Jake se había resignado completamente a su destino.

En comparación con tener que cavar ginseng durante el resto de su vida en el Monte Golmin, ya era muy afortunado de poder quedarse y cargar cemento en un sitio de construcción en Colina Aurous durante los siguientes veinte años de su vida.

Al menos podría vivir en la ciudad, volver a casa y disfrutar de la vida nocturna de vez en cuando.

Si lo enviaban al Monte Golmin, el resto de su vida desaparecería.

Cuando vio que ya había aceptado su destino, Albert se burló antes de decir: “Debes saber que ya tienes mucha suerte. ¡Te podría haber llevado al criadero de perros y alimentarte a mis perros hoy!”.

Jake asintió apresuradamente antes de decir con gratitud: “Gracias, Sr. Wade. Gracias por ser tan amable conmigo... Gracias, Don Albert...”.

Albert rápidamente ordenó a sus hombres: “Vengan aquí y llevenlo ahora al sitio de construcción. Déjenlo comer y vivir con los trabajadores en la obra. ¡Solo se le permite tomarse dos días libres