Volvió a casa de su padre, eran dos las niñas y si alguna se enfermaba o le sucedía algo, no tenía con quién dejar a la otra y entre los tres hombres se fueron acostumbrando a vivir pendientes de las pequeñas.
Hasta Leandro daba todo por sus sobrinas.
Eran hermosas y parecidas a Mateo, tenían su mismo color de ojos, azules, de mirada profunda y el cabello rubio, de su madre sacaron los rulos y tal vez su contextura física, pero eran pequeñas aún para saber eso, porque al ser mellizas y si bien lograron nacer casi en término, fueron un poco más pequeñas que lo normal, pero de a poco iban recuperando peso y tamaño.
Liliana era una mujer de contextura pequeña, con bastante busto, quefuelo que lo volvió loco, en un principo, a Mateo, cabello negro y con rulos, ojos marrones, bajita, apenas llegaba al metro y medio.
Aún así era una mujer bastante bonita, sin ser una gran belleza.
Mateo no sabe porque ese día la recuerda tanto.
No era una fecha especial, ni su cumpleaños, ni nada.
Tenía en sus manos la responsabilidad de sus hijas, de su educación y de su bienestar.
Por eso su departamento quedó para pasar un rato con alguna chica y nada más.
Estaba seguro que lo usaba más su hermano que él.
No es que él no saliera.
Se encontraba, ahora sí, con sus amigos.
Lo solían hacer muchos sábados por la noche, ellos se encontraban para cenar y Mateo salía luego que sus pequeñas estuviesen dormidas, las dejaba con su padre, porque ningún sábado por la noche Leandro estaba en su casa.
Cuando Mateo no se encontraba con sus amigos, salía con Gustavo, su socio y con algún otro amigo de la facultad.
Alguna que otra vez iba a bailar con su hermano, o a tomar algo a algún lugar donde se sabía que rápidamente podría encontrar compañia.
Los domingos, las niñas se despertaban un poco más tarde y en general era su padre quién se encargaba de darles el desayuno, si es que él no había vuelto o si lo había hecho tarde, de madrugada y no estaba despierto.
Por la tarde, los domingos, las llevaban a algún parque, daban una vuelta corta, por si alguna quería ir al baño.
Les iba a agradecer eternamente a su padre y a su hermano todo el apoyo que le brindaron a él y a las niñas.
Lo de volver a casa de sus progenitores, fue idea de su padre y Mateo admitía que fue una excelente idea.
Otro tema era el de la ropa, la lavaba la señora que los ayudaba, ese no era el problema.
Pero las nenas de bebés crecían mucho, como todos los chicos y la ropita le quedaba chica, había que salir a comprar y ocuparse de los talles era bastante difícil.
Por suerte tenían el mismo talle y compraban todo por dos, trataba que sea de distintos colores, pero eso no era un problema, si se vestían igual era lo mismo.
Pero salir a comprar ropa con ellas era difícil, a veces iba con su hermano y otras, con su padre, extrañaba una mano femenina.
Cuando salían con su hermano en general Leandro volvía con el número de teléfono de la vendedora que los atendían.
Él solía separar las cosas si estaba con sus hijas, no aceptaba coqueteos de nadie.
Era realmente difícil ser padre soltero y de mellizas.
Las mujeres piensan que tenía que estar disponible en todo momento.
En el jardín de infantes, había madres que se le acercaban descaradamente y hasta una docente lo hizo.
Cuando están sus niñas a su lado es como si las mujeres no existieran.
Así debería ser siempre.
No dejaba de ser hombre, simplemente respetaba a sus hijas.
No era ningún esfuerzo para él dejar de mirar mujeres, las veía cuando salía solo o con sus amigos.
Tenía su tiempo de distracción, gracias a su padre que se encargaba de sus nietas, mucho más de lo que le correspondía.
No como su ex suegra que no las conocía.
Su cuñada tampoco las había visto jamás.
Entendía el dolor de madre y de hermana, pero las niñas no tenían la culpa, no pidieron venir a éste mundo.
Ellos siempre se cuidaron, en los últimos años que estuvieron juntos, lo hacía Liliana, con pastillas, por lo que Mateo siempre sospechó que ella se embarazó a propósito.
Dolía el desprecio o el desamor que su ex suegra y su ex cuñada tenían por sus hijas.
Aunque las pequeñas no las necesitaban, con ellos tenían suficiente y recibían todo el amor del mundo.
A pesar de eso seguía sin entender porque ni siquiera las quisieron conocer, entendía que los primeros días estuvieran dominadas por el dolor de perder a su hija y a su hermana, respectivamente, pero las niñas eran sangre de su sangre.
Fue Liliana la que se embarazó a propósito para no perderlo o para retenerlo, al menos su hermana, eso lo debía saber, tal vez pensaban que si se acercaban a las pequeñas, él iba a desentenderse de ellas.
Evidentemente lo conocían muy poco, a pesar de la cantidad de años que lo trataron por ser el novio de Liliana.
En su casa debían conocer muy bien y deberían saber que Liliana era egoísta, no él.
Realmente no las necesitaba y las niñas estaban muy bien sin su tía y su abuela materna, no precisaban mendigar cariño de personas tan poco empáticas como lo fue su propia madre, eso debía ser parte de su familia, a sus hijas él las criaba de forma distinta.
A esta altura hasta estaba agradecido que ellas no fueran parte de la vida de sus hijas.
Por eso él separaba tanto su vida íntima cuando estaba con las pequeñas.
Ellas dependían exclusivamente de él y estaba feliz por eso.
Tampoco se tiraba a ninguna empleada de su oficina, trataba de ser correcto y evitarse complicaciones.
Ni tampoco a sus alumnas de la facultad...hasta hoy.
Mateo estaba dando vueltas en su cama sin lograr dormir.
Karina no tenía idea como lo hizo sentir, fue algo inexplicable.
Algo que él venía reprimiendo desde hacía mucho tiempo.
Primero, cuando ella se acercó, estaba desconcertado, pero sintió sus labios y ya no pudo parar.
Era bella, sí, pero no era sólo eso.
Había infinidad de mujeres bellas y no sentía por ninguna lo que le provocaba ella.
Tenía algo turbio, peligroso, que lo hacía descontrolar.
Ella era distinta, muy sexi.
Fue delicioso besar su boca.
Rozar su pecho era algo con lo que soñaba desde hacía meses.
Era tan peligroso que lo atraía sin poder evitarlo, lo que ella le hacía sentir era distinto.
Sin embargo, él sabía que nada iba a pasar.
No podía ofrecerle nada.
Era un padre soltero y tenía como prioridad a sus hijas.
No cabía en su mente tener pareja, ni novia, ni nada.
No podía ofrecerle nada de nada, no iba a dejar a sus hijas.
Aunque desde hacía meses se sentía atraído como un imán por esa chica.
Después de ese beso no podía sacar de su cuerpo el cosquilleo que le produjo ese acercamiento.
Era una locura pensar así.
No se podía acostar con ella y después nunca más, no lo sabía con exactitud, pero presentía que ella no era así.
La deseaba mucho, no podía ni dormir, su cara, sus besos, su piel, esa suavidad que ella tenía.
Probar su boca fue una trampa mortal.
Tendría que dejar pasar un tiempo sin verla.
No iba a impartir su próxima clase, eso iba a hacer.
Durmió intranquilo toda la noche.
Al día siguiente dejó a las niñas en el jardín y fue a trabajar.
Estuvo toda la mañana rugiendo cuando le hablaban.
Hasta Gustavo tuvo que intervenir en una discusión con un capataz.
Tenía razón Mateo, pero se enredó en una discusión sin sentido.
Era lo raro, porque siempre había sido el más tranquilo de los dos.
Momentos después, en la oficina, Gustavo le preguntó qué le pasaba, pero Mateo no abrió la boca.
Fue a buscar a sus niñas al jardín, les dio la merienda y se fue a la facultad.
Ellas no tenían la culpa de estar allí, no eran un peso para él, sin embargo sabía que por ser padre soltero tenía sus limitaciones.
Nunca podía estar en serio con ninguna mujer.
Ni por sus hijas, ni por la mujer.
Aunque era un tipo tranquilo y casi que prefería estar en pareja que andar revoloteando por ahí, pero de alguna manera tenía que saciar sus necesidades.
Tal vez por eso estuvo 9 años con una mujer que no amaba realmente, tampoco quería cometer ese error nuevamente.
fue con el auto hasta la facultad, porque sabía que estaba irascible y poco concentrado, como para andar en moto.
No esperaba encontrarse con ella en un pasillo.
Apenas la saludó y huyó como un maldito cobarde.
No entraba en su mente descontrolarse tanto solo por verla.
¿Qué tenía esa mujer?
Karina todavía estaba confundida por la actitud de Mateo.
La besó como si en ese beso le fuera la vida.
Hacía mucho que sentía su mirada penetrante, casi desnudándola, provocando mil sensaciones en ella.
Aunque él, luego, desviaba la mirada.
Es verdad que ella terminó en el departamento de investigación sólo porque él estaba como director de varios proyectos.
Lo admiraba mucho, era un hombre muy inteligente.
Aprendía mucho en sus clases.
Nunca se acercó a una alumna ni a una docente.
Tenía ese aura casi fría, era como qué existía una barrera entre él y los demás.
Era intrigante.
Nada que ver a su hermano, claro que Leandro era bastante más joven que su profesor.
Leandro había salido con un montón de chicas de la facultad y en varias oportunidades con algunas chicas a la vez.
Sin embargo, no había mujer que no cayera a sus pies cuando él lo decidía.
Mateo era distinto, era más calmado, se tomaba su tiempo para analizarlo todo.
Por lo que pudo averiguar, con mucha discreción, en la facultad, antes no era así, era un tipo mucho más alegre, tampoco era mujeriego como su hermano, pero se decía que era más relajado que ahora.
Sin embargo no parecía un tipo triste, solo daba la sensación que tenía algo que resolver en su vida.
Karina pensó que debía estar casado, aunque no tenía alianza.
Pero le devolvió el beso de forma hambrienta, como si la deseara.
Luego ese llamado de alguien llamada Ámbar.
Leandro la piropeó, o algo así.
¿Será que tiene novia?
Lo que sintió con ese beso no lo había sentido en la vida, si antes era un hombre que le gustaba, a partir de ese momento, era alguién con quién quería tener algo, algo en serio.
Lo iba a conquistar de algún modo.
Tenía que averiguar si estaba casado, aunque eso estaba casi descartado.
Podía tener novia, o estar conviviendo con alguien, tampoco le gustaría ser la tercera en discordia.
Pero ese beso no lo da un hombre que no siente deseo por una mujer.
También estaba Ámbar, que lo llamó por teléfono y que Leandro la conocía…
Leandro era el que le podía dar la información más certera.
Entró a su clase y no se enteró ni de la mitad de lo que decía la profesora y sabía que tenía que estar atenta, ya tenía terminado su proyecto final y le quedaban apenas algunas materias que estaba cursando y se recibía de ingeniera civil.Hizo la carrera en tiempo record.Gracias a sus padres que le cubrían un montón de gastos y a su madre que le permitía trabajar con ella en la tienda de ropa de niños, haciendo el horario que podía y eso siempre dependía de sus estudios, el único día que trabajaba completamente si no tenía ningún examen próximo, eran los sábados.El horario limitado, lo compensaba cubriendo las ventas on line.Era un porcentaje importante de ventas, últimamente era lo que se usaba y ella era la que manejaba esa línea de trabajo en la tienda, ni siquiera precisaba estar en el negocio, solo pasar los pedidos y no le llevaba demasiado tiempo.Entendía que a su madre le llevaría 4 veces más de tiempo.Se retó a sí misma por pensar y pensar en ese beso y no prestar aten
Por KarinaEra la última clase con Mateo.Las otras dos ya terminaron.Solo le faltaban dos exámenes y se recibía de ingeniera, era una de las más jóvenes que se recibía, era una carrera larga y difícil.Esperó paciente que se terminara la clase y antes que Mateo huya como lo estaba haciendo luego del beso, Karina se acercó a él.-Mateo..-Sí.Dijo evitando mirarla.-No sé si sabías, solo me queda tu exámen y otro más y me recibo.-No, no lo sabía, sí sabía que te quedaba poco.-Quería pedirte si podés corregir mi exámen apenas te lo entregue...va a ser el último.Mateo sonrió.Recién ahora la miro y sintió que se podía perder días enteros en sus ojos.Se puso serio.-Repasa el TP número 3.-Gracias.-Y...felicitaciones…-Gracias, realmente, como trabajo en el comercio de mi madre y nunca dependí de un trabajo real, logré cursar más materias que las habituales y terminé rápido la carrera.-¿Cuántos años tenés?-25.-Yo me recibí a los 27.-Seguro que trabajando.-Sí, desde segundo año
El primero en adelantarse y abrazarla es su hermano, que estaba vestido con un ambo de médico.-Princesa ¡Valió la pena escaparme de la guardia! ¡¡¡¡Te felicito y te amo!!!!Mateo se quedó sin palabras y un dolor le atravesó el pecho cuando ese hombre, aproximadamente de su edad, le dijo que la amaba.¿Acaso tenía novio?La abrazó pegándola a él y la hizo girar varias veces.Ni siquiera tuvo cuidado de que se le levantaba demasiado el vestido cuando la alzó y la giró, casi se le veía la cola.La saludó un matrimonio que parecían ser sus padres, su amiga Gladys y otra chica que se abrazó efusivamente con ella, gritando cuando la quería y el matrimonio que estaba con la bebé y otra chica más que le dijo que era su cuñada favorita, luego la chica que le dijo que era su cuñada favorita y el que era médico, la abrazaron uno de cada lado, para sacarse una foto.Con cada beso y cada abrazo la iban llenando de harina, huevos, espuma tipo nieve de carnaval y serpentina.Su amiga, la que más ll
Por su parte Mateo sentía que extrañaba a su alumna, recorría los pasillos de la facultad, ya a esa altura del año con poca gente, por si la veía.Sentía como si lo hubiesen embrujado, ni con Liliana al principio de su relación se sintió así.Estaba inquieto y la tenía presente como nunca tuvo a otra mujer en su mente.Trataba de enfocarse en su trabajo, si bien en la facultad ya no tenía carga horaria, en su empresa había mucho trabajo y tenían que cumplir con entregas, hacer unos planos que tenían que ser aprobados bajo la norma iram y dos normas más, para poder cumplir con los requisitos internacionales y poder exportar esos productos.En su casa, al tener un poco más de tiempo, se la pasaba jugando con sus pequeñas, que estaban creciendo a pasos agigantados.Sus niñas no paraban de hablar, de jugar, de pelearse entre ellas, de amigarse y de volver a jugar.Como decía su padre, ellas llenaban de alegría el hogar.Aprovechó que ya estaban un poco más grandes y tenía tiempo para camb
Mateo pensaba que lo que sentía por Karina se estaba volviendo una adicción profunda y que el único tratamiento posible era poseerla, una, dos veces y con eso se le tendría que pasar lo que ella le hacía sentir.No podía ofrecerle otra cosa, eso lo tenía claro.-¿Subimos a mi habitación?Ella dudó, no sabía qué hacer, no le faltaban ganas, cuando le estaba por decir que sí, a él le sonó el teléfono.-Hola Josefina ¿Cómo te va?-.....-Hoy no puedo, estoy en tigre, mi hermano hizo una fiesta y ya sabés que una vez me hizo bolsa una lancha, te llamo en la semana para vernos el sábado a la noche.Cuando cortó se dio cuenta que había hablado demasiado y Karina ya no lo miraba como hacía unos minutos atrás.-Era una amiga.Dijo en forma de explicación.-¿Con privilegios?Le preguntó Karina, sabiendo o suponiendo que era así.Él no le contestó.-Todavía no te acostaste conmigo y ya tenés con quién hacerlo el sábado que viene, gracias pero...paso.Salió de la casa sintiéndose miserable, pero
Llegó el 24 de diciembre, era un mes de mucho trabajo en la tienda de su madre y ella se concentró en eso.Publicó en más páginas de internet, estaba en el local todo el día y ni siquiera así lo podía olvidar.Sus padres se estaban preocupando, porque ella no era ni la mitad de alegre de lo que había sido, sin embargo, en el local atendía siempre con una sonrisa.Por otro lado, Mateo siguió con su vida como pudo, con mucho trabajo en su empresa, ocupándose todo lo que podía de sus hijas y soñándola por las noches.Leandro quiso hablar un par de veces de Karina, pero Mateo fue determinante, no tenían nada, decía.Sin embargo su hermano sabía que no era así.El 24 por la noche llegó papá Noel a la casa de Mateo, era tan fácil engañar a sus gemelas con ese tema, que ellas lo llenaban de ternura y le curaban su alma.Recibieron un montón de muñecas, bebotes, carritos para pasear a las muñecas, vestidos, etc.Él pensó que a los vestidos no le iban a dar importancia, sin embargo las dos le
Llegaron en unos minutos al departamento de Mateo.-Es mi departamento, pero no vivo acá, viví solo por unos meses y después volví a vivir con mi viejo y con Leandro.En ese momento Karina supo más de la vida de Mateo, de lo que podría adivinar, pero seguía teniendo muchas dudas.O sus padres estaban separados o no tenía madre.Vive con su padre y su hermano, eso era raro.Quizás era por eso que siempre lo estaba retando a Leandro o se hacía cargo de las cagadas que se mandaba, estaba acostumbrado a ser el hermano mayor.No nombró a ninguna otra mujer y sin embargo el nombre Ambar volvió a sonar en la cabeza de Karina.No quería darse manija ni le preguntaría quién era Ámbar.El departamento se veía enorme.Bastante moderno.Pero nada personalizado.Ni una foto, con tantas que había sobre la chimenea de la casa de Tigre.Se arrepintió nuevamente de no haber mirado quienes estaban en los portaretratos.Era un departamento bastante frío, no por la temperatura, sino porque no había calid
Los rayos del sol ya hacía rato que entraban por la ventana.Eran las 7 de la mañana y aunque quisiera pasar todo el día en la cama con ella, sabía que en unas horas sus hijas se despertarían y tenía que estar en su casa.-Mateo...mis padres no saben donde estoy y… no están acostumbrados a que no vuelva a casa… aunque soy una adulta.-Te llevo hasta tu casa… así yo también duermo un par de horas.-Gracias.Les costó horrores, a los dos, separarse, sin embargo Mateo nunca dijo que la iba a llamar. Ya estaban en la puerta de la casa de Karina y Mateo no se separaba de su boca.-Volvería al departamento y estaría todo el día haciéndote mía.-Yo… también me quedaría con vos…Siguió besándola, hasta que a Karina le sonó el celular.Era su madre para preguntarle en dónde estaba, aunque ella estaba segura que ya la había visto en el auto de Mateo.-Me voy… Feliz año nuevo.-Feliz año nuevo, Karina.Se besaron nuevamente, hasta que lograron separarse.En ningún momento Mateo le habló de vers