—Buenas noches, ¿puedo traerles algo del bar? — Pregunta la camarera cuando se acerca a nuestra mesa.

Clark y yo decidimos cenar en un resto bar hawaiano. El lugar está en penumbra, sólo los focos del pequeño escenario iluminan todo el local. También hay una banda en directo que canta algunas canciones hawaianas que no entiendo, pero que me entretiene ver, sobre todo cuando tocan la batería. Estoy deseando ver a algunos bailarines haciendo el hola.

—Sólo danos el mejor champán que tengas—. Clark le dijo a la camarera.

Incluso la camarera lleva ropa de hola para seguir con el tema. Entonces me di cuenta de que los ojos de Clark seguían a la camarera mientras se daba la vuelta para irse haciéndome pensar que le estaba mirando el culo y no pude evitar reírme. Sin embargo, los chicos siempre serán chicos, por muy altos que sean tus estándares. Así que decidí tomarle el pelo un poco. Cruzo los dedos porque puede que acabe ignorándome.

—Está buena, ¿verdad? — También miro fijamente a la cam