Amanecí con una sonrisa en los labios, envuelta en una sensación de felicidad y tranquilidad. había tomado el tiempo para reflexionar y finalmente había llegado a una decisión importante: iba a aceptar las cosas tal como eran, incluso si mis recuerdos continuaban distorsionados. Estaba siendo obstinada al no querer aceptar lo evidente, lo que estaba justo frente a mis ojos. Era hora de dejar de resistirme y abrazar la realidad tal como se presentaba.Giré la cabeza y vi a Nikolae, mi amado esposo, durmiendo plácidamente a mi lado. Le acaricié el cabello con ternura, admirando su belleza. Su rostro se iluminó con una expresión de paz y, poco a poco, sus ojos se abrieron. Nos miramos el uno al otro con una intimidad que solo el amor verdadero puede crear. Me incliné y le di un suave beso en la frente, mientras él me correspondía con un beso dulce y cálido en los labios.— Buenos días, mi amor — dijo, con voz ronca.— Buenos días, mi vida — le respondí, sonriendo.— ¿Qué tal has dormido?
— Estoy aquí, estoy aquí — dijo él, abrazándome — No te preocupes, voy a llevarte al hospital, todo va a estar bien.Me levantó en sus brazos, consciente de mi debilitado estado. Con cuidado, me llevó al automóvil y me acomodó en el asiento trasero. Acto seguido, encendió el motor y comenzó a conducir a toda velocidad. Sin embargo, a medida que avanzábamos, parecía que el tiempo se estiraba. El tráfico se había vuelto completamente caótico, con vehículos atrapados en todas las direcciones, lo cual obstaculizaba nuestro avance. La densa contaminación del aire se volvía asfixiante, haciéndome sentir aún peor. El ruido ensordecedor de los cláxones y la agresividad de los conductores contribuían a la sensación de un entorno hostil y peligroso.— ¡Muévete, imbécil! — gritó Nikolae, impaciente, a un conductor que se interponía en nuestro camino.— ¡Cuidado, cuidado! — exclamé, asustada.— ¡No pasa nada, amor, no pasa nada! — me aseguró, esquivando un camión por un pelo. — ¡Ya casi llegamos
El cuervo me miraba fijamente con sus ojos penetrantes, como si supiera exactamente lo que estaba pensando.— ¿Qué... qué has dicho? — balbuceé, atónita.— He dicho que tengo algo que decirte — repitió el, con voz clara y firme.— ¿De qué estás hablando? — pregunté, asustada.— Estoy hablando de la realidad. La realidad que tú conoces, de la cual vengo. La realidad a la que debes volver.— ¿La realidad? — pregunté, confundida.— Allí, estás dormida — reveló el.Sentí que el corazón se me aceleraba y que el sudor empapaba mi frente. No podía creer lo que estaba escuchando. Las palabras del cuervo parecían contradecir todo lo que había asumido como verdadero. ¿Acaso estoy en un sueño dentro de otro sueño? ¿Una realidad en la que estaba dormida? Observé detenidamente al cuervo, buscando alguna señal que pudiera indicar que esto era solo una alucinación producto de mi mente. Sin embargo, su presencia era tan tangible como mi propia existencia. — No... no puede ser... — negué y mi cuerpo
Tras un profundo sueño, finalmente recuperé la consciencia en mi habitación, como era de costumbre. Con lentitud, me deshice de las cobijas y me encaminé hacia el baño para realizar mi rutina matutina. Sin embargo, al enfrentarme al espejo, una visión sorprendente aguardaba mi reflejo. Mi rostro, por alguna inexplicable razón, estaba cubierto de marcas y cicatrices que jamás antes había visto. Un escalofrío recorrió mi espalda, llenándome de confusión.— ¿Qué me ha pasado? — me dije alarmada — ¿Acaso tuve un accidente?Intrigada por lo que veía, llevé mis manos hacia mi rostro en un intento de palpar las marcas. Sin embargo, para mi asombro, no tenían textura alguna. Eran como trazos pintados meticulosamente sobre mi piel. Con la mente llena de preguntas, salí del baño y me encaminé hacia la cocina, donde Nikolae se encontraba laboriosamente preparando el desayuno. Buenos días, amor — le saludé.— Buenos días, Sun — me respondió, volteándose para verme. — ¿Has dormido bien?— Sí — me
Desesperada por encontrar respuestas, me sumergí aún más en mi investigación en línea. Mientras buscaba pruebas convincentes que respaldaran mi experiencia, me encontré con un foro de discusión donde las historias compartidas eran asombrosamente similares a la mía. Los relatos detallaban encuentros inexplicables, objetos hechos de materiales inusuales y transformaciones arquitectónicas sorprendentes. Entre los comentarios escépticos y burlones, encontré a personas que se tomaban en serio estas extrañas vivencias y estaban dispuestas a profundizar en ellas. Compartían teorías intrigantes sobre una posible conspiración global para ocultar la existencia de estas anomalías en nuestro mundo. Otros mencionaban la posibilidad de una invasión extraterrestre o incluso la existencia de portales dimensionales ocultos. Aunque las explicaciones parecían improbables y fantasiosas, la cantidad de testimonios similares y las coincidencias entre las historias compartidas no podían pasarse por alto. De
Finalmente llegamos a casa. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo con tonos cálidos y dorados. Nikolae me brindó su amable ayuda para salir del auto, ofreciéndome su brazo como soporte mientras descendía. Cruzamos el umbral de la puerta principal y entramos a la sala. Mi mirada fue atraída hacia la mesa central, donde se encontraba una carta que capturó mi atención de inmediato. Su color rojo intenso era vibrante y llamativo. Pero lo que despertó aún más mi curiosidad fue el sello de cera que adornaba el sobre, formando la letra A.— ¿Qué es esto? — preguntó Nikolae con curiosidad, mirándome fijamente.— No lo sé — dije nerviosa mientras sostenía la carta en mis manos temblorosas — Ábrela tú, por favor.Tomó la carta, abrió el sobre y extrajo el papel doblado. Sus palabras estaban escritas en una letra elegante y cursiva:"Mi querida Sunny,Me siento obligado a escribirte estas líneas, impulsado por un sentimiento avasallador de nostalgia. Eres la única persona capaz de desper
Me quedé allí en silencio, incapaz de encontrar las palabras para responder. Mi mente se encontraba en un estado de confusión, incapaz de procesar todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Sentía mi cuerpo en tensión, como si estuviera a punto de estallar. Cada pulsación de mi corazón retumbaba en mis oídos, aumentando aún más mi sensación de ansiedad y desesperación. En lo más profundo de mi ser, solo deseaba huir, dejar atrás toda esta situación compleja que me había envuelto por completo. El impulso de salir corriendo era abrumador, una forma de liberar todo el peso que llevaba encima. Sin embargo, sabía que huir no resolvería nada y solo empeoraría las cosas.— ¿No me vas a saludar? — reclamó Andrey con tono de reproche — ¿No vas a darme al menos un beso?Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al escuchar esas palabras inesperadas. La simple idea de besar a Andrey era repulsiva para mí, una idea que despertaba una profunda incomodidad en lo más profundo de mi ser. No entendía c
— ¿Qué quieres decir con todo esto? — le pregunté, con voz temblorosa — ¿Qué es lo que tengo que hacer?— Debes regresar a tu verdadera esencia.— ¿Y cómo puedo lograr eso?— Confía en tu corazón. El sabrá cuál es el camino correcto.— ¿Cuál es ese camino? — le pregunté, con ansiedad — ¿Dónde puedo encontrarlo?— Está aquí, Sunny — me dijo, señalando con su dedo índice mi frente — Aquí, en tu mente. En tu intuición y sabiduría. Solo debes abrir los ojos y veras más allá de lo visible.— Por favor, háblame con claridad. No soy una experta en resolver acertijos.— Atraviesa el portal que te conecta con tu alma.— ¿De qué hablas, cuervo? ¿Acaso existe alguna palabra mágica?— ¿Esperas que te diga, algo como "Om"? — comentó soltando una gran carcajada. — Inténtalo, quizás sea la respuesta. Cántala con entusiasmo, hasta que se abra un tercer ojo en tu frente. — añadió y volvió a reírse de mí.— Por lo menos, ¿podrías decirme hacia dónde debo ir? Necesito escapar de este lugar lo más pronto