Lady Wilson no sabía que mientras iba de camino al hospital, su casa ya había sido ocupada por Jennifer y las otras dos mujeres.

Lady Wilson, Wendy y Hannah se apresuraron a ir al hospital en busca de Christopher y Harold. En este momento, tanto el padre como el hijo parecían momias, ya que todas sus extremidades estaban envueltas en yesos.

Aunque ninguno de los dos estaba en peligro de muerte, se habían fracturado las extremidades y ya habían perdido por completo la capacidad de moverse. En este momento solo podían permanecer en la cama y lamentarse.

En cuanto Lady Wilson entró por la puerta, ella se sorprendió y se angustió al ver a ambos en ese estado. Se apresuró a dar un paso adelante y preguntó: "¡Christopher! ¡Harold! Los dos... ¡¿qué les ha pasado a ambos?!".

Cuando Christopher y Harold vieron entrar a Lady Wilson, no pudieron controlar más sus lágrimas y empezaron a llorar con fuerza.

Sobre todo, Harold, que lloraba desconsoladamente.

Wendy rompió inmediatamente a llorar