Leandro se encontró con una una compañera de facultad y luego de cenar fueron al departamento de su hermano, que después de la tragedia, porque realmente lo fué, su hermano volvió a vivir a la casa de su padre, es decir que vivían los tres juntos.
El departamento lo usaban como bulín, más de una vez Mateo reprendió a Leandro porque no le avisaba que estaba allí y cuando él llegaba con alguna compañía se encontraba con su hermano.
El departamento era enorme, cuatro dormitorios, más el living comedor, que era inmenso y tenía una cocina generosa.
Por lo que si Leandro llevaba compañía, con ir a un dormitorio se terminaban los problemas, pero Leandro usaba el sillón del living y casi nunca un dormitorio.
En realidad eran dos los dormitorios disponibles, los otros dos estaban infantilmente decorados, con tonos rosas y lilas y en una pared había afiches de las princesas de Disney, pero esos dos dormitorios casi no tenían muebles, ya que cuando Mateo volvió a la casa de su padre, llevó las cunas y demás muebles para sus dos pequeñas hijas.
Mateo llegó a su casa, o mejor dicho, a la casa de su padre y lo recibieron Ámbar y Jazmín, sus dos pequeños soles.
-¡Papá!
-¡Amores!
Las levantó a upa a las dos a la vez.
Tenían dos años y medio.
Eran gemelas.
Eran su vida entera y por supuesto, toda su responsabilidad.
No se había arrepentido jamás de tenerlas, menos de cuidarlas.
Sabía que por ellas tenía que renunciar a muchas cosas, pero lo hacía con gusto.
Eran sus hijas.
Dependían total y exclusivamente de él.
No podía dejar de reconocer que su padre lo ayudaba muchísimo y hasta su hermano lo hacía.
Tenían a una señora que los ayudaba con la limpieza y les dejaba la comida preparada, ahora era más simple porque las niñas ya comían casi de todo.
Cuando eran recién nacidas, con el tema de prepararles las mamaderas, que las dos tenían hambre al mismo momento y sobre todo de madrugada, se le hacía injusto despertar a su padre y a su hermano para que lo ayuden, habían sido tiempos difíciles.
Luego con las papillas se simplificó un poco.
Ahora es más fácil.
Claro que había temas que no podía resolver, cómo llevarlas a un lugar de comidas rápidas o a peloteros y le pedían ir al baño.
No podía meterlas en el baño de hombres ni entrar él al baño de mujeres.
Por suerte tenía algunas amigas, que cada tanto lo acompañaban y se hacían cargo de ese problema.
Así se acercó más a Josefina, eran compañeros de secundaría y estaban en el mismo grupo de amigos, Josefina estaba separada y tenía una nena de 3 años, alguna vez las llevaban juntas a peloteros, a Mc Donalds, hasta que en un momento, terminaron envueltos en la cama, eran amigos, que cada tanto, una vez por mes o quizás cada dos meses tenían relaciones, luego, cada uno seguía con su vida, muchas veces se encontraban solo para que sus hijas jugaran y pasaran un buen rato, ahí no había ni un roce, ni una mirada, no era su momento, eran solo amigos.
No extrañaba verla todas las semanas, ni siquiera un vez por mes, ni nada de eso y los dos tenían la misma posición, cada tanto se llamaban y si se daban las circunstancias, se veían y sino, seguían siendo tan amigos, no había reproches de parte de ninguno de los dos, ni sentimientos que no sean más que el cariño de su amistad.
Acostó a sus pequeñas, se quedó un rato charlando con su padre.
Le contó cómo había sido su día y que su hermano no volvía a dormir.
Mateo sabía que su padre había vuelto a la vida por sus nietas, se ocupaba de buscarlas al jardín, aunque las pobrecitas iban desde muy pequeñas a un jardín maternal.
Jorge, su padre, tenía una inmobiliaria y entre alguna venta de alguna casa y la comisión por los alquileres, le permitía vivir cómodo, aunque ya estaba grande y tal vez se jubilaría en poco tiempo, pero como era cómodo lo que hacía y le llevaba su tiempo, se entretenía con su trabajo.
Extrañaba demasiado a su esposa y Mateo lo sabía.
Nunca le reprochó no haber estado allí ese día y se lo agradecía con el alma, porque la culpa, aun hoy, lo seguía carcomiendo.
La poca empatía que tuvo su novia en ese momento hizo que su relación se enfriara.
No habían sido de esos novios que no podían dejar de tocarse y de acariciarse, es más, se veían una o dos veces por semana, nada más.
Salieron durante 8 años.
Tuvieron varios vaivenes en su relación, Mateo que en general era un tipo fiel y tranquilo, siempre decía que no preciaba otra cosa si con ella tenía buen sexo.
Tuvo algún que otro affaire, pero siempre fue cuando estaban distanciados.
Liliana era una mujer bastante difícil y fría en algunos asuntos, pero en la cama se llevaban bien.
No fue muy compañera, le molestaba que se reuniera con sus amigos de secundaria o de facultad.
Él tenía su grupo de amigos y en las reuniones terminaba yendo la mitad de las veces que se encontraban.
A Liliana le molestaba bastante participar de esas reuniones y no se llevaba muy bien con sus amigos, ni con su madre, ni con su hermano.
No se metió nunca con su trabajo ni con su socio, pero sí Mateo iba a cenar con Gustavo, ella tampoco iba.
Su relación era bastante aburrida, por describirla de alguna manera. salidas a centros comerciales, a cenar afuera los sábados por la noche y dormir juntos después.
Al principio el tema era que como Mateo estudiaba, se veían poco por eso, luegofueayudante de cátedra, más tarde titular y con el tema de las investigaciones en la facultad, no tenían mucho tiempo para verse.
Ella era profesora de matemáticas, tenía un montón de horas en distintos colegios.
Un año después del fallecimiento de la madre de Mateo, Lliliana, su novia le informó que estaba embarazada.
No era lo que esperaba Mateo, ya que la relación con ella estaba en un punto muerto y se estaba planteando que no tenía sentido seguir, estaban acostumbrados el uno al otro pero él sabía que ella no era su gran amor y suponía que él tampoco lo era para Liliana.
Después de charlar con ella, decidieron casarse.
Después de todo, ya estaban acostumbrados y tampoco sería tan terrible y venía un hijo en camino.
Se casaron con una ceremonía por civil e hicieron una reunión de unas 50 personas, que entre familiares y amigos llegaron a esa cifra sin saber cómo.
Algo sencillo.
Compró el departamento donde vivirían los dos.
Grande, cómodo y hasta con cierto lujo.
Se enteraron que ella esperaba mellizas, sí dos niñas.
Lo tomó como algo normal y con la tranquilidad de que a las pequeñas no les iba a faltar nada.
Tampoco era que estaba desesperado por el embarazo ni por sus hijas.
Cuando llevaba cerca de seis meses de embarazo, su suegro falleció y ahí se desencadenó todo.
Trató de acompañar a su mujer lo más que podía, pese a que ella no lo hizo cuando él perdió a su madre, pero no eran momentos para rencores cuando ella esperaba dos hijos suyos.
A Liliana, luego de eso, se le complicó el embarazo, estuvo internada, Mateo siempre la acompañó, era su deber como esposo.
Él era un hombre correcto, su padre también lo era y lo aprendió desde chiquito.
También acompañaba a su padre, que aún no había superado la muerte de su madre y a su hermano que iba descontrolado por la vida.
Leandro tuvo un accidente con la moto, la sacó realmente barata, no sabía cómo dividirse en tantas partes para estar con todos al mismo tiempo.
Por suerte, lo de Leandro no fue nada grave y eso lo hizo recapacitar y dejó de tomar.
Comenzó a manejar la moto con más cuidado y respeto por su vida.
El embarazo de Liliana se complicó aún más a último momento y de forma inexplicable, ella falleció en el parto, dejándolo a él con dos pequeñas recién nacidas, las pequeñas sin madre y a él sin saber qué hacer.
Le dolió la muerte de Liliana, hacía 9 años que estaban juntos y era la madre de sus hijas.
No estaba llorando a su gran amor y eso también le dolía y estaba en su conciencia, que a pesar de haber estado 9 años juntos, nunca fue su gran amor.
Si, la respetaba como madre de sus hijas y siempre le iba a hablar de la mejor manera de su madre, nunca iba a ensuciar su nombre.
Liliana fue una mujer egoísta en muchos sentidos, no lo acompañó cuando se murió su madre, eso creó una distancia enorme entre ellos y si no hubiera sido por el embarazo, se habrían separado sin vuelta atrás.
Lo sabía él y lo sabía ella, tal vez por eso se embarazó.
Liliana tenía unos años más que Mateo, pero era joven, tenía 34 años cuando falleció y Mateo 30.
Ni su suegra ni su cuñada se acercaron a él después que falleciera Liliana, nunca llamaron para saber cómo estaban las pequeñas.
Nunca más las vieron.
No tenían una gran relación, pero tampoco habían discutido o dejaron de hablarse en algún momento.
Mateo sabe que la abuela y la tía de sus pequeñas no saben ni que nombre les puso.
En un momento pensó en ponerle a una el nombre de su madre y a otra el nombre de su esposa, pero lo descartó, ella no se llevaban bien.
Aparte no le podía poner a una el nombre de madre, que era una mujer a la cual adoraba y a otra el nombre de su esposa, que sabe bien Mateo, que nunca pasó de un cariño lo que sintió por ella.
Volvió a casa de su padre, eran dos las niñas y si alguna se enfermaba o le sucedía algo, no tenía con quién dejar a la otra y entre los tres hombres se fueron acostumbrando a vivir pendientes de las pequeñas.Hasta Leandro daba todo por sus sobrinas.Eran hermosas y parecidas a Mateo, tenían su mismo color de ojos, azules, de mirada profunda y el cabello rubio, de su madre sacaron los rulos y tal vez su contextura física, pero eran pequeñas aún para saber eso, porque al ser mellizas y si bien lograron nacer casi en término, fueron un poco más pequeñas que lo normal, pero de a poco iban recuperando peso y tamaño.Liliana era una mujer de contextura pequeña, con bastante busto, quefuelo que lo volvió loco, en un principo, a Mateo, cabello negro y con rulos, ojos marrones, bajita, apenas llegaba al metro y medio.Aún así era una mujer bastante bonita, sin ser una gran belleza.Mateo no sabe porque ese día la recuerda tanto.No era una fecha especial, ni su cumpleaños, ni nada.Tenía en
Entró a su clase y no se enteró ni de la mitad de lo que decía la profesora y sabía que tenía que estar atenta, ya tenía terminado su proyecto final y le quedaban apenas algunas materias que estaba cursando y se recibía de ingeniera civil.Hizo la carrera en tiempo record.Gracias a sus padres que le cubrían un montón de gastos y a su madre que le permitía trabajar con ella en la tienda de ropa de niños, haciendo el horario que podía y eso siempre dependía de sus estudios, el único día que trabajaba completamente si no tenía ningún examen próximo, eran los sábados.El horario limitado, lo compensaba cubriendo las ventas on line.Era un porcentaje importante de ventas, últimamente era lo que se usaba y ella era la que manejaba esa línea de trabajo en la tienda, ni siquiera precisaba estar en el negocio, solo pasar los pedidos y no le llevaba demasiado tiempo.Entendía que a su madre le llevaría 4 veces más de tiempo.Se retó a sí misma por pensar y pensar en ese beso y no prestar aten
Por KarinaEra la última clase con Mateo.Las otras dos ya terminaron.Solo le faltaban dos exámenes y se recibía de ingeniera, era una de las más jóvenes que se recibía, era una carrera larga y difícil.Esperó paciente que se terminara la clase y antes que Mateo huya como lo estaba haciendo luego del beso, Karina se acercó a él.-Mateo..-Sí.Dijo evitando mirarla.-No sé si sabías, solo me queda tu exámen y otro más y me recibo.-No, no lo sabía, sí sabía que te quedaba poco.-Quería pedirte si podés corregir mi exámen apenas te lo entregue...va a ser el último.Mateo sonrió.Recién ahora la miro y sintió que se podía perder días enteros en sus ojos.Se puso serio.-Repasa el TP número 3.-Gracias.-Y...felicitaciones…-Gracias, realmente, como trabajo en el comercio de mi madre y nunca dependí de un trabajo real, logré cursar más materias que las habituales y terminé rápido la carrera.-¿Cuántos años tenés?-25.-Yo me recibí a los 27.-Seguro que trabajando.-Sí, desde segundo año
El primero en adelantarse y abrazarla es su hermano, que estaba vestido con un ambo de médico.-Princesa ¡Valió la pena escaparme de la guardia! ¡¡¡¡Te felicito y te amo!!!!Mateo se quedó sin palabras y un dolor le atravesó el pecho cuando ese hombre, aproximadamente de su edad, le dijo que la amaba.¿Acaso tenía novio?La abrazó pegándola a él y la hizo girar varias veces.Ni siquiera tuvo cuidado de que se le levantaba demasiado el vestido cuando la alzó y la giró, casi se le veía la cola.La saludó un matrimonio que parecían ser sus padres, su amiga Gladys y otra chica que se abrazó efusivamente con ella, gritando cuando la quería y el matrimonio que estaba con la bebé y otra chica más que le dijo que era su cuñada favorita, luego la chica que le dijo que era su cuñada favorita y el que era médico, la abrazaron uno de cada lado, para sacarse una foto.Con cada beso y cada abrazo la iban llenando de harina, huevos, espuma tipo nieve de carnaval y serpentina.Su amiga, la que más ll
Por su parte Mateo sentía que extrañaba a su alumna, recorría los pasillos de la facultad, ya a esa altura del año con poca gente, por si la veía.Sentía como si lo hubiesen embrujado, ni con Liliana al principio de su relación se sintió así.Estaba inquieto y la tenía presente como nunca tuvo a otra mujer en su mente.Trataba de enfocarse en su trabajo, si bien en la facultad ya no tenía carga horaria, en su empresa había mucho trabajo y tenían que cumplir con entregas, hacer unos planos que tenían que ser aprobados bajo la norma iram y dos normas más, para poder cumplir con los requisitos internacionales y poder exportar esos productos.En su casa, al tener un poco más de tiempo, se la pasaba jugando con sus pequeñas, que estaban creciendo a pasos agigantados.Sus niñas no paraban de hablar, de jugar, de pelearse entre ellas, de amigarse y de volver a jugar.Como decía su padre, ellas llenaban de alegría el hogar.Aprovechó que ya estaban un poco más grandes y tenía tiempo para camb
Mateo pensaba que lo que sentía por Karina se estaba volviendo una adicción profunda y que el único tratamiento posible era poseerla, una, dos veces y con eso se le tendría que pasar lo que ella le hacía sentir.No podía ofrecerle otra cosa, eso lo tenía claro.-¿Subimos a mi habitación?Ella dudó, no sabía qué hacer, no le faltaban ganas, cuando le estaba por decir que sí, a él le sonó el teléfono.-Hola Josefina ¿Cómo te va?-.....-Hoy no puedo, estoy en tigre, mi hermano hizo una fiesta y ya sabés que una vez me hizo bolsa una lancha, te llamo en la semana para vernos el sábado a la noche.Cuando cortó se dio cuenta que había hablado demasiado y Karina ya no lo miraba como hacía unos minutos atrás.-Era una amiga.Dijo en forma de explicación.-¿Con privilegios?Le preguntó Karina, sabiendo o suponiendo que era así.Él no le contestó.-Todavía no te acostaste conmigo y ya tenés con quién hacerlo el sábado que viene, gracias pero...paso.Salió de la casa sintiéndose miserable, pero
Llegó el 24 de diciembre, era un mes de mucho trabajo en la tienda de su madre y ella se concentró en eso.Publicó en más páginas de internet, estaba en el local todo el día y ni siquiera así lo podía olvidar.Sus padres se estaban preocupando, porque ella no era ni la mitad de alegre de lo que había sido, sin embargo, en el local atendía siempre con una sonrisa.Por otro lado, Mateo siguió con su vida como pudo, con mucho trabajo en su empresa, ocupándose todo lo que podía de sus hijas y soñándola por las noches.Leandro quiso hablar un par de veces de Karina, pero Mateo fue determinante, no tenían nada, decía.Sin embargo su hermano sabía que no era así.El 24 por la noche llegó papá Noel a la casa de Mateo, era tan fácil engañar a sus gemelas con ese tema, que ellas lo llenaban de ternura y le curaban su alma.Recibieron un montón de muñecas, bebotes, carritos para pasear a las muñecas, vestidos, etc.Él pensó que a los vestidos no le iban a dar importancia, sin embargo las dos le
Llegaron en unos minutos al departamento de Mateo.-Es mi departamento, pero no vivo acá, viví solo por unos meses y después volví a vivir con mi viejo y con Leandro.En ese momento Karina supo más de la vida de Mateo, de lo que podría adivinar, pero seguía teniendo muchas dudas.O sus padres estaban separados o no tenía madre.Vive con su padre y su hermano, eso era raro.Quizás era por eso que siempre lo estaba retando a Leandro o se hacía cargo de las cagadas que se mandaba, estaba acostumbrado a ser el hermano mayor.No nombró a ninguna otra mujer y sin embargo el nombre Ambar volvió a sonar en la cabeza de Karina.No quería darse manija ni le preguntaría quién era Ámbar.El departamento se veía enorme.Bastante moderno.Pero nada personalizado.Ni una foto, con tantas que había sobre la chimenea de la casa de Tigre.Se arrepintió nuevamente de no haber mirado quienes estaban en los portaretratos.Era un departamento bastante frío, no por la temperatura, sino porque no había calid