Capítulo 1007
Gabriela y Alfredo tomaron el vuelo más próximo y llegaron a la ciudad de Santa Rosa a la mayor brevedad.

Aurora también había preparado las cosas del niño.

Así que, en cuanto ellos llegaran, podrían llevarse al niño directamente.

Gabriela y Alfredo, después de once horas de vuelo y un trayecto en coche, llegaron al lugar donde vivía Aurora.

Aurora salió a recibirlos...

Llevaba a la niña en brazos.

Gabriela notó de inmediato que ella había adelgazado.

—Deja que la sostenga —se acercó para tomarla.

Aurora dijo: —Tú también estás cansada, mejor vuelve a descansar, yo puedo sostenerla.

Ella se dio la vuelta primero.

Gabriela miró hacia Alfredo.

Alfredo estaba observando la silueta de Aurora.

Sus labios estaban apretados.

Sus ojos, profundos.

Gabriela le preguntó en voz baja: —¿En qué estás pensando?

La nuez de la garganta de Alfredo se movió hacia arriba y hacia abajo: —En nada.

Pero en realidad no era así.

Su interior no estaba tranquilo.

Había decidido dejarla ir, deseándole sincerament
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