- Princesa, ¿Como estás? - Muy bien, Karl - Tenemos que hablar, ¿Puedo verte? - No estoy en la ciudad, estoy en casa de una amiga, y nos vamos de viaje unas semanas. - Yo también estoy en la ciudad. Sé dónde estás. Tenemos que hablar... antes de que me vaya... quisiera verte. - ¿Qué? Su palabras me pesaron, era un poco increíble que Karl ya no iba a estar, aunque era un pesado al principio, últimamente se comportaba diferente conmigo, había intentado acercarse y ser mi amigo, y me gustaba su nueva forma de ser. Definitivamente tenía que verlo una vez más. se lo debía. Esa noche frente al espejo miré mi cuerpo desnudo, aún no se veía nada de mí embarazo, era increíble la fuerza que me daba ese pequeño ser, como al abrirse paso en el mundo me causaba tantos malestares que a la vez era él o ella revelando su presencia. No pude evitar pensar en Varys, en lo que pudo haber sido sí él supiera de este bebé, si todo sería igual o si lucharía por mí. No pude evitar pensar en l
Esa noche caminamos sin parar por las calles de la ciudad, íbamos de un punto a otro hablando de nuestros proyectos, nuestros futuros, de nuestras vidas. Karl, de un momento a otro se convirtió en otra persona diferente al conquistador, arrogante y galán superficial que conocí. Era un hombre real, con mucha sencillez y simpatía. - Eres una fiera de los negocios, te gusta eso, ¿verdad? - Pregunté mientras paramos a comprar un bebida helada. - Tengo qué, soy consciente de dónde vengo, y ser hijo unico no me da muchas opciones. Aunque al principio no quería hacerlo, prefería a las mujeres, las fiestas, el libertinaje... sabía que tarde o temprano, debía enfrentarlo... Así que me volví bueno en lo que hacía mi padre y sin quererlo lo mejoré, ahora somos una empresa mucho más grande y bueno, ya sabes el resto. - Se nota la pasión en lo que haces, eso lo admiré mucho en tí, en las reuniones eras muy apasionado. Karl sonríe orgulloso. - Imagínate esa pasión con mi pareja. - Ríe
Habían pasado varias semanas desde aquel encuentro con Karl, una vez llegó a Londres me informó todos los detalles del viaje y su reencuentro con viejas amistades. Siempre me sacaban una sonrisa con sus historias. De Varys me oculté lo más que pude, estuvo en casa de Clara, la cual nego mi presencia, también estuvo en casa de mis padres, los cuales estaban molestos por enterarse a través de él que había dejado el trabajo; después del disgusto me contaron como Varys había llegado a casa, desesperado por encontrarme, mi padre, que no lo terminaba de pasar, lo hech de casa; mi madre por otro lado intento ir más allá y averiguar el motivo por el qué abandoné el trabajo, Varys no supo dar explicaciones, así que más temprano que tarde tuve que ir a darlas. - Papá, ¡estaba cansada! ¡termine el proyecto y listo, Dimiti¡ - Respondí sin vacilar. - ¡Así, sin más!, ¿entonces respondeme, porqué ese "señor novio" tuyo vino a buscarte casa? Veia con cierta diversión como a padre le costab
Mi madre me miró con asombro, sin perder la compostura, me contempla y esboza una gran sonrisa. - ¡Hija!... - Las palabras no salían de su boca. - ¡Es maravilloso! - Ne abrazó. Respiré con tranquilidad, él decir a mi madre de mi estado me daba cierta tranquilidad. - ¿Ahora entiendes porqué no puedo luchar por Varys?, mamá, tengo miedo que le hagan daño a mi bebé. - Le dije asustada. - Hija... ¿Varys lo sabe?... - No mamá, es lo mejor. - Hija pero es su hijo también... - Decía mi madre con preocupación- No crees que también debería saberlo, no creo que él permita que le hagan daño a su hijo. - ¡No mamá! es mi hijo... Varys no tiene porqué saberlo, necesito de tu ayuda mamá, he tomado la decisión. ¡No me voy a retractar! ese señor puede hacerle algún daño a mi bebé y no lo voy a permitir. La abracé con desesperación, con temor, necesitaba de sus brazos para sentirme segura, mi madre sin duda era mi lugar seguro. - Hija, es tú decisión como quieres traer al mundo
El viaje llegó, ya había pasado un mes desde mi renuncia a Industrias Donnybrook y mi ruptura con Varys; todo lo que me unía a él lo habia sacado de mi vida. aunque no podia negar que pensaba seguidamente en él, en ocasiones en sueños lo encontraba, lo vislumbrarba en otras personas, era dificil pero siempre trataba de mantener la calma y controlar mis emociones. Varys había pasado a ser un fantasma, un pensamiento en el aire, una palabra. Lo amaba, de eso no había duda, su amor era doloroso, cruel, traicionero. No sabía que había pasado con él después de mi renuncia, no sabía nada, Jorge se había ido de vacaciones una vez el proyecto acabó, así que no hablábamos seguido. La última vez que hablamos me dijo que se había enterado del compromiso de Varys y aquella mujer. y ya no supe más nada, eso fue suficiente dolor, saber que siguió con su plan de matrimonio. para mí fue suficiente. *******
- ¿Y estás disfrutando tus vacaciones o estas encerrada en el hotel leyendo algun libro aburrido? - Pregunta Jorge, mientras escucho en el fondo música a gran volumen. - Estoy perfectamente, me estoy divirtiendo mucho. - Respondí. - Pensé en ir a visitarte cuando llegaras, ¿cuando vuelves? - Jorge, vamos a tardar, Clara ha hecho un itinerario extremadamente extenso. esta es solo la primera parada. - Wow, debo conocerla algún día, haber si me incluye en los planes. - Decía Jorge con burla. - Yo volveré a casa en pocos días, Natalia dice que ya se ha bronceado lo suficiente. Sonreí. - Voy a estar en casa para organizar lo del negocio, ahora seré mi propio jefe. ¡Estoy muy emocionado!. - Espero me
Inmediatamente abrí los ojos, miré mi teléfono, quería confirmar si Jorge había vuelto a llamar, pero no tenía llamadas por devolver. Medité un poco en sí era la hora, el momento, y la oportunidad de llamar, me llené de valentía, respiré profundo y llamé. Después de sonar en dos ocasiones una voz femenina casi que dormida responde. - ¿Hola? - ¿Natalia? ¿Eres tú? - Sí, sí soy yo, ¿Tú como estás? - Bien, Gracias. ... oye.. discúlpame por llamarte a estas horas, no quería molestarte pero,... - Tranquila, esta bien, no te preocupes... La voz de Natalia cambiaba a medida que hablaba- supongo que estas preocupada por Jorge... y por... él. - Mencionó. - Natalia, quería hablar contigo primero, sé que sabes lo que pasó y bueno.... quiero saber como esta Jorge. Natalia y Jorge tenían una relación muy madura y envidiable, eran novios desde hace años, se contaban todo, eran unidos pero cada uno se daba su espacio, se respetaban, pero sobre todo se amaban incondicionalmente.
Después de varios meses de receso con Clara en aquella hermosa y majestuosidad cabaña alejada del ruido y la agonía de la ciudad, era hora de partir. - Promete que nos visitaras. -Dije mientras abrazaba a aquel rubio de ojos verdes que se volvió parte de la convivencia en aquella cabaña. -. Créeme que serás más que bienvenido. - Lo prometo, deseo ver a ese bebe cuando salga de la barriga. - Respondió Kevin, tocando mi panza. - Sí es que sale, creo que he aumentado mil kilos contigo y tus comidas. - Reímos. - Te voy a extrañar. Clara subiendo las maletas al coche que nos llevaría al aeropuerto, nos observaba con una gran sonrisa. - Parece que estabas saliendo con ella y no conmigo. - Decía Clara en voz alta y con una sonrisa en su rostro-. Ven a ayudarme. Kevin se despidió finalmente y se dispuso a ayudar a su amante de verano en la ardua labor de guardar las maletas en el coche y luego la abrazo con fuerza y se fundieron en un beso. Subimos al coche y nos despedimos de