Eva esperaba que todas aquellas personas, aunque fueran médicos, salieran de la habitación, no la dejaban ver a Dante, y ya se estaba desesperando.—Él ya está mejor, no te preocupes de más, eso puede hacerle daño al bebé —dijo Eleonor acercándose a Eva.Eva ya sabía esto, pero no se quedaría tranquila hasta verlo con sus propios ojos.—Ven, vamos a sentarnos juntas hasta que te permitan pasar con él —La invitó Laura.Eva miró a su amiga, se había mantenido allí con ella, aún en contra de Lucas, que había peleado con la rubia para que regresara, Laura había sido firme, no estaba herida de muerte, al menos ya no. Eva negó con la cabeza, preferí mantenerse allí aunque estuviera de pie.«¿Por qué demoran tanto?» Pensó nerviosa.—Tu abuela y tus padres me van a matar cuando sepan lo indisciplinada que has sido, y yo no he hecho nada —protestó Eleonor acercándose al lado derecho de Eva.Eva esbozó una sonrisa, imaginando a las dos mujeres más importantes de su vida, obligándola a descansar
—Sobredosis, le dieron a ingerir una droga muy fuerte, ni siquiera tuvo oportunidad, la cantidad que le administraron fue para que muriera al momento —dijo el detective Jacob Tolbert a Isabel.Todavía no le había revelado las causas a Laura, necesitaba comunicárselo primero, a la mujer que podía darle respuestas importantes.Isabel sonrió, era una sonrisa de reconocimiento, luego borró la sonrisa y siguió con su calma escalofriante.—¿Nos dirás quién es esa persona que han tratado de ocultar? Puede venir por ti —preguntó Tolbert no queriendo sonar desesperado.El abogado de Isabel, que se encontraba presente, fue a objetar, si embargo, Isabel le puso una mano en el brazo deteniéndolo.—Lo voy a pensar, puede que les dé la respuesta que tanto quieren —dijo Isabel, para luego agregar—, con una condición.Jacob Tolbert frunció el ceño, preguntándose que podría querer esa desquiciada mujer.—Si está en mis posibilidades… no puedo prometer algo que me sea imposible cumplir —respondió el ex
Laura escuchaba atentamente a Ros, la barista de la cafetería que más frecuentaban los empleados de la empresa.—Violet no está bien, su bebé murió después de nacido, y está desconsolada —contaba Ros a Eva—, pero, haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarla.Laura miró a Eva sobre el borde de la taza de café, preguntándose si estaba bien que su amiga escuchara algo tan trágico estando embarazada, la respuesta la tuvo cinco segundos después.—Que lástima me da por ella, debe ser difícil perder un bebé que esperabas con tanta ilusión —Eva hizo una pausa, Laura esperaba verla preocupada, sin embargo, solo se veía triste por la chica—, ese Michael merece de castigo por abandonarla, una patada en sus partes íntimas por el resto de su vida.Laura no puedo evitar reír por lo dicho por Eva, no se sintió mal al ver que Ros también reía.—Yo puedo contribuir a dar un par de patadas —anunció Laura—, ese Michael no se merecía a una chica como Violet, tan dulce, tan auténtica.Y Laura
Todos esperaban atentos la respuesta de Laura, en especial Lucas, a quien los celos que había tratado de ocultar, asomaban su cabeza. —No me importa el tiempo, lo que me importa es el daño que puedas hacerle a mi amiga —respondió Laura apresurada—, creo que mi reacción se debió a la sorpresa de verlos juntos. —Entre nosotros no ocurre nada, lo que vieron fue algo de hoy —respondió una Lea avergonzada. —Que puede ocurrir otra vez —Intervino Gael—, Lea me gusta y yo a ella, no veo porque no podamos tener algo hoy o mañana. Lucas miró a Laura esperando por la reacción de esta a las palabras de Gael, suspiró aliviado cuando no vio molestia, ni una reacción negativa, aunque tampoco vio aceptación de su parte. —Mejor nos retiramos, dejemos que Gael se ponga presentable, todos tenemos que trabajar —dijo Eva, no quería, si esta era la forma de Lea de obtener la confianza del económico, que pudiera verse afectado por la preocupación de Laura. Lucas también se retiró de la oficina, aunque
Un mes y doce días despuésLea observaba a las demás personas que estaban sentadas a la mesa con ella. Después de que fueran encontrados en una forma comprometedora en la oficina de Gael, a Lea dejo de importarle que los vieran juntos. Gael cada día se acercaba más a ella, invitándola a citas románticas, yendo a comer con ella a la cafetería durante la hora de comida, incluso una vez fue por ella mientras estaba cuidando de Matthew. En la empresa comenzaron a mirarlos con asombro, otros con malicia, pero después de un mes, ya nadie los miraba cuando pasaban juntos por los pasillos. Ahora la que estaba asombrada era ella, Lucas y Laura los habían invitado a una noche de parejas, Eva y Dante también estaban allí.—Si no quieres estar aquí, nos podemos ir —susurró Gael al oído de Lea.—Estoy bien, me gusta la compañía —respondió ella, preguntándole de vuelta también en un susurro—, ¿Quieres irte tú?—Yo también estoy bien, solo un poco asombrado de que nos invitaran como pareja, no creía
—Cuéntame un poco más, quiero material para poder pedir una orden de arresto —exigió el detective a Isabel.Isabel hizo una mueca de desagrado, y comenzó a tamborilear los dedos en la mesa.—Él me dijo que estaba enamorado de mí, que desde el primer día que me vio, quedó prendado, pero le daba vergüenza acercarse a mí por la amistad que tenía con Lucas —empezó diciendo Isabel—, luego de eso me invitó a salir y yo acepté, me parecía guapo, y no se fijaba en mis rarezas.El detective notó que esa última parte todavía afectaba a Isabel.—Todo iba muy bien, nos veíamos a escondidas, él creía que se iban a oponer a nuestra relación, me pareció bien, yo tampoco quería que fuera de dominio público, a la gente le gusta meterse en lo que no le importa —continúo diciendo Isabel.—Y los desfalcos, ¿en qué momento comenzaron? —interrogó el detective, quería que confesara lo importante.Isabel lo miró entrecerrando los ojos, no le gustó la interrupción.—Todo iba muy bien entre nosotros —repitió I
Dos días después del arresto de GaelLaura y Eva observaban a Lea, la chica que ahora traía el cabello de color rosa. Buscaba entre los documentos de la oficina del jefe económico.—Lea, ¿no crees que es mejor que pares ya de buscar? —preguntó Laura cuando Lea dejó una gaveta y comenzó a buscar en otra—, ¿Qué puedes encontrar en esas gavetas que la policía no haya encontrado?Lea las miró y siguió buscando, no se daría por vencida, en esa oficina estaba la respuesta que ayudaría a liberar a Gael.—Quizás se le pasó una parte de una gaveta, un documento que no tomaron en cuenta —comentó Lea buscando en otra gaveta.—¿A la policía? ¿Y lo encontrarás tú? —inquirió Eva.—Puede ser posible, esta vez no buscaron ¿o sí? —insistió ella.Las dos secretarias la dejaron seguir buscando, estaban en horario de descanso, no importaba si lo perdían en una búsqueda que no tendría el resultado que esperaban, pero haría feliz a su amiga.Laura esperaba que si encontrara algo, su hijo ya había comenzado
Varios días despuésEva se miró en el espejo de cuerpo completo que habían puesto en su habitación, no podía dejar de observar su vestido de novia, por el tamaño del vientre, creyó que no podría usarlo, sin embargo, ahí estaba, con su hermoso vestido, lista para ir hasta el altar.—Estás preciosa —dijo Verónica detrás de Eva—, y ese vestido está hermoso.Eva le sonrió a través del espejo a su madre, había llegado dos días antes, y la había ayudado en todo lo que no había hecho la organizadora de la boda, aunque esto fue más por decisión, querían hacerlo entre sus amigas, su abuela, su madre, su suegra y ella, un tiempo entre mujeres.Eva volvió a mirar el vestido. El diseño la favorecía mucho, un vestido de bodas de maternidad doble capa con encaje y manga larga, el corte cintura de imperio resaltaba su cintura, con algunos detalles estratégicamente colocados. El ajuste suave de la silueta creaba un efecto cola de pez, en una sutil perfección. El toque glamuroso y vintage del vestido