Capítulo 2384
En ese momento, el mayor deseo de Doris era que sus padres la comprendieran algún día, pero ni en sus mejores sueños imaginó que su deseo se haría realidad hoy.

Al pensar en esto, Doris se sintió tan conmovida que sus ojos se enrojecieron y estaba a punto de derramar una lágrima.

Para que sus padres no la vieran llorar, Doris se apresuró a decir: "Mamá, Papá, espérenme aquí. Voy a arreglar los trámites del alta ¡y nos vamos a casa!".

***

Mientras Doris realizaba los trámites de alta en el hospital, Isaac y Albert ya habían llevado a Edmund y a sus cómplices a la perrera de Albert.

La perrera de Albert no era solo para que él criara perros para la competencia, sino también para que se ocupara de un montón de negocios ilegítimos, por lo que la estructura de la disposición de la perrera era muy meticulosa y cuidadosa desde el principio de su construcción.

En primer lugar, la perrera de Albert se construyó en un suburbio relativamente remoto donde el terreno estaba poco poblado. Para
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo