A la mañana siguiente, estaba sentada desayunando en la mesa del comedor cuando Clark llega a casa. Llevaba la misma ropa que antes de separarnos.

Al principio intenté actuar como si no me importara.

—¿Vas a comer? — Pregunté sin mirarle mientras jugaba con mi vaso de leche usando los dedos.

—No, ya he comido de camino aquí—. Me contesta quitándose la chaqueta del traje, la cuelga en la silla y se sienta a mi lado.

Cuando se sienta, me levanto y me dirijo hacia la nevera. No sé, pero me irrita su presencia. Dijo que estaría en casa antes del amanecer, pero ¡vamos! Ya son más de las diez. Debe estar divirtiéndose que no se dio cuenta de la hora.

Abrí la nevera y no tenía ni idea de lo que iba a coger. Hice una acción sin pensar. Maldita sea. Así que, para disimular, cojo una manzana verde y la muerdo sin moverme del sitio.

Puedo sentir a Clark observando todos mis movimientos. Y probablemente puede sentir que estoy un poco distante de él.

—Entonces... ¿vas a ir al hospital? —. Trato de