Me desperté aquella mañana con una mezcla abrumadora de ansiedad y determinación. Apenas lograba calmar los nervios que me recorrían. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que pisé la oficina, tanto que, regresar al trabajo me parecía una tarea titánica, casi insuperable. Sin embargo, sabía que no podía dejar que el miedo me paralizara. Era hora de enfrentar nuevamente al mundo exterior.Mientras me vestía con mi peculiar atuendo ejecutivo, un conjunto que había elegido cuidadosamente para transmitir confianza y profesionalismo, mi teléfono vibró sobre la mesa. Era un mensaje de Samantha."6:40 AM - Samantha: Tú puedes con esto, Sunny. No estás sola".Sus palabras resonaron en mi mente como un mantra, un pequeño empujón que me recordaba que, a pesar de las adversidades que había enfrentado, no tenía que cargar con este peso en soledad. En un rincón de mi corazón, sentía una oleada de gratitud hacia ella por estar al pendiente de mí. Con ese pensamiento en mente, me apresuré a
Después de nuestra breve charla, me senté en mi escritorio y encendí el computador. La pantalla cobró vida y, de repente, me encontré frente a una montaña de correos electrónicos y notificaciones que se habían acumulado durante mi ausencia, como si cada uno de ellos estuviera gritando "¡mírame!". Tomé un sorbo de café, disfrutando su sabor, mientras intentaba ponerme al día con todo lo que había quedado pendiente.Las tareas se amontonaban como si fueran un rompecabezas que necesitaba resolver. Así que me sumergí en la lectura, tratando de encontrar el ritmo adecuado para recuperar la normalidad de mi trabajo, que ahora se sentía un poco extraño.Decidí enviar un correo a todos mis compañeros:"¡Buenos días, equipo! Estoy de vuelta y lista para retomar mis responsabilidades. Si hay algo urgente que necesite mi atención, no duden en decírmelo."Mientras esperaba las respuestas, un ligero cosquilleo de anticipación me recorrió la espalda. Abrí el calendario y eché un vistazo a las reuni
Nos dirigimos al lugar, donde el ambiente era relajado. El aroma del café recién hecho y los pasteles recién horneados llenaban el aire. Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, donde se disfrutaba de la vista del jardín exterior, un pequeño oasis verde que se lograba ver a pesar de que estábamos a unos cuantos pisos de altura.— Entonces, ¿cuáles son esos chismes que me prometiste? — pregunté con curiosidad.— Bueno, prepárate... — Samantha hizo una pausa dramática. — ¿Recuerdas a Mark del departamento de finanzas?— Sí, claro. ¿Qué pasa con él?— Resulta que ha estado saliendo con alguien del equipo de "TI". ¡Y nadie lo sabía hasta ahora! — Samantha soltó una risa.— ¿Quién es la afortunada?— Es Lisa, la nueva analista de datos. Al parecer, han estado manteniendo su relación en secreto para evitar rumores en la oficina. Pero eso no es todo... Parece que Mark no es tan inocente como pensábamos. — Samantha bajó la voz, inclinándose hacia Sunny. — Se rumorea que también ha estado
Después de la cena, nos trasladamos al sofá, con las copas de vino en mano. La atmósfera se tornó más íntima, y la conversación, que había comenzado de manera ligera, se fue adentrando en territorios más profundos y personales. Sentí que era el momento perfecto para abrirme por completo con Samantha. Necesitaba liberar todo lo que llevaba dentro, como si las palabras finalmente encontraran su camino hacia la luz.Así, con cada sorbo de vino, comencé a compartir mis pensamientos y sentimientos más ocultos. Finalmente, me encontré narrándole mi vida, incluso mi aventura con Raven, un capítulo complicado que aún me pesaba en el corazón. Le conté cómo comenzó todo, la intensidad de aquellos momentos y, sobre todo, cómo había terminado nuestra relación, dejando un vacío que aún resonaba en mí.— Querida, he estado pensando... ¿has considerado hablar con un terapeuta? Has pasado por mucho, y podría ayudarte a procesar todo lo que has vivido — sugirió.— Lo he tenido en mente, pero no estoy
Después de una ducha rápida que revitalizó mi ser y un desayuno ligero, me dispuse a vestirme para enfrentar un nuevo día laboral. Opté por un conjunto que equilibraba la comodidad con un aire profesional; elegí una blusa suave que acariciaba mi piel y unos pantalones que me brindaban libertad de movimiento. Quería sentirme segura y preparada, lista para afrontar los desafíos que me aguardaban en la jornada. Antes de salir, me tomé un instante para revisar mi teléfono, con la esperanza de que Raven hubiera respondido. Sin embargo, al ver que no había novedades, decidí no permitir que esa incertidumbre empañara mi ánimo. Era un día nuevo, lleno de posibilidades, y no quería que una falta de comunicación me desanimara.Al abrir la puerta de mi apartamento, el aire fresco de la mañana me envolvió como un abrazo renovador. La brisa suave acariciaba mi rostro, trayendo consigo el aroma de la tierra húmeda y las flores que comenzaban a despertar bajo el cálido sol. Caminé hacia la estación
Pasaron varios días en un silencio inquietante, y empecé a cuestionar mis suposiciones; quizás Raven había decidido distanciarse, o tal vez simplemente no deseaba hablar conmigo. La incertidumbre se apoderaba de mí, alimentando una ansiedad que crecía con cada minuto sin noticias. Sin embargo, una tarde, mientras me sumergía en la revisión de unos documentos, el sonido familiar de mi teléfono sonó, rompiendo la monotonía del momento. Con el corazón acelerado, miré la pantalla y allí estaba: un mensaje de Raven."3:47 PM - Raven: Hola, Sunny. Lamento no haber contestado antes. Si, podemos hablar. ¿Te parece bien mañana por la tarde en el bar donde solíamos ir?".Al leer sus palabras, sentí un nudo en el estómago que se entrelazaba con una chispa de esperanza. La posibilidad de reencontrarnos, de desentrañar el silencio que nos había separado, encendió una mezcla de nerviosismo y expectativa en mí. Así que, sin dudarlo, respondí rápidamente:"3:49 PM - Sunny: Sí, me parece bien. Nos vem
— Entiendo completamente tus dudas. Y tienes todo el derecho a sentirte así después de lo que pasó. Quiero que sepas que mis sentimientos por ti son reales. No eres solo una aventura para mí — dije, tratando de mantener la voz firme. — Me importas de verdad y quiero que formes parte de mi vida a largo plazo.— Entonces, ¿por qué reaccionaste de esa manera? — preguntó, con su voz era un susurro lleno de un dolor reprimido.— Estaba pasando por un momento muy difícil y, en lugar de enfrentar mis propios problemas, buscaba desesperadamente a quien hacer responsable. Fue injusto y cruel, y lo lamento profundamente — admití, y las lágrimas finalmente comenzaron a caer. — No hay excusa para mi comportamiento, pero quiero que sepas que estoy trabajando en mí misma para no volver a cometer los mismos errores.— Está vez, necesito ver acciones, no solo palabras — dijo Raven, esbozando una pequeña sonrisa que sus ojos no compartían. — Las palabras sin hechos no son más que ruido.Mis palabras,
Mientras caminaba de regreso a mi escritorio, no podía evitar preguntarme para qué me había interrumpido por semejante tontería. ¿De verdad necesitaba llamarme solo para decirme eso? Su supuesta amabilidad y preocupación me daban mala espina; algo no cuadraba. Me asaltaba la duda sobre qué estaba tramando esta vez.Decidí dejar esos pensamientos de lado y concentrarme en mi trabajo. No podía permitirme distracciones, especialmente con ella vigilando cada uno de mis movimientos como un halcón. Así que tomé una respiración profunda, traté de despejar mi mente y me sumergí en mis tareas, recordando que mi enfoque debía estar en lo que realmente importaba.— ¿Qué te dijo esta vez? — preguntó Samantha, levantando una ceja y cruzando los brazos con una expresión de exasperación.— Solo me recordó que no podemos permitirnos distracciones. Nada nuevo — respondí, rodando los ojos y soltando un suspiro.— Ugh, qué pesada. No dejes que te afecte. Sabes que eres buena en lo que haces.— Intentaré