Antes de que pudiera procesar completamente lo que acababa de suceder, mi teléfono comenzó a sonar, anunciando una video-llamada entrante de Raven. Me invadieron los nervios. ¿Por qué querría verme en video?— ¡No! — grité frustrada — Estoy destruida.En ese instante, me miré apresuradamente en el espejo, ajusté mi cabello intentando que luciera lo mejor posible, rebusqué en mi mente las palabras adecuadas y respondí la video-llamada con un poco de temor y anticipación. Quería presentarme de la mejor manera posible.— Hola de nuevo — dijo él al verme. — ¿Sabías que es de mala educación dejar a las personas hablando solas? — añadió, alzando una ceja con diversión.Su cabello crespo se arremolinaba en sensuales espirales a lo largo de su rostro, todavía empapado por la ducha. La falta de una camiseta me permitió apreciar la exquisita piel bronceada y desnuda que se revelaba ante mí, avivando el fuego lujurioso que ardía dentro de mi ser.— Lo siento, no quise ser descortés — dije, sinti
— Fue un gran golpe — dijo con el rostro ensombrecido.Me encontré en un dilema angustiante, sin saber qué decirle a Raven para ocultar la cruda verdad sobre el maltrato que estaba sufriendo. Busqué desesperadamente una salida, así que terminé inventando una mentira poco creíble. — Me resbalé en la ducha y fui a dar con la cara en las baldosas. — le contesté torpemente.Sin embargo, Raven percibió la falsedad en mis palabras.— ¿Sueles golpearte mucho con las baldosas? — me interrogó examinándome a fondo con su mirada.Su intuición innata le permitió detectar el engaño en mi intento de ocultar la verdad. Por ello, me sumergí un silencio incómodo.— No — murmuré, sintiendo cómo el nudo en mi garganta se contraía con mayor intensidad.— ¿También te maltratan verbalmente esas baldosas? — preguntó con delicadeza, acercándose un poco más a mí.— Sí — dije aguantando las lágrimas mientras sentía su mano cálida sobre mi hombro.Sentía cómo un nudo se formaba en mi estómago, y mi mente se ll
— Nos alegra que hayan recapacitado y reconocido su error. Pero no crean que con eso basta para olvidar su ofensa. — advirtió Lotte.— Tienen que demostrarnos su arrepentimiento y su obediencia — exigió Elizabeth sintiéndose enseñoreada.— ¿Qué quieren de nosotras? — pregunté, tratando de mantener mi actitud sumisa.— Para expiarse, tendrán que continuar haciendo las llamadas de la lista que te entregué Sunny.— ¿No hay otra forma de demostrarles nuestro arrepentimiento? — preguntó Samantha con descontento — esa es una tarea de lo más frustrante. Por favor.— Tienen que hacerlo hasta que nosotras digamos, hasta que queramos — respondió Elizabeth bruscamente. Su arrogancia caía en cascadas desde su boca.— Guarda silencio Green — le espetó Lotte con irritación. — ¿Sabes qué es frustrante Shaw? Que tengas la osadía de venir a mi oficina a gritarme y acusarme como lo hiciste ayer y luego pretender que con una disculpa queda todo solucionado. Así que si digo que harás llamadas, entonces h
Decidí llamar a Raven. Tenía la esperanza de poder conversar un rato mientras terminaba mi tarea. Su voz cariñosa me saludó al otro lado del teléfono. — Hola, Sunny. ¿Cómo has estado?— Hola, Raven — le dije con dulzura, mientras mis labios se curvaban en una sonrisa — ¿Te interrumpo?— Para nada. Me alegra que hayas llamado.— Quería disculparme por no haberte escrito antes. Aprecio tu preocupación por mí. Hoy ha sido un día agotador en el trabajo. Sigo inmersa en una tarea aparentemente imposible.— ¿Qué tarea es esa? — preguntó, genuinamente interesado.— Hacer inventario de toda la mercancía en los almacenes — confesé, dejando escapar un suspiro —. Y lo peor es que estoy sola en esto.— ¿En serio? ¿Tú sola? — exclamó, impresionado.— Si, con mucho esfuerzo y dedicación. Aunque admito que mi cuerpo no da para más.— Wow, eres increíble, Sunny — su admiración era palpable en sus palabras.— Gracias, Raven. Eres realmente dulce por decirlo — respondí, agradeciendo sus halagos desde
En medio de la espera angustiante, me examiné minuciosamente frente al espejo, perfeccionando mi apariencia y perfumándome con esmero. Los segundos se arrastraban con dolorosa lentitud, mientras mi estómago rugía con creciente intensidad, recordándome cuán desesperadamente famélica estaba.Llegó en menos tiempo de lo esperado, con una bolsa de comida en la mano. El desordenado y oscuro torrente de cabello que enmarcaba su rostro, le confería un aura de rebeldía irresistible.—Hola, Sunny — Me saludó con una sonrisa encantadora y me dio un beso en la mejilla. — Le traje su pedido.Como un susurro cósmico, su beso desencadenó una ráfaga de escalofríos que surcaron mi ser, mientras cada latido en mi pecho se convertía en el eco palpitante de un amor incendiario.— Hola, Raven — le respondí con voz dulce —. Gracias por venir.— No hay de qué, solo no olvide dejar una buena propina — dijo bromeando —. Es un placer verte. — comentó adquiriendo su habitual actitud educada y seriaBajo su int
Nos besábamos bajo el tejado, aislados del mundo por la cortina líquida que creaba la lluvia a nuestro alrededor. Me sentía emancipada, como si hubiera roto las cadenas que me ataban a una vida infeliz. Sus labios tenían el sabor de la miel y la textura del terciopelo, sus manos me exploraban con gentileza y su cuerpo me envolvía con pasión.De repente, un grito ensordecedor e iracundo nos hizo separarnos sobresaltados, buscando de dónde provenía el sonido.— ¡Sunny! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! — exclamó Andrey, quien pasaba en el auto por el lugar donde nos encontrábamos.El color se escapó de mi rostro instantáneamente. Era él. Mi marido. El hombre que me había hecho la vida imposible. El hombre del que quería escapar.Andrey bajó del auto y dando grandes zancadas se abalanzó sobre mí, con una mirada que destilaba veneno. Raven se tensó como un resorte y se plantó frente a Andrey, protegiéndome con su cuerpo.— Andrey... yo... yo puedo explicarte... — tartamudeé nerviosa.— No t
Andrey forcejeó desesperadamente para liberarse, logrando escapar del agarre de Raven. Lanzó una serie de rápidos y precisos golpes, acorralándolo. Aunque Raven intentaba defenderse, estaba en clara desventaja contra los contundentes golpes del metal.Con determinación, Raven lanzó un potente puñetazo hacia Andrey, impactándole en el rostro y dejándolo aturdido por unos segundos. Pero Andrey se recuperó rápidamente y continuó golpeando ferozmente, empujándolo contra la pared. Los golpes resonaban en el aire, provocando miedo.El cuerpo de Raven estaba lleno de contusiones y cortes, con su ropa cubierta de sangre. A pesar de ello, luchaba por mantenerse en pie, respondiendo con movimientos ágiles y contraataques estratégicos.Ambos contendientes continuaron enfrentándose con ira, generando una oleada de impotencia en mi, por limitarme a solo observar. Cada vez que Raven caía, el miedo se intensificaba, preguntándome si sobreviviría a la brutalidad de Andrey. El se negaba a rendirse, pe
Parpadeé lentamente mientras me frotaba la sien, tratando de despejar la niebla en mi mente. La habitación estaba sumergida en un silencio incómodo, solo interrumpido por el sonido de mi respiración entrecortada. Miré a mi alrededor, notando pequeños destellos de luz que se filtraban por las cortinas entreabiertas, coloreando el ambiente con tonos dorados. Me sentía adormecida y confundida, como si hubiese tenido una pesadilla.— ¿Qué... qué pasó anoche? — Me pregunté con voz débil, llevándome una mano a la boca.Una carta con una rosa reposaba delicadamente a mi lado. La tomé con manos temblorosas y leí el mensaje escrito:"Siento profundamente lo que ocurrió anoche. No fue mi intención lastimarte de ninguna manera. La ira y la frustración nublaron mi juicio y me llevaron a actuar de forma injusta. Te pido perdón de todo corazón y me comprometo a trabajar en mí mismo para asegurarme de nunca repetirlo. Eres lo más importante para mí y no hay excusa para mi comportamiento. Te ofrezco