Todo estaba en silencio y tranquilo. El foco se encontraba apagado, pero la habitación estaba iluminada por velas aromáticas. Sobre la cama, que habían vestido con sábanas blancas, se encontraban esparcidos pétalos de rosas. Junto a las almohadas, había pequeños bombones. Tomé un sobre que reposaba sobre la cama y dentro encontré una tarjeta romántica que decía "Eres mi alma gemela", con un dibujo de dos ositos color crema alzando un corazón con la frase "Por siempre" escrita dentro de el.Me quedé estupefacta, sin entender a qué se debía todo esto. De pronto, sentí unos brazos desde mi espalda rodearme la cintura, y el recuerdo de Volker besándome a la fuerza volvió a mi mente. En un rápido movimiento, me di la vuelta y lo golpeé con el bolso. Solo escuché su grito y luego lo vi sobándose la cara.— Discúlpame, Andrey — dije apenada — pero es que me has dado un susto terrible.— Lo siento, quería sorprenderte — respondió, con una mueca de dolor en su rostro.Tomó mi bolso y mis carpe
Después de lo ocurrido, me sentía sumida en una tormenta oscura y confusa. Era como si hubiera perdido una parte de mí misma, dejándome en un estado constante de miedo y alerta, convencida de que el mundo era un lugar peligroso. Andrey se había aprovechado de mi cuerpo sin ningún respeto. Me trataba como si fuera una cualquiera, golpeándome y lanzando palabras ofensivas sin cesar. Me sentía sucia, incapaz de lavar la sensación de impureza que se había arraigado en lo más profundo de mi ser.Desperté en medio de la noche, empapada en sudor y temblando, reviviendo una y otra vez la experiencia traumática. Pasé horas encerrada en la ducha, dejando que el agua caliente cayera sobre mi piel mientras intentaba deshacerme de cualquier rastro de aquel momento oscuro. Me frotaba la piel con fuerza, desesperada por eliminar cualquier recuerdo físico de esas manos que me habían lastimado. Pero, por más que me esforzara, las marcas eran invisibles y solo quedaban cicatrices internas que no desapa
Quería evitar conflictos y mantener la calma para no desencadenar la ira de Andrey. Mi estómago se retorcía en un nudo y mis manos temblaban incontrolablemente. Me obligué a respirar profundamente, intentando calmar los latidos desbocados de mi corazón que resonaban en mis oídos.Tomé la toalla y me adentré rápidamente en la ducha, tratando de simular que ni siquiera me había percatado de su presencia. Comencé a practicar una falsa sonrisa, preparándome para ofrecérsela al verlo. Tenía que esforzarme por actuar con naturalidad, como si todo estuviera bien, aunque mi interior estuviera desmoronándose.Escuché el chirrido de la puerta del cuarto abrirse. El sonido me hizo estremecer, y rápidamente cerré el grifo de la ducha, empapada y temerosa de lo que vendría a continuación. Con cautela, salí de la ducha y entré a la habitación, manteniendo mis ojos fijos en el suelo, evitando cualquier contacto visual.— Hola cariño — mi voz temblaba con timidez, apenas audible, como si temiera que
Quería evitar conflictos y mantener la calma para no desencadenar la ira de Andrey. Mi estómago se retorcía en un nudo y mis manos temblaban incontrolablemente. Me obligué a respirar profundamente, intentando calmar los latidos desbocados de mi corazón que resonaban en mis oídos.Tomé la toalla y me adentré rápidamente en la ducha, tratando de simular que ni siquiera me había percatado de su presencia. Comencé a practicar una falsa sonrisa, preparándome para ofrecérsela al verlo. Tenía que esforzarme por actuar con naturalidad, como si todo estuviera bien, aunque mi interior estuviera desmoronándose.Escuché el chirrido de la puerta del cuarto abrirse. El sonido me hizo estremecer, y rápidamente cerré el grifo de la ducha, empapada y temerosa de lo que vendría a continuación. Con cautela, salí de la ducha y entré a la habitación, manteniendo mis ojos fijos en el suelo, evitando cualquier contacto visual.— Hola cariño — mi voz temblaba con timidez, apenas audible, como si temiera que
— No me llames Sun, no somos amigas. Ni siquiera me agradas. — repliqué. Lotte me examinó de arriba a abajo con la mirada y sonrió con suficiencia. Sentí una oleada de rabia y frustración al ver su expresión triunfal. — Tampoco cometí ningún acto impúdico. No sé de dónde sacas eso. — agreguéLotte giró la pantalla de su computador y le dio play al vídeo de seguridad. En él, Volker me tomaba de la cintura apretándome contra su cuerpo, nuestras bocas se encontraban demasiado cerca mientras hablamos. Ese día, durante el altercado con Volker, no tuve en cuenta el tiempo que estuvimos en aquella incómoda situación, pero ahora que nos miraba a través del vídeo, pude notar la excesiva cantidad de minutos que estuve pegada a él.— A mí me parece una seria violación a las políticas de la empresa. — dijo Lotte alzando una ceja, señalando la pantalla del computador.— Lo puedo explicar — dije un poco nerviosa, tratando de defenderme mientras me mordía el labio inferior — fue un mal entendido. Ob
Me encontraba entre la espada y la pared. Buscaba desesperadamente una manera de darle la vuelta a la situación o me vería sepultada bajo las maquinaciones de Lotte. Pero debía actuar con cautela extrema, cosa que no había hecho hasta ahora, o si no perdería catorce años de esfuerzo laboral.Saber que Lotte tenía un romance con Elizabeth era un punto a mi favor. Pero ahora necesitaba evidencia con la cual pudiera resguardarme la espalda. Además combatir yo sola contra ambas iba a ser complicado, pero la relación con mis compañeros no era precisamente de amistad, siempre había separado el trabajo de lo personal, por ende la única potencial aliada era Samantha. Pero no me fiaba mucho de su juicio, además si la involucraba y todo salía mal, ella terminaría sufriendo las mismas consecuencias que yo.Andrey me retenía como una prisionera y me impedía moverme con libertad en mi tiempo libre. Me encontraba atrapada en mi propia casa, por lo que la idea de seguir a escondidas a Lotte sería un
Subí al auto y en el camino a casa, él comenzó a contarme sobre su trabajo y cómo se estaban dando las cosas tras la fusión. Mientras tanto, yo me perdía en el paisaje que pasaba rápidamente por la ventanilla del auto, absorta en mis propios pensamientos.— ¿Qué te parece? — me preguntó, pero sin tener idea de lo que había estado hablando, no supe qué responder.— Suena interesante — dije sin mucho entusiasmo.Él me miró con una expresión de incomodidad.— ¿Por qué no estás prestando atención? ¿Soy aburrido ahora?Aquello me irritó. Hace unos días era yo, quien había intentado hablar del tema y él me había mandado a callar. Y ahora, de pronto quiere conversarlo y esperaba que me mostrara interesada.— No, Andrey — le contesté tratando de mantener la calma. Sabía que si decía algo inapropiado me esperaba un infierno cuando llegáramos a casa. — Solo estoy agotada y preocupada por algunas cosas del trabajo que ocupan mi mente.— ¿Estás agotada para escuchar a tu esposo, pero no para ir d
Volví al sofá y comencé a recordar: Corría por la playa, como solía hacerlo de costumbre, pero esta vez no estaba sola. Andrey, quien para ese entonces era mi novio, corría a mi lado. Juntos reíamos y disfrutábamos del sol que se reflejaba en el agua cristalina, creando destellos brillantes que bailaban a nuestro alrededor; también del sonido de las gaviotas revoloteando y el suave murmullo de las olas, el cual llenaba el aire, creando una sinfonía natural que acompañaba nuestras risas. Él me tomaba la mano y saltábamos sobre las olas que rompían en la orilla.Cada grano de arena bajo mis pies parecía acariciarme la piel, recordándome lo maravilloso que es estar viva. El viento jugaba con mi cabello, liberándolo de cualquier atadura y permitiéndole sentirse libre como nunca antes. Los colores vibrantes del paisaje, el azul del cielo, el dorado del sol y el verde esmeralda de las palmeras, se fusionaban en una paleta visual que alimentaba mi espíritu.Para aquel entonces no habían preo