había pasado. Como pude fui a buscar el coche de Jorge, que había quedado justo frente a aquel restaurante. Volver a ese lugar me erizada la piel, me subí al coche y me dispuse a salir de la ciudad, en el camino trate de ir en calma, pero era inevitable pensar en como Varys me engañó por tanto tiempo, siempre que estábamos juntos muy pocas veces miraba su teléfono y cuando contestaba alguna llamada siempre se apartaba un poco de mí, esa era una señal... que estúpida... nunca lo vi; que ciega fuí, el tiempo que estuvo perdido semanas quizás estuvo con ella, y su disculpa era que no podía darme todo lo que yo merecía, que se había hecho a un lado. tonta, tonta, tonta me repetía una y otra vez... Estaba envuelta en mis pensamientos cuando desperté por el sonido de mi teléfono, solo ver el nombre de la persona que me llamab
Esa noche no pude dormir, estaba inquieta, pensaba en lo que había pasado, y tampoco ayudaba el hecho de que Varys estuviera llamando casi toda la noche, me envió mensajes unos con rabia otros con dolor. Decidí bloquear su número para no recibir más nada de él. En la mañana después de mis náuseas matutinas me dispuse a ir a la cita medica que tenia pendiente. Antes de irme de aquella ciudad debía saber como estaba mí bebé. La decisión de tenerlo yo sola, era la más acertada, era sin lugar a dudas el golpe más fuerte que le daría a mis padres, sabía que los iba a defraudar, pero no tenía otra opción, Varys iba a casarse con la pelirroja, el bebé no estaba en sus planes, y aunque tampoco estaba en los míos, jamás pensaría en deshacerme de él. - ¿Y en estos días como se ha sentido? - Pregunta el doctor mientras revisa mi presión-. - Muchas emociones he tenido últimamente, pero trato de controlarme. - Respondí. - Sería bueno un poco de tranquilidad, recuerde que los primeros mes
- ¿Podemos vernos Varys? - Amor, ¿Que está pasando? - respondió confundido. - En el bar de la playa, ya salgo para allá. Colgué el teléfono, respiré hondo, me decía en mi mente, no llores, no llores, tu eres fuerte. Tenia que enfrentarlo ya. Me dispuse a vestirme y salir de casa, quería causarle dolor, con todo lo que pudiera, asi que lo primero fue vestirme para provocarlo y que viera aquel cuerpo que fue suyo y ya no lo sería más, me puse un vestido señido al cuerpo, con un escote en la espalda bastante pronunciado y delante dejaba ver un poco más de lo normal, el vestido caía y al final se iba soltando un poco, era elegante y fresco me calze unas zapatillas altas y me recogí mi cabellera café en un moño alto, me maquille suave pero elegante, tomé un bolso que fuera con la ocasión y salí a mi encuentro. Llegué al restaurante, el Hostess me identifico y me guió al lugar donde estaba Varys, mi corazón con cada paso que daba iba acelerandose más y más... volvieron las náuseas
- Ya estoy aquí, ¿ya vienes? - Sí, estoy cerca. Pude ver a Jorge desde lejos, no me había percatado que mi amigo era en realidad un hombre alto, muy guapo, con cara de niño rebelde, pero con un espíritu de hombre maduro, quizás en muchas ocasiones debí escucharlo y mí historia sería diferente. - ¿Estas bien? vienes pálida y agitada. - Pregunta Jorge. - Sí, venía con prisa, tuve un "inconveniente" antes de llegar acá. - respiré profundamente para calmarme un poco, aun estaba nerviosa por los acontecimientos con Varys y con el señor Donnybrook. Lo abracé, Jorge era un chico cálido, sentía en ocasiones que así sería tener un hermano, era dulce y muy agradable estar con él. - ¿De verdad estas bien? ¿Dime a que vino todo eso d
Llegué al hotel para recoger mis maletas y poder irme de la ciudad, ya había hablado con Clara, le había contado todo, no antes de maldecir a Varys mil veces por todo, y aceptar encantada el quedarme en su apartamento y vivir con ella, Clara era la hija mimada de sus padres y vivía prácticamente en una mansión heredada por parte de su madre, así qué tendría espacio suficiente para vivir las dos juntas y poder tener al bebé sin novedades. Al entregar las llaves en recepción, la señorita que atendía me.mira un poco incómoda, con miedo y pena. - Señorita, es que alguien la ha preguntado y la está esperando desde hace horas en el lobby. - ¿Quien? La joven mira por detrás de mí, me giro para seguir su mirada. - Varys... - pronuncié. - ¿Podemos hablar?¿Por favor? - Preguntó. Se veía cansado, quizás el trabajo y las reuniones,?¿quizás buscándome? deshice la idea de mí cabeza inmediatamente, quizás los preparativos de la boda. - ¿Qué? ¿Varys qué haces aquí? ¿Como me encontraste
- Princesa, ¿Como estás? - Muy bien, Karl - Tenemos que hablar, ¿Puedo verte? - No estoy en la ciudad, estoy en casa de una amiga, y nos vamos de viaje unas semanas. - Yo también estoy en la ciudad. Sé dónde estás. Tenemos que hablar... antes de que me vaya... quisiera verte. - ¿Qué? Su palabras me pesaron, era un poco increíble que Karl ya no iba a estar, aunque era un pesado al principio, últimamente se comportaba diferente conmigo, había intentado acercarse y ser mi amigo, y me gustaba su nueva forma de ser. Definitivamente tenía que verlo una vez más. se lo debía. Esa noche frente al espejo miré mi cuerpo desnudo, aún no se veía nada de mí embarazo, era increíble la fuerza que me daba ese pequeño ser, como al abrirse paso en el mundo me causaba tantos malestares que a la vez era él o ella revelando su presencia. No pude evitar pensar en Varys, en lo que pudo haber sido sí él supiera de este bebé, si todo sería igual o si lucharía por mí. No pude evitar pensar en l
Esa noche caminamos sin parar por las calles de la ciudad, íbamos de un punto a otro hablando de nuestros proyectos, nuestros futuros, de nuestras vidas. Karl, de un momento a otro se convirtió en otra persona diferente al conquistador, arrogante y galán superficial que conocí. Era un hombre real, con mucha sencillez y simpatía. - Eres una fiera de los negocios, te gusta eso, ¿verdad? - Pregunté mientras paramos a comprar un bebida helada. - Tengo qué, soy consciente de dónde vengo, y ser hijo unico no me da muchas opciones. Aunque al principio no quería hacerlo, prefería a las mujeres, las fiestas, el libertinaje... sabía que tarde o temprano, debía enfrentarlo... Así que me volví bueno en lo que hacía mi padre y sin quererlo lo mejoré, ahora somos una empresa mucho más grande y bueno, ya sabes el resto. - Se nota la pasión en lo que haces, eso lo admiré mucho en tí, en las reuniones eras muy apasionado. Karl sonríe orgulloso. - Imagínate esa pasión con mi pareja. - Ríe