Llegó el 24 de diciembre, era un mes de mucho trabajo en la tienda de su madre y ella se concentró en eso.Publicó en más páginas de internet, estaba en el local todo el día y ni siquiera así lo podía olvidar.Sus padres se estaban preocupando, porque ella no era ni la mitad de alegre de lo que había sido, sin embargo, en el local atendía siempre con una sonrisa.Por otro lado, Mateo siguió con su vida como pudo, con mucho trabajo en su empresa, ocupándose todo lo que podía de sus hijas y soñándola por las noches.Leandro quiso hablar un par de veces de Karina, pero Mateo fue determinante, no tenían nada, decía.Sin embargo su hermano sabía que no era así.El 24 por la noche llegó papá Noel a la casa de Mateo, era tan fácil engañar a sus gemelas con ese tema, que ellas lo llenaban de ternura y le curaban su alma.Recibieron un montón de muñecas, bebotes, carritos para pasear a las muñecas, vestidos, etc.Él pensó que a los vestidos no le iban a dar importancia, sin embargo las dos le
Llegaron en unos minutos al departamento de Mateo.-Es mi departamento, pero no vivo acá, viví solo por unos meses y después volví a vivir con mi viejo y con Leandro.En ese momento Karina supo más de la vida de Mateo, de lo que podría adivinar, pero seguía teniendo muchas dudas.O sus padres estaban separados o no tenía madre.Vive con su padre y su hermano, eso era raro.Quizás era por eso que siempre lo estaba retando a Leandro o se hacía cargo de las cagadas que se mandaba, estaba acostumbrado a ser el hermano mayor.No nombró a ninguna otra mujer y sin embargo el nombre Ambar volvió a sonar en la cabeza de Karina.No quería darse manija ni le preguntaría quién era Ámbar.El departamento se veía enorme.Bastante moderno.Pero nada personalizado.Ni una foto, con tantas que había sobre la chimenea de la casa de Tigre.Se arrepintió nuevamente de no haber mirado quienes estaban en los portaretratos.Era un departamento bastante frío, no por la temperatura, sino porque no había calid
Los rayos del sol ya hacía rato que entraban por la ventana.Eran las 7 de la mañana y aunque quisiera pasar todo el día en la cama con ella, sabía que en unas horas sus hijas se despertarían y tenía que estar en su casa.-Mateo...mis padres no saben donde estoy y… no están acostumbrados a que no vuelva a casa… aunque soy una adulta.-Te llevo hasta tu casa… así yo también duermo un par de horas.-Gracias.Les costó horrores, a los dos, separarse, sin embargo Mateo nunca dijo que la iba a llamar. Ya estaban en la puerta de la casa de Karina y Mateo no se separaba de su boca.-Volvería al departamento y estaría todo el día haciéndote mía.-Yo… también me quedaría con vos…Siguió besándola, hasta que a Karina le sonó el celular.Era su madre para preguntarle en dónde estaba, aunque ella estaba segura que ya la había visto en el auto de Mateo.-Me voy… Feliz año nuevo.-Feliz año nuevo, Karina.Se besaron nuevamente, hasta que lograron separarse.En ningún momento Mateo le habló de vers
Se dedicó plenamente a sus niñas, ya eran un poco más grandes y se animaba a salir solo con las dos.Solo esperaba que ninguna de las dos quisiera ir al baño, ese era un problemaSiempre optaba por paseos relativamente cortos, así evitaba ese problema.Las gemelas ya comenzaban a pedir lo que querían, tanto en los paseos como en elegir la ropa que usaban, también pedían golosinas, no cualquier golosina, ella querían elegir.Ese día no dejaban de decir que querían ir a un pelotero.Mateo accedía a todo lo que ellas querían, no sabía otra manera para hacerlas felices.Todavía eran pequeñas y no tenían madre.Solo por eso les iba a buscar la luna si ellas se lo pedían.Entró a un pelotero y se dirigió con sus hijas al sector de los más pequeños.Les sacó las sandalias a una y luego lo hizo con la otra.Alzó a una y la depositó en el pelotero y luego hizo lo mismo con la otra pequeña.-Papi, sacame una foto.-Papi a mí sácame la foto.-Le sacó una a cada una y luego a las dos juntas.-Sí
La voz de una de sus hijas lo sacó de sus pensamientos. -Papi ¿Nos podemos quedar un ratito más?-No, Jazmín, el abuelito nos está esperando.-Un ratito muy chiquito.-Él último ratito.Mateo sentía, de a ratos, la mirada inquisitiva de Karina, veía dolor en sus ojos.Se sentía realmente amargado, como le decía su hermano.No por las niñas, sino porque se le estaba escapando de sus manos, una mujer que lo había llenado por completo, que lo había vuelto loco, que le sacaba el sueño, se comprendieron demasiado bien en la cama, eran puro fuego…Había perdido la cabeza por ella y nunca le había pasado, eso sentirse así por una mujer.-Tía, vení.Karina se acercó nuevamente a Tati.Mateo observaba el cariño que le tenía esa criatura y ella a la criatura y cómo la trataba y se imaginó que Karina podría ser la madre de sus hijas, no su madrastra, sino su verdadera madre.Sintió un dolor tan profundo en su corazón, que hasta le cambió la expresión de su rostro.Sus niñas no tenían madre y es
Entró a su oficina, no había demasiado trabajo, sus amigos lo llamaban a cada rato, estuvieron presentes en su vida cuando falleció Liliana y a veces se acercaban a la fábrica a tomar unos mates o simplemente a saludar, en este momento se hallaba más solo que nunca, no por extrañar a Liliana, la ansiedad que sentía tenía que ver con cierta pelirroja.Pensó en encontrarse con Javier o con Matías, o decirles que pasaran por su empresa o simplemente charlar con Gustavo, pero no le iban a dar los tiempos para hacer todo el trabajo que tenía pendiente, si venían amigos a acompañarlo.Unos días también pasaba su padre y hasta pasaba su hermano que si bien trabajaba con ellos, a veces se quedaba charlando demasiado tiempo, lo agradece, pero a él, a veces, le gustaba la soledad.Por eso fue que terminó acostándose con Josefina, fue un par de días con su hija, para acompañarlo, hasta que una noche sucedió, lo charlaron y él le aclaró, desde un principió, que era una relación abierta y que siem
Por la noche, en su cama, dando vueltas, trató de analizar todo, como lo hacían con su amiga Silvina y hasta con su cuñada que también era psicóloga.Él no la había vuelto a llamar y por más ocupado que haya estado con sus hijas, estaba segura que un hombre como él, puro fuego, no iba a estar demasiado tiempo sin sexo, por lo cual ya se debía haber acostado con unas cuantas más, después de ella.Eso le hizo tener un nudo en su estómago.Tal vez lo hizo de nuevo con su amiga Josefina...recordó el inmenso pecho de esa mujer.Karina siempre estuvo insegura por el tamaño de su pecho, no era chata, pero su tamaño era más bien chico y ese era un complejo que le costaba superar.Era una mujer segura en muchos aspectos y nunca tuvo problema para relacionarse con los hombres, pero ese tema siempre estuvo a flor de piel para ella.Era bonita y lo sabía, tenía una cola llamativa, pero el tamaño de su pecho, era como una basurita en el ojo.Luego, cuando vio a Josefina, se sintió un poco incómoda
Gustavo le tomó la mano a Silvina y se disculpó por la actitud de sus amigas.-Cada vez las aguanto menos a estás dos, el grupo, en principio, eran los amigos de secundaria de Mateo y luego nos fuimos sumando distintos amigos que nos conocíamos en la facultad o en algún trabajo.Quiso dejar en claro que él no era amigo de esas dos mujeres, aunque pertenecían al mismo grupo.-No te preocupes, no podés hacerte cargo de lo que dicen las demás personas, cada uno se tiene que hacer cargo de sus propias palabras.Silvina entendía la incomodidad de Gustavo y se lo dijo con sencillez.-Sí, por supuesto, pero fue realmente incómodo.-Es verdad, pero todo parte que esa noche, estando Josefina, Mateo se fue con Karina y posiblemente se sintió desairada o humillada, porque no la eligió a ella.-¿Vos...cómo sabés que se iba a ir con Josefina?Estaba asombrado por la conclusión de Silvina.-No lo sabía, me lo acabas de confirmar vos, pero la suposición ya la habíamos hecho con Karina.Le dice con u