Temprano a la mañana siguiente.

Claire se fue a su oficina después de desayunar.

Jacob se sentó en la sala de estar, enfadado y ceñudo. Lanzó una mirada silenciosa y desdeñosa a Elaine cuando ella entró en la sala.

Cuando pensaba en los dos millones de dólares que Elaine perdió en el tonto juego de mahjong, su furia se reavivaba en su interior.

Él mismo no tenía mucho dinero. Los dos millones de dólares eran los ahorros que habían acumulado a lo largo de los años, incluyendo el dinero que él ganó al revender las antigüedades, pero ahora, todo se había ido por el drenaje.

De hecho, Jacob sentía que debía retomar sus viejos trucos y comenzar a comerciar en la Calle de Antigüedades nuevamente, y por lo tanto, le pidió a Zachary que vendiera sus antigüedades.

Elaine pegó una sonrisa avergonzada en su rostro cuando vio a Jacob, sintiéndose culpable y arrepentida, pero Jacob la trataba como si fuera invisible.

Ella no se atrevía a quejarse de ello, así que se volvió hacia Charlie y lo