Capítulo III

Una vez que llegó a su casa, Julia comenzó a discutir con sus familiares, sintiendo que ya no podía soportar más ese momento.

No puedo creer que consideren que se me está pasando el tren para casarme, me están diciendo vieja -se decía así misma Julia.

-Julia será mejor que dejes de pensar en solo en el trabajo y en amores de la infancia que solo son eso, debes de pensar en ti futuro, darle la oportunidad a alguien, hacer tu vida con alguien, un hombre bueno, que te ame y te apoye siempre -dijo su abuela la señora Meredith Escalante, ya sin paciencia alguna -será mejor que te cases en dos meses máximo o te vas olvidando de tu familia y si no te párese suficiente te olvidas de manejar la empresa también.

Pero ¿Cómo en dos meses? ¡Cómo quieren que me case en tan corto tiempo! Si aún no conozco a nadie que llene ese lugar. La abuela se ha vuelto loca -decía ella en su cabeza.

Frente a la actitud dominante de su abuela, Julia se quedó preocupada.

Mi abuela ya es una mujer muy mayor, no debería hacerle pasar más desplantes. Es más conveniente que salga de aquí ahora antes de que diga algo que no deba decir y le de algo a mi abuela -decía para comportarse.

Entonces salió de su casa de inmediato. Una vez en el auto le pidió al chófer que conduciera.

Estando en camino.

-Señorita Julia, mire cuan vagos son los chicos ahora que prefieren seguir en la calle tan tarde sin hacer nada de provecho con su vida -indico el chófer tras haber visto a varios chicos en la calle incluyendo a John quien se encontraba sentado en una piedra grande cerca de la calle. Pero Julia no le tomaba ningún grado de importancia a eso, pues para ella cada quien tomaba su decisión acerca de lo que hacía y si a esas personas no les importaba que hacer con su tiempo a ella menos. El auto paso delante de él, sin que ella siquiera se diera cuenta.

Quizás no habrían vuelto a encontrarse, ni tener ningún contacto, pero gracias a un charco que se encontraba cerca a John, fue que volvió a suceder. Cuando el auto paso junto a él, el agua lo salpicó no solo en su ropa si no también su rostro.

No puede ser, ¡Quizá este día no debí haber despertado! ¡Ya solo me faltaba esto! - grito John ahora sí molesto.

Pero a la persona dentro de aquel auto no le importaba, pues no lo había visto y al parecer no lo escucho tampoco, porque seguía avanzando.

Aquel hombre mojado, que había tenido dan mala fortuna todo el día, estaba tan enojado, que levanto un pedazo de ladrillo del suelo y lo lanzo hacia aquel auto, antes de que terminara por marcharse así nomás, el pedazo de ladrillo cayo justo en la parte trasera del coche, debido a eso el auto tuvo que frenar para detenerse. El chófer se dio cuenta de lo sucedido y salió de inmediato, para verificar lo que estaba realmente sucediendo. Él no podría ser responsable si algo le ocurría a la señorita Escalante, ella era una de las mujeres más jóvenes, ricas y poderosas de la Ciudad Jardín.

Al escuchar el impacto que tuvo el pedazo de ladrillo en el auto John se sorprendió. Anteriormente el solo le hubiera gritado de cosas, pero no hubiera lanzado nada, pues nunca antes lo había hecho al responder a alguien que le ha hecho u ocasionado algo.

Pero que tonta reacción de mi parte, demasiado impulsiva e inmadura. No puede ser ese auto se parece al de en la mañana, esto no me puede estar pasando -pensaba John sin decir nada.

Mientras se perdía en sus pensamientos, John no se dio cuenta en qué momento el chófer se acercó tanto a él, hasta el momento en que quiso salir corriendo cuando el chófer alcanzó a jalarlo de su ropa para detenerlo.

-¡No puede ser, de nuevo es usted!

-Disculpe ¿Que dice?¿No comprendo? -John se hizo el que no sabía de lo que hablaba.

-¿Acaso ya nos ha tomado algo de coraje? ¿Tiene algo en contra de nosotros? Pregunto el chófer inquieto.

No fue mi intención golpear el auto, en verdad, pero me dio coraje que pasaran y como si no existiera me mojaran todo – dijo John

-¿Si sabes lo que has hecho? Dañaste el asunto de lujo de mi jefa y esto te costará mucho.

Pero ya le dije que lo que hice fue porque usted con ese auto me ensucio toda mi ropa y el rostro provocando mi enojo, si no jamás le hubiera lanzado nada a ese coche.

Unos segundos después se escuchó abrir la puerta trasera del auto y de ella salió una mujer fría y sin ninguna expresión. Apenas la vio salir del coche John se puso algo nervioso y eso hizo que retrocediera algunos pasos. Esa es una mujer que impone, ella es alta, delgada, pero con sus curvas bien marcadas, estaba vestida con un traje de falda y saco color vino de tela fina que la hacía ver aún más imponente.

Aquella mujer no lo miro, solo se dirigió a la parte en la cual su auto fue dañado.

Lo hiciste con causa ¿Verdad? Para vengarte por lo sucedido está mañana.

Al escuchar sus palabras lo que dijo provocó que John se molestara por su comentario, pues el no era un tipo de persona que toma venganza.

-¿Con causa? ¡Si claro! -dijo en tono de burla -¿Dígame usted cómo supe que iba a pasar por aquí? Si ni siquiera la conozco ¿Usted está loca o qué? ¿No cree que exagera? ¡Vaya cosas que dice! Creo que ya le hace falta ir a dormir.

Este día no pudo haber sido peor -dijo en forma de consuelo.

Al decir lo anterior, solo se giró y se marchó a toda prisa, pensando en no querer volver a ver ese auto jamás.

¡Vaya que hombre tan mal educado! Nadie en toda esta ciudad se había atrevido a dirigirse de eso modo a la señorita Escalante -dijo para si mismo el chofer.

El chófer se sentía preocupado y más aún cuando vio marcharse a aquel hombre sin importarle con quién estaba hablando. El rostro de la Señorita Escalante estaba en desconcierto porque nadie la había tratado de esa manera, pero después cambio su gesto por uno algo burlesco cuando recordó lo que había hecho con el anoche.

Es un hombre muy extraño, raro, ¿será que se le callo a su mamá muchas veces de chiquito? - pensó Julia en su cabeza y no pudo evitar sonreír a medias.

-Señorita Escalante, ¿Se encuentra usted bien?

-Aquí no ha pasado nada, ya vámonos respondió ella como si no le importara lo sucedido, aunque en su cabeza ya se estaba haciendo de algunas ideas.

Al regresar al auto, está le envió un mensaje a su mejor amiga, Magaly Ferrer para que le hiciera el favor de investigar a su hombre extraño.

******

John después de haberse encontrado nuevamente con ese auto camino de manera inconsciente al hospital donde se encontraba internada su madre, así que una vez dándose cuenta de dónde estaba, decidió entrar a visitarla.

Por la ventanilla observó que su mamá ya se encontraba durmiendo.

Afortunadamente era un hospital privado y le permitían estar ahí a esa hora.

No solo necesito dinero para ayudar a levantar la empresa de mi padre, sino también para pagar todo lo que necesita mi madre y justo ahora no tenemos nada en ningún lado, solo tenemos lo del hospital y eso a medias, necesito un trabajo con urgencia, o esos seis meses de matrimonio se me aran eternos – pensó en sus adentros John.

Tras ver qué su madre se veía tranquila durmiendo, decidió salir y sentarse en el jardín trasero del hospital, cómo estaba muy cansado de caminar todo el día de prisa, no tardó mucho tiempo en dormitar y quedarse dormido, ya que la fresca brisa del aire también le ayudo a relajarse.

Después de unas horas, unos ruidos de movimiento despertaron a John, ese ruido lo hacía el personal médico, quienes llevaban prisa por atender a un paciente.

-¿Qué es lo que ocurre? -pregunto John por lo bajo aún adormilado.

Ese tipo de situaciones eran totalmente normal que sucediera dentro de un hospital, solo que a John le sobresalto ya que nunca lo había presenciado. Al levantarse de dónde estaba, frotar sus ojos con las manos para después abrirlos bien, se quedó en shock al mirar la situación de aquel paciente.

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