La mujer suspiró y se giró, llamando a Raven. Unos segundos después, él apareció en la puerta, con una expresión de sorpresa y algo de incomodidad.— Sunny, no esperaba verte — dijo, rascándose la nuca.— Hola, Raven. Necesitaba hablar contigo. ¿Es un mal momento? — pregunté, tratando de mantener mi voz firme.Él miró hacia el interior del apartamento y luego de nuevo hacia mí.— No, está bien. Pasa — contestó, abriendo la puerta por completo.Entré al departamento y, de inmediato, noté a la mujer sentada en el sofá, como si estuviera en su propia casa, absorta en su teléfono. Mis ojos no podían evitar lanzarle una mirada que podría haber sido descrita como "asesina", llena de preguntas y una pizca de celos. Era como si ella hubiera tomado posesión del lugar, y eso me incomodaba. La situación se sentía tan fuera de lugar que me preguntaba si debería haber tocado la puerta en primer lugar. Pero aquí estaba, tratando de descifrar la dinámica entre ellos.— ¿Podemos hablar en privado? —
Caminé sin rumbo por las calles, tratando de calmar aquella extraña sensación de celos que me recorría como un viento helado. Finalmente, encontré un pequeño banco en un parque, me senté y dejé que las lágrimas fluyeran libremente. La imagen de Raven con otra mujer había sido la gota que colmó el vaso.Después de un rato, con la tristeza aun pesando en mi pecho, decidí llamar a Samantha. Necesitaba hablar con alguien que pudiera entenderme, y Samantha... bueno, era Samantha.— Hola, Sam. ¿Tienes un momento? — dije con la voz quebrada.— Sunny, claro que sí. ¿Dónde estás? — respondió ella, preocupada.— Caminando. ¿Puedo ir a tu departamento?— Claro. Te estaré esperando.Colgué el teléfono y comencé a caminar hacia el departamento de Samantha. El trayecto me pareció eterno, pero finalmente llegué. Ella abrió la puerta antes de que pudiera tocar el timbre.— Entra, Querida. ¿Qué ha pasado? — preguntó, guiándome hacia el sofá.— Lo vi, Sam. Vi a Raven con otra mujer — dije entre sollozo
Los días siguientes se convirtieron en un torbellino de tensión palpable. Las miradas furtivas y los murmullos en la oficina eran como un ruido de fondo constante, un murmullo que se intensificaba con cada jornada. Se decía, casi a voces, que yo podría ser una mejor gerente que Lotte, y esa comparación, aunque halagadora, se sentía como una pesada losa sobre mis hombros. La presión aumentaba, y a veces me preguntaba si todos estaban esperando que cometiera un error. A pesar de todo, decidí mantenerme firme, enfocada en mis tareas y en demostrar que estaba a la altura del desafío. Sin embargo, la calma antes de la tormenta no duró mucho; pronto, el conflicto que se había estado gestando estalló con una fuerza inesperada.Un día, mientras trabajaba, Lotte se acercó a mi escritorio con una expresión severa.— Van Der Veer, necesito que entregues este informe antes del final del día — dijo, dejando caer un montón de documentos sobre mi escritorio.— Pero, Lotte, ya estoy trabajando en otr
Las siguientes semanas fueron intensas y llenas de desafíos. Lotte y yo nos reuníamos constantemente para planificar cada aspecto de la campaña de marketing, desde el diseño visual hasta la estrategia de lanzamiento. A pesar de nuestras diferencias pasadas, comenzamos a encontrar un ritmo de trabajo que parecía funcionar. Poco a poco, la tensión entre nosotras se fue disipando, y nuestras conversaciones se tornaron más fluidas y productivas. O al menos eso parecía a simple vista.Sin embargo, en ocasiones, notaba que Lotte parecía querer sabotear nuestros esfuerzos de manera sutil. Era como si una sombra de desconfianza se interpusiera entre nosotras. Cambiaba detalles importantes en el último momento, como si lo hiciera a propósito, desestabilizando el progreso que habíamos logrado. En algunas reuniones, me dejaba sin la información crucial que necesitaba para avanzar, y eso comenzó a generar fricciones nuevamente. Con cada pequeño tropiezo, la ilusión de que todo marchaba bien se de
Por fin era mi día de descanso. Me paseaba de aquí para allá en ropa cómoda, disfrutando de la libertad que ofrecía un domingo sin compromisos. Me preparé una taza de café caliente, el aroma envolvente llenaba la cocina, y luego me acomodé en el sofá con un libro que había estado esperando leer desde hacía tiempo.Me sumergí en las páginas de aquella obra literaria, dejando que la historia me transportara a otro mundo, lejos de los problemas y tensiones del trabajo.De repente, mi teléfono vibró, rompiendo el hechizo de la narrativa. Miré la pantalla y vi un mensaje de Raven. Mi corazón dio un vuelco al ver su nombre; era una mezcla de emoción y nerviosismo. Dudé por un momento antes de abrir el mensaje, preguntándome qué podría querer."3:37 PM - Raven: Hola, Sunny. Sé que las cosas han sido difíciles últimamente. Quería saber cómo estás y si podemos hablar. Me gustaría explicarte lo que pasó aquella vez. Por favor, dame una oportunidad para aclarar las cosas."Sentí una mezcla de em
Un hombre de mediana edad, elegante, atractivo y de porte ejecutivo entró al departamento de ventas. Se dirigió directamente hacia la oficina de Lotte. Miró a su alrededor, pero ella no estaba en su oficina, ya que se encontraba en una reunión importante.Lo observé de pie, esperando pacientemente, pero nadie se acercaba a atenderlo. Movida por la curiosidad, me levanté de mi escritorio y me dirigí hacia él.— Hola, ¿puedo ayudarte en algo? — pregunté con una sonrisa amable.— Sí, gracias. Estoy buscando a Lotte Visser. Teníamos una reunión programada, pero parece que no está aquí— Lotte y su asistente están en una reunión en este momento, pero puedo avisarle que has llegado. ¿Puedo saber tu nombre y el motivo de la reunión?— Claro, mi nombre es Sean Visser. Soy un consultor independiente. Teníamos una reunión para discutir algunos proyectos a futuroAsentí, tomando nota mentalmente. Aunque me sorprendió un poco oír que compartía el mismo apellido que Lotte. Quizás eran parientes ce
Recibí una respuesta de Sean. Aceptaba reunirse conmigo en un café cercano a la oficina el viernes por la tarde. Era mi oportunidad para exponer la verdad y poner fin a las manipulaciones de Lotte.El dia llegó y me dirigí al café con anticipación. Llegué unos minutos antes y encontré una mesa en un rincón tranquilo. Poco después, vi a Sean entrar y dirigirse hacia mí con una sonrisa amable.— Hola, Sunny. Gracias por invitarme a esta reunión — dijo, estrechando mi mano.— Gracias a ti por aceptar, Sean. Por favor, siéntate — respondí, señalando la silla frente a mí.Nos sentamos y pedimos unas bebidas. Después de unos minutos de conversación trivial, decidí que era el momento de abordar el verdadero motivo de la reunión.— Sean, hay algo importante que necesito compartir con usted. No es fácil para mí decir esto, pero creo que es necesario que lo sepa — comencé, tratando de mantener me objetiva.Sean me miró con curiosidad y preocupación.— ¿De qué se trata, Sunny? — preguntó, con u
Vi a Lotte entrar, con una expresión de furia contenida. Sus ojos se encontraron con los míos y supe que el momento había llegado. Se dirigió directamente hacia mí, ignorando a todos los demás.— Necesito hablar contigo. Ahora — dijo, con un tono que no admitía réplica.Me levanté de mi escritorio y la seguí hasta su oficina. Cerré la puerta detrás de mí y se volvió hacia mí con una mirada asesina.— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? — espetó, su voz temblaba de rabia. — ¿Cómo te atreves a hablar con mi esposo y difamarme de esa manera?Sentí cómo la adrenalina comenzaba a correr por mis venas, pero esta vez no iba a dejarme intimidar. Enderecé la espalda y la miré directamente a los ojos, con una expresión de desafío.— Tú no me has dejado muchas opciones.Lotte acercó su rostro a solo unos centímetros del mío.— No tienes idea de las consecuencias de tus acciones, Van Der Veer. Has cruzado una línea y te aseguro que lo pagarás caro — dijo, con un tono amenazante.Sonreí con fr