Decidí llamar a Raven. Tenía la esperanza de poder conversar un rato mientras terminaba mi tarea. Su voz cariñosa me saludó al otro lado del teléfono. — Hola, Sunny. ¿Cómo has estado?— Hola, Raven — le dije con dulzura, mientras mis labios se curvaban en una sonrisa — ¿Te interrumpo?— Para nada. Me alegra que hayas llamado.— Quería disculparme por no haberte escrito antes. Aprecio tu preocupación por mí. Hoy ha sido un día agotador en el trabajo. Sigo inmersa en una tarea aparentemente imposible.— ¿Qué tarea es esa? — preguntó, genuinamente interesado.— Hacer inventario de toda la mercancía en los almacenes — confesé, dejando escapar un suspiro —. Y lo peor es que estoy sola en esto.— ¿En serio? ¿Tú sola? — exclamó, impresionado.— Si, con mucho esfuerzo y dedicación. Aunque admito que mi cuerpo no da para más.— Wow, eres increíble, Sunny — su admiración era palpable en sus palabras.— Gracias, Raven. Eres realmente dulce por decirlo — respondí, agradeciendo sus halagos desde
En medio de la espera angustiante, me examiné minuciosamente frente al espejo, perfeccionando mi apariencia y perfumándome con esmero. Los segundos se arrastraban con dolorosa lentitud, mientras mi estómago rugía con creciente intensidad, recordándome cuán desesperadamente famélica estaba.Llegó en menos tiempo de lo esperado, con una bolsa de comida en la mano. El desordenado y oscuro torrente de cabello que enmarcaba su rostro, le confería un aura de rebeldía irresistible.—Hola, Sunny — Me saludó con una sonrisa encantadora y me dio un beso en la mejilla. — Le traje su pedido.Como un susurro cósmico, su beso desencadenó una ráfaga de escalofríos que surcaron mi ser, mientras cada latido en mi pecho se convertía en el eco palpitante de un amor incendiario.— Hola, Raven — le respondí con voz dulce —. Gracias por venir.— No hay de qué, solo no olvide dejar una buena propina — dijo bromeando —. Es un placer verte. — comentó adquiriendo su habitual actitud educada y seriaBajo su int
Nos besábamos bajo el tejado, aislados del mundo por la cortina líquida que creaba la lluvia a nuestro alrededor. Me sentía emancipada, como si hubiera roto las cadenas que me ataban a una vida infeliz. Sus labios tenían el sabor de la miel y la textura del terciopelo, sus manos me exploraban con gentileza y su cuerpo me envolvía con pasión.De repente, un grito ensordecedor e iracundo nos hizo separarnos sobresaltados, buscando de dónde provenía el sonido.— ¡Sunny! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! — exclamó Andrey, quien pasaba en el auto por el lugar donde nos encontrábamos.El color se escapó de mi rostro instantáneamente. Era él. Mi marido. El hombre que me había hecho la vida imposible. El hombre del que quería escapar.Andrey bajó del auto y dando grandes zancadas se abalanzó sobre mí, con una mirada que destilaba veneno. Raven se tensó como un resorte y se plantó frente a Andrey, protegiéndome con su cuerpo.— Andrey... yo... yo puedo explicarte... — tartamudeé nerviosa.— No t
Andrey forcejeó desesperadamente para liberarse, logrando escapar del agarre de Raven. Lanzó una serie de rápidos y precisos golpes, acorralándolo. Aunque Raven intentaba defenderse, estaba en clara desventaja contra los contundentes golpes del metal.Con determinación, Raven lanzó un potente puñetazo hacia Andrey, impactándole en el rostro y dejándolo aturdido por unos segundos. Pero Andrey se recuperó rápidamente y continuó golpeando ferozmente, empujándolo contra la pared. Los golpes resonaban en el aire, provocando miedo.El cuerpo de Raven estaba lleno de contusiones y cortes, con su ropa cubierta de sangre. A pesar de ello, luchaba por mantenerse en pie, respondiendo con movimientos ágiles y contraataques estratégicos.Ambos contendientes continuaron enfrentándose con ira, generando una oleada de impotencia en mi, por limitarme a solo observar. Cada vez que Raven caía, el miedo se intensificaba, preguntándome si sobreviviría a la brutalidad de Andrey. El se negaba a rendirse, pe
Parpadeé lentamente mientras me frotaba la sien, tratando de despejar la niebla en mi mente. La habitación estaba sumergida en un silencio incómodo, solo interrumpido por el sonido de mi respiración entrecortada. Miré a mi alrededor, notando pequeños destellos de luz que se filtraban por las cortinas entreabiertas, coloreando el ambiente con tonos dorados. Me sentía adormecida y confundida, como si hubiese tenido una pesadilla.— ¿Qué... qué pasó anoche? — Me pregunté con voz débil, llevándome una mano a la boca.Una carta con una rosa reposaba delicadamente a mi lado. La tomé con manos temblorosas y leí el mensaje escrito:"Siento profundamente lo que ocurrió anoche. No fue mi intención lastimarte de ninguna manera. La ira y la frustración nublaron mi juicio y me llevaron a actuar de forma injusta. Te pido perdón de todo corazón y me comprometo a trabajar en mí mismo para asegurarme de nunca repetirlo. Eres lo más importante para mí y no hay excusa para mi comportamiento. Te ofrezco
Al llegar al trabajo, me dirigí a la oficina de Lotte. Su mirada curiosa se encontró con la mía mientras sostenía la carpeta con el reporte en mis manos. Con paso firme y confiado me acerqué a su escritorio y extendí la carpeta hacia ella, sabiendo que había completado el inventario de manera impecable. Lotte pareció sorprendida ante mi actitud. Frunciendo el ceño y apretando los labios, tomó la carpeta de mis manos y comenzó a revisar detenidamente el reporte. Sus ojos escudriñaron cada página con meticulosidad, buscando cualquier error u omisión.Después de unos momentos de tensión, Lotte finalmente apartó la mirada de la carpeta y me miró directamente.— ¿Cómo lo hiciste? — me preguntó, con voz áspera, intentando intimidarme.Esas palabras sonaron en mi mente como si dijera: "¡No puedo creerlo! Todo está perfecto, sin errores ni omisiones. Has realizado un trabajo excepcional". Un torrente de orgullo y satisfacción recorrió mi ser al escucharla. Saber que mi dedicación había dado f
Me sorprendió gratamente saber que Raven había venido hasta aquí. Sus acciones demostraban que estaba bien y, además, que se preocupaba por mí. El corazón se me aceleraba al pensar en él, en cómo me sentía al verlo y en lo importante que era para mí. Sentí una fuerte necesidad de disculparme por la vergonzosa escena de la noche anterior y agradecerle por su preocupación. Quería expresarle mi arrepentimiento por haberlo abandonado en aquella situación tan penosa. Sabía que había cometido un error.Sin embargo, al intentar llamarlo, no obtuve respuesta. Me invadió una sensación de ansiedad y preocupación. Seguramente estaba enojado conmigo y no quería hablar. No podía culparlo por eso; mis acciones lo habían decepcionado y entendía que necesitara tiempo para procesar todo. Solo deseaba que algún día pudiera perdonarme y pudiera darme la oportunidad de explicarme.Después de asegurarme de completar mi trabajo sin contratiempos, finalmente, a las 2:45 PM, llegué al final de mis tareas. Lo
Al salir de la oficina, decidí hacer un último intento por comunicarme con Raven. Tomé mi teléfono y marqué su número, pero una vez más fui enviada directamente al buzón de voz. Sentí un nudo en el estómago y una sensación de ansiedad se apoderó de mí. Necesitaba verlo, necesitaba saber que estaba bien. Con el corazón en la mano, tomé una decisión arriesgada. Me dirigí hacia su departamento, esperando encontrar respuestas y tranquilidad en su presencia. Llegué frente a la puerta y, casi instintivamente, levanté la mano para tocar el timbre. Esperé unos momentos, pero el silencio fue la única respuesta que obtuve. Tocar un par de veces no parecía suficiente para despertar cualquier indicio de vida en el otro lado. La incertidumbre me carcomía mientras permanecía frente a la puerta cerrada, esperando a que alguien respondiera.— Si buscas a Bran, no se encuentra — escuché decir a una voz femenina proveniente detrás de mí.Con curiosidad, me giré para encontrarme con una figura esbelta e