—Ese perro infiel… ¿Cómo se atreve a engañarme con una mustia de clase baja? Y yo todavía que fui a recogerlo… —Elara estaba furiosa. Había visto a Cedric con esa mujer desconocida de ropa humilde que se notaba que no era de diseñador. Necesitaba averiguar quién era esa maldita, no iba a dejar la fortuna de los diez billones en manos de una zorra miserable y pobretona.—Cariño, vine tan rápido como me has llamado, ¿Qué ocurrió? — Maximiliano llegaba casi a tropezones al elegante restaurante.—¡Papito! — dijo la pelinegra abrazándose a su padre. — Es Cedric, lo he visto con otra mujer — aseguró.Maximiliano frunció el ceño. Cedric Auritz era su última oportunidad para conseguir una fortuna incalculable…no podía permitir que terminara dejando a su hija por otra mujer. Acariciando la cabeza de su hija con frialdad, se sintió decepcionado de ella. Elara no había sido capaz de embarazarse y ni siquiera había sido capaz de retener a un hombre. No servía ni como mujer, justo igual que Elena
El aroma a comida recién casera, comenzaba a inundar cada rincón de aquel departamento de soltero del que Elara no sabía nada. Las caderas de aquella hermosa mujer, se contoneaban al ritmo de sus pequeños pasos apresurados que iban de un lado a otro para asegurarse de hacer todo bien en aquella receta. Los ojos azul zafiro de Cedric, no podían dejar de admirar a la hermosa silueta de Helen que parecía estar seriamente concentrada en lo que estaba haciendo. Aquella sensación en su pecho, era similar a una tranquilidad que no había sentido nunca, como una paz hogareña que alguna vez anheló. —Ya casi está listo, solo hay que esperar a que termine de hervir, comenzare a servir el jugo, no debes olvidar que debes de comer saludable y, por amor de Dios, no vuelvas a beber como preso en sequía, mi abuela decía que los hombres borrachos no pueden ser buenos esposos, y aunque se demasiado bien Elara Jhonson no es una divina esposa, si deberías pensar en ella un poco — Aquella mujer era hermo
Hace muchos años atrás…—Mira esto Eliam…creo que este cochecito rosa será perfecto para la niña, ¿Puedes creerlo? Dentro de unos meses finalmente nuestro sueño de ser padres se hará realidad, bendita sea tu hermana que nos prestó su vientre para poder hacer de este sueño una realidad, ¡No puedo esperar! ¿Te imaginas? Daremos largos paseos por central park cuando el clima esté bueno, y vamos a hacer de nuestra Elianna nuestra princesa, ¡Tendrá todas las muñecas que quiera tener y los vestidos más hermosos! Ya quiero tenerla entre mis brazos…será la niña más amada…la más deseada… —Aquel hermoso rostro sonriente, su mirada feliz y radiante.—Papá, dentro de unos meses, te daré una felicidad muy grande —La mirada llena de orgullo y felicidad de aquel hombre que le sonrió.—Ven amigo, brindemos por otro año exitoso, porque Next Corporation y Jhonson Corporation caminen juntos por el sendero del triunfo —El brindis del amigo que celebró con él.—Todo sería mejor si tu no estuvieras…así
—Esto solo dolerá un poco señor Gonzales. —Aquel apellido…el que la hermosa Athziri le dio junto a nueva vida, ya no lo llevaría más. El pinchazo de la aguja no le dolió, su vida entera había dolido mucho más. Había perdido a su madre cuando era solo un niño, y luego, la mujer que su padre metió en sus vidas, trajo un sin final de desgracias que lo marcaron para siempre.—Tenemos ambas muestras de ADN, apresuraremos todo como nos ha solicitado, esta misma tarde tendremos los resultados. —Asintiendo, Caleb miró a Eliam y a Joel. Estaba seguro de que las pruebas saldrían positivas, entonces, entregando un cabello de Elianna, el apuesto rubio pidió una prueba más…la confirmación de que, en efecto, Eliam Jhonson era el verdadero padre de Elianna. Al día siguiente, sería la revelación del testamento secreto, y la última voluntad de Eliezer Jhonson, y confiaba que todo se pondría finalmente en orden.En el hospital.—Señora Jhonson, se quedará internada. — decía el médico mirando con seri
—¡Como te atreves a meterte con mi hombre! ¡Eres una zorra! —Elara y Helen habían caído al suelo.—¡¿Quién demonios eres tú?! — gritó Helen tomando por los cabellos a aquella desquiciada para someterla en el suelo. El ser cinta negra desde niña, sin duda, resultaba muy útil en ocasiones como esa.Elara escupió a la cara de esa mujer, nada más y nada menos que la asistente personal de Caleb Auritz. Estaba completamente segura, aquello era un plan de Elianna para fastidiarle la vida.—¡Cedric es mi hombre! ¡Estoy embarazada de su hijo! ¡Tu solo eres su pequeña puta! ¡¿Cómo te atreves a acercarte a mi hombre!? — gritó furiosa.Helen se sorprendió al escuchar aquello. Aquella mujer loca que sometía en el suelo era la esposa de Cedric…y estaba embarazada de él. Algo dentro de ella, se quebró. Levantándose, la ayudo a levantarse. Mirándose fijamente, Elara nuevamente abofeteo a Helen en el rostro, y esta, justo después, le devolvió el favor.—No sé porque es que me está acusando de algo ta
Labios carmín, cabellos largos, castaños y sedosos, el glamour de su vestido dorado que cubría perfectamente bien aquella horrenda herida de bala y se le marcaba perfecto a su cuerpo de diosa. Sus ojos verdes lucían vivaces, extasiados en un fuego abrazador que la perfecta venganza le estaba obsequiando. Tantos años de sufrimiento, tantos años de dolor que habían culminado en la peor traición. Todo aquello, su pasado, acababa de morir. ¿Qué le deparaba su nueva vida? No lo sabía, pero Elianna estaba segura de que solo serían cosas buenas. Lo merecía.—Estas tan bella que, si no fuera porque soy homosexual, sin duda alguna querría besarte, los invitados de hoy y la prensa van a quedar fascinados con tu atuendo y tu belleza, y el color dorado, sin duda alguna, será el protagonista de la noche en ese vestido que llevas puesto, es una chulada — dijo Alexei que terminaba de maquillar a Elianna.La hermosa castaña sonrió. Su vestido era largo y le cubría perfectamente bien los hombros y la
Las fotografías no se hicieron esperar, las copas espumosas eran servidas, y la comida resultaba ser un exquisito manjar que hacía aún más amena y memorable aquella noche. Era un baile de máscaras, igual al que se ofreció en la ceremonia de inauguración de aquella elegante y exclusiva tienda que ya se había posicionado como la favorita de todo aquel que se consideraba alguien. Todos estaban a la expectativa de la nueva línea de ropa que se había hecho en colaboración con Athziri Corp., la renombrada empresa de moda mexicana que siempre estaba en el top de popularidad mundial por la calidad de sus materiales y diseños. Aquello era, en pocas palabras, muy emocionante.Elianna miraba a todos los asistentes. Ni Elena ni Elara parecían estar entre el público, pero aquello no le preocupaba en lo más mínimo; igualmente, se enterarían de todo lo que ocurriría allí. Ellas ni siquiera sospechaban que ella era realidad Afrodita, la diseñadora que ambas quisieron obtener para la muy deteriorada J
Aquel pasillo era demasiado largo.Sus pies, como jamás antes en toda su vida, se sentían pesados, y cada paso, lo sentía demasiado lento. Los segundos, se sintieron como horas, y su pecho, a punto de estallar en dolor y angustia, palpitaba lento, y al mismo tiempo, demasiado rápido. Era igual a llevar a cuestas la fría loza de la tumba de un cementerio.Era su hermano. Su hermano gemelo.Cada gota de sangre en sus venas estaba hirviendo de rabia y de miedo. Cada grito, cada pelea, y cada reproche una vez hecho entre ambos, lo hacía sentirse mareado y temeroso. No podía detenerse, y Caleb Auritz corría y no dejaba de correr entre los pasillos de aquel hospital, aunque ya le habían advertido de no hacerlo. Buscaba aquella habitación, la numero 77, allí, su hermano yacía en una cama debatiéndose entre la vida y la muerte por culpa de esa maldita mujer, Elara Jhonson.Con cada paso agitado, llegaban a él los recuerdos de una infancia que ahora mismo parecía demasiado distante. Las risas