Capítulo 873
Rodrigo levantó la mirada.

Lentamente cerró la revista y dijo: —Ya es tarde, ve a dormir.

Después de hablar, se dirigió a la cocina.

Gabriela estaba acomodando los platos en el armario.

Rodrigo preguntó: —¿Todavía no has terminado?

—Ya casi.

Ella colocó el último montón, cerró la puerta del armario y se estiró, sintiendo dolor en la cintura.

Rodrigo se acercó por detrás y dijo: —Has trabajado duro.

Extendió su mano hacia su cintura y dijo: —Déjame darte un masaje.

Gabriela se rió y lo empujó, diciendo: —Déjalo, no es necesario.

Rodrigo preguntó: —¿A dónde vas?

Gabriela, cansada ese día, sin ganas de jugar con él, dijo: —Estoy muy somnolienta.

—Vamos a dormir.

Rodrigo besó sus labios y dijo: —Veo tu rostro muy pálido.

El corazón de Gabriela se tensó.

Ella fingió calma y se frotó la cara, preguntando: —¿En serio?

Rodrigo afirmó: —Sí.

Ella sonrió y explicó: —Quizás he estado un poco cansada últimamente.

Empujó a Rodrigo diciendo: —Vamos, sal ya.

—Gabriela.

Estela aún no se había ido a su
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