— No me llames Sun, no somos amigas. Ni siquiera me agradas. — repliqué. Lotte me examinó de arriba a abajo con la mirada y sonrió con suficiencia. Sentí una oleada de rabia y frustración al ver su expresión triunfal. — Tampoco cometí ningún acto impúdico. No sé de dónde sacas eso. — agreguéLotte giró la pantalla de su computador y le dio play al vídeo de seguridad. En él, Volker me tomaba de la cintura apretándome contra su cuerpo, nuestras bocas se encontraban demasiado cerca mientras hablamos. Ese día, durante el altercado con Volker, no tuve en cuenta el tiempo que estuvimos en aquella incómoda situación, pero ahora que nos miraba a través del vídeo, pude notar la excesiva cantidad de minutos que estuve pegada a él.— A mí me parece una seria violación a las políticas de la empresa. — dijo Lotte alzando una ceja, señalando la pantalla del computador.— Lo puedo explicar — dije un poco nerviosa, tratando de defenderme mientras me mordía el labio inferior — fue un mal entendido. Ob
Me encontraba entre la espada y la pared. Buscaba desesperadamente una manera de darle la vuelta a la situación o me vería sepultada bajo las maquinaciones de Lotte. Pero debía actuar con cautela extrema, cosa que no había hecho hasta ahora, o si no perdería catorce años de esfuerzo laboral.Saber que Lotte tenía un romance con Elizabeth era un punto a mi favor. Pero ahora necesitaba evidencia con la cual pudiera resguardarme la espalda. Además combatir yo sola contra ambas iba a ser complicado, pero la relación con mis compañeros no era precisamente de amistad, siempre había separado el trabajo de lo personal, por ende la única potencial aliada era Samantha. Pero no me fiaba mucho de su juicio, además si la involucraba y todo salía mal, ella terminaría sufriendo las mismas consecuencias que yo.Andrey me retenía como una prisionera y me impedía moverme con libertad en mi tiempo libre. Me encontraba atrapada en mi propia casa, por lo que la idea de seguir a escondidas a Lotte sería un
Subí al auto y en el camino a casa, él comenzó a contarme sobre su trabajo y cómo se estaban dando las cosas tras la fusión. Mientras tanto, yo me perdía en el paisaje que pasaba rápidamente por la ventanilla del auto, absorta en mis propios pensamientos.— ¿Qué te parece? — me preguntó, pero sin tener idea de lo que había estado hablando, no supe qué responder.— Suena interesante — dije sin mucho entusiasmo.Él me miró con una expresión de incomodidad.— ¿Por qué no estás prestando atención? ¿Soy aburrido ahora?Aquello me irritó. Hace unos días era yo, quien había intentado hablar del tema y él me había mandado a callar. Y ahora, de pronto quiere conversarlo y esperaba que me mostrara interesada.— No, Andrey — le contesté tratando de mantener la calma. Sabía que si decía algo inapropiado me esperaba un infierno cuando llegáramos a casa. — Solo estoy agotada y preocupada por algunas cosas del trabajo que ocupan mi mente.— ¿Estás agotada para escuchar a tu esposo, pero no para ir d
Volví al sofá y comencé a recordar: Corría por la playa, como solía hacerlo de costumbre, pero esta vez no estaba sola. Andrey, quien para ese entonces era mi novio, corría a mi lado. Juntos reíamos y disfrutábamos del sol que se reflejaba en el agua cristalina, creando destellos brillantes que bailaban a nuestro alrededor; también del sonido de las gaviotas revoloteando y el suave murmullo de las olas, el cual llenaba el aire, creando una sinfonía natural que acompañaba nuestras risas. Él me tomaba la mano y saltábamos sobre las olas que rompían en la orilla.Cada grano de arena bajo mis pies parecía acariciarme la piel, recordándome lo maravilloso que es estar viva. El viento jugaba con mi cabello, liberándolo de cualquier atadura y permitiéndole sentirse libre como nunca antes. Los colores vibrantes del paisaje, el azul del cielo, el dorado del sol y el verde esmeralda de las palmeras, se fusionaban en una paleta visual que alimentaba mi espíritu.Para aquel entonces no habían preo
Después de pasar todo el día haciendo llamadas, estaba agotada y frustrada. Solo había recibido rechazos e insultos. Sabía que Lotte y Elizabeth estarían encantadas de verme fracasar. Tuve que entregar el reporte de lo que había conseguido. El balance no me favorecía. Había llamado a más de cien negocios, y solo había conseguido dos citas y una venta. Era un fracaso rotundo, y lo sabía. Esas dos también lo sabían, y me esperaban en la oficina de Lotte con una sonrisa maliciosa.— Buenas tardes, Sunny. ¿Qué tal te fue hoy? — me preguntó Lotte con sarcasmo, apoyando los codos sobre el escritorio.— Buenas tardes, Lotte. Buenas tardes, Elizabeth. Pues... fatal, la verdad — admití, bajando la cabeza.— ¿Eso es lo único que tienes que decir? — intervino Elizabeth con tono de reproche, cruzando los brazos.— Verán, la tarea que me asignaron es imposible. Los negocios que contacté no estaban receptivos a nuestros servicios, o ya tenían otro proveedor. No pude convencerlos de que nos dieran u
Aún me encontraba nerviosa por lo que acababa de pasar, con el corazón latiendo rápidamente y la mente llena de situaciones negativas. Sin embargo, a pesar de mi estado emocional, Samantha se veía orgullosa por su acción. Observé cómo su rostro se iluminaba con una sonrisa de satisfacción, aparentemente convencida de que había hecho lo correcto.No pude contener mi reacción y me acerqué rápidamente a ella, sintiendo mi voz temblorosa por la preocupación. Le reproché en voz baja, tratando de transmitir mi desaprobación y el impacto que su acción tuvo.— ¿Estás loca? ¿Cómo se te ocurre entrar así en su oficina y soltarles eso? ¿Sabes lo que has hecho? — Sí, Sunny, sé lo que he hecho. He defendido tu honor — respondió Samantha con firmeza.— Pero Samantha, no puedes hacer las cosas de esa forma. No tienes pruebas, solo tu palabra. Ellas pueden negarlo todo, y acusarte de mentir o de querer chantajearlas. — le advertí con preocupación. — Además, Lotte es muy poderosa, puede arruinar tu c
Llegué a casa exhausta, sintiendo el peso de la tensión en mis hombros. Cerré la puerta y dejé escapar un suspiro, deseando encontrar algo de paz en mi hogar. Justo cuando me estaba quitando los zapatos, el sonido del teléfono rompió el silencio. Era Vanessa otra vez, y aunque mi primera reacción fue ignorar la llamada, decidí contestar, esperando que fuera para aclarar las cosas.— ¿Quieres continuar con tu drama? — le pregunté con cansancio.— No, Sun. Perdona mi actitud. No tengo razón para enfadarme — dijo con su peculiar voz infantil.— Está bien, nena. No discutamos por tonterías.— De acuerdo. Además, como ya no tenemos planes para hoy, decidí aceptar la invitación de Raven para pasar la noche en su departamento.Un intenso dolor me atravesó el pecho al escuchar esas palabras, como un pinchazo profundo. Estaba segura de que Vanessa era consciente de mis sentimientos por Raven, a pesar de que nunca se los había confesado. Ella me conocía mejor que nadie, sabía mis deseos y mis l
Antes de que pudiera procesar completamente lo que acababa de suceder, mi teléfono comenzó a sonar, anunciando una video-llamada entrante de Raven. Me invadieron los nervios. ¿Por qué querría verme en video?— ¡No! — grité frustrada — Estoy destruida.En ese instante, me miré apresuradamente en el espejo, ajusté mi cabello intentando que luciera lo mejor posible, rebusqué en mi mente las palabras adecuadas y respondí la video-llamada con un poco de temor y anticipación. Quería presentarme de la mejor manera posible.— Hola de nuevo — dijo él al verme. — ¿Sabías que es de mala educación dejar a las personas hablando solas? — añadió, alzando una ceja con diversión.Su cabello crespo se arremolinaba en sensuales espirales a lo largo de su rostro, todavía empapado por la ducha. La falta de una camiseta me permitió apreciar la exquisita piel bronceada y desnuda que se revelaba ante mí, avivando el fuego lujurioso que ardía dentro de mi ser.— Lo siento, no quise ser descortés — dije, sinti