El silencio es tal que podría oírse un alfiler caer. Thomas se gira nuevamente a su abuelo, quien parece estar a punto de estallar. Percival se pone de pie y camina hacia ellos, mira a Luna con desprecio unos segundos de arriba hacia abajo y una mueca de asco aparece cuando ve su vientre abultado.La tensión se puede palpar en el aire cuando Luna se encuentra frente a frente con su abuelo, el hombre que durante años la ha rechazado sin siquiera conocerla. La majestuosa mansión familiar que parecía imponente hasta hace unos momentos, ahora sólo refleja la fría actitud que esperaba encontrar en su abuelo.El corazón de Luna late con fuerza mientras sus ojos se posan en los de Percival, pero sabe que lo que está haciendo no sólo le dará un poco de paz, sino que ayudará a que toda su familia sea libre al fin de ese hombre.Consciente de que este encuentro determinará su lugar en el legado familiar y ante los ojos de su abuelo, extiende la mano para saludar al anciano, pero esto sólo la ve
Zeus logra hacer que su corazón lata de nuevo, pero Percival está muy mal. La ambulancia llega quince minutos después y el equipo médico lo estabiliza antes de llevárselo.Todos salen tras la ambulancia, menos Luna, quien no siente ni una pizca de remordimiento, pena o culpa… no está para sentir nada de eso por un hombre que sólo les arruinó la vida.—¿Estás bien? —le pregunta Jack mientras el auto los lleva de regreso al hotel.—Por supuesto, no tengo razones para estar mal. Después de todo, cada uno de ustedes me animó a que viniera a hacerle saber a Percival que estoy aquí para tomar mi lugar… si la culpa no lo dejó asimilarlo, no es mi problema.—Nena, tú no eres así, me preocupas.—No deberías, después de todo tú me enseñaste a ser así y Bernadette lo vino a reforzar. Y si voy a ser la heredera de los Rochester, aunque sea por unos meses, no puedo mostrar debilidad.Para cerrar la conversación cierra los ojos y apoya la cabeza en el respaldo del asiento, mientras con sus manos ac
Por la mañana Jack sale de la cama con cuidado de no despertar a Luna, pide servicio al cuarto, se mete a la ducha. Para cuando sale, su mujer está sentada en la cama mirando un punto invisible en el blanco edredón, él se acerca a ella y se sienta a su lado mientras se seca el cabello.—¿Estás bien, mi amor? —ella asiente con una sonrisa débil y Jack la abraza—. Mentirosa. Pedí el desayuno, debería estar por llegar, ¿vas a ducharte ahora o luego?—Mejor ahora —sale de la cama y Jack no duda en volver a meterse con ella para ayudarla.Tras vestirse sin mucha prisa, reciben el desayuno y se sientan a comer en silencio. Jack de vez en cuando le contesta algunos mensajes a Anish, quien se ha quedado a cargo de la empresa mientras Jack permanece lejos.Al terminar de comer, los dos terminan de alistarse y salen con rumbo al hospital. Al llegar, se encuentran a Elyan con la misma ropa de la noche anterior, aunque con la pajarita colgando y dos botones abiertos, el cabello desordenado y prof
Con la muerte de Percival las cosas se habían vuelto mucho más ligeras y ese miedo de Elyan porque descubriera que había regresado a la vida de sus hijas se disipó.Aunque lloró a su padre muchísimo, al día siguiente comenzó a tomar control de absolutamente todo, pero dejó en libertad de acción a Luna y Beverly, quienes no dudaron en regresar a Seattle.Luego de un día bastante intenso, en donde tuvieron que arreglar algunas cosas que quedaron pendientes y otros imprevistos que se dieron porque ellas no estaban allí, Luna llega a casa y sólo quiere meterse a la cama para dormir mucho.Jack no pasó por ella porque también debe ponerse al día con los asuntos que salieron mientras la acompañaba en sus asuntos. Se va a la cocina con el táper con comida que se ha traído del restaurante, porque sabe que sería tonto llegar a cocinar luego de pasarse el día así.Lo mete en el microondas, coloca platos y cubiertos y se queda mirando el jardín unos minutos. Cuando el aparato termina de hacer lo
En cuanto Jack abre los ojos, salta de la cama y comienza a dar saltitos de alegría por toda la habitación. Luna abre los ojos con pereza quejándose por el escándalo que está haciendo su hombre, pero al verlo saltar como si fuera un niño en navidad para abrir los regalos, sólo le queda sonreír.—¡Es hoy, es hoy! —grita emocionado y a Luna se le hace tan parecido a una película infantil.—Sí, mi amor es hoy, al fin sabremos qué será este bebé tan revoltoso.—Y espero que, a partir de hoy, señora Gosling, comience a controlarse más su embarazo, ha sido muy descuidada —le dice ayudándola a salir de la cama para ir a la ducha.—He seguido todas las recomendaciones que el doctor me dio en Francia, allá me controlé el embarazo todos los meses, así que puedes estar tranquilo.Jack sólo le dedica una mirada de reproche, pero ella sólo rueda los ojos y se va al baño con una caminata un tanto tambaleante, porque ya el vientre le pesa.Por supuesto que él no pierde la oportunidad y se va tras su
Luna se mira al espejo y sonríe al verse tan hermosa, a pesar de que tiene un enorme vientre, el vestido le queda precioso, el peinado se ve elegante y su maquillaje suave hace que sus ojos color ámbar resalten.Jack se acerca a ella y la abraza por detrás, apoya su mentón en su hombro y juntos sonríen felices. Realmente es un día bastante importante para los dos, como antesala de lo que en un tiempo más seguro va a ocurrir.—Te ves realmente hermosa, esposa mía.—¿En serio soy tu esposa? Porque por más que me veo las manos, no encuentro el anillo —Jack se ríe, ese lenguaje mordaz que Luna cada vez suelta más sin cohibirse le fascina.—Bueno, un día de estos lo verás y no te darás ni cuenta de cómo llegó allí.—Pues yo te recomiendo que es mejor que yo sí me dé cuenta de cómo llegará ese anillo a mi mano porque no querrás que te lo saquen en cara toda la vida.Luna se gira para enfrentarse a la mirada poderosa de Jack y sonríe al ver que siguen siendo sus ojos enamorados que siempre l
Tras la boda de Zeus y Beverly, como estos se han ido de luna de miel, a Luna le ha tocado hacerse cargo del restaurante, aunque en un horario más acotado para no estresarse tanto porque Beverly representa la mitad de la fuerza en aquella cocina.—¡Vamos chicos, nos queda la última hora! —dice con una enorme sonrisa y todos la imitan.La verdad es que los comensales casi se pelean los puestos, pero sigue siendo abierto. Aunque Zeus le propuso usar el sistema de reservas, ella le dijo que no, porque quería que siguiera siendo espontáneo.Para cuando sirven el último plato, se deja caer en una silla que los chicos le han dejado allí para que descanse los pies cada media hora, se quita los zapatos y cierra los ojos mientras acaricia su vientre.—Alguien está descansando bastante bien, al parecer —le susurra Jack al oído y ella sonríe, buscando sus labios—. ¿Ya estás lista?—Esperemos a que terminen de limpiar, nos queda al menos una hora, te invito a mi oficina, que más parece guardería
En pocos segundos, los mismos paramédicos que están en el lugar, reaccionan y corren para atender a Luna. Acercan una camilla, la suben en ella y Jack no se da cuenta que en dos minutos desde que ella se desmayó, ya están sobre una ambulancia para llevarla a un hospital.—Dígame, por favor, ¿qué es lo que tiene mi mujer?—La señora tiene la tensión un poco baja. Debemos llevarla al hospital lo antes posible para que le hagan pruebas y así podamos descartar alguna situación de riesgo.Jack asiente y se queda en silencio sosteniendo una mano de Luna quién no ha logrado despertar. Cuando llegan al centro médico, Luna reacciona y él se acerca a ella para que vea que no está sola.—¿Dónde estoy? —pregunta, cuando el ceño fruncido y Jack le responde de inmediato.—En el hospital, mi amor, te desmayaste mientras estábamos hablando con el oficial.—No recuerdo mucho…—Señor, debe esperar aquí a que revisen a la señora. Cuando ya sepamos que es lo que pueda tener, un doctor saldrá para darle l