Después de terminar la comida, Enrique llevó muy rápido a Diana a su habitación.—¿Hermana, de verdad estás saliendo con él?—¿Mamá ya está tan desesperada por dinero que tú también te unes esa locura? —Diana le dio un golpecito en la frente a Enrique, molesta—. Dime ya ¿con cuál ojo me viste salir con él?—Pero ustedes hace un rato... —Enrique juntó sus manos, imitando un suave gesto de beso—. Se besaron.Diana se sonrojó de golpe.—¡Fue solo un accidente!—¿Cuántos "accidentes" puede haber? —Enrique muy serio, adoptando una postura madura y experimentada—. Hermana, sé que acabas de divorciarte y entiendo que no es fácil estar sola allá afuera, pero si piensas en volver a casarte, deberías mejor tomarte tu tiempo para elegir con cuidado.Al ver la preocupación en el rostro de su hermano, el corazón de Diana se llenó por completo de calidez, y le dio una palmadita en el hombro.—No te preocupes, lo entiendo muy bien. Tú enfócate en tus estudios; ya sea que decidas estudiar aquí o en el
Diana finalmente logró sacar a Valentín del callejón en el que se encontraba.—Señor Valentín, estuve pensando que antes de comenzar el proyecto, necesitamos tener otra reunión para discutir...—Tu mamá no nos siguió. —Una frase fría y directa interrumpió todo el discurso que Diana había estado preparando durante todo el camino.Diana tosió, intentando ocultar su incomodidad. ¿Qué reunión de proyecto por la tarde? ¡No existía tal cosa!Frente a ella, Valentín sacó de repente su teléfono y llamó al conductor:—Ven a recogerme ahora, estoy en la entrada del callejón.Al ver que Valentín colgó el teléfono, Diana inmediatamente dijo:—Ya que te vienen a buscar, señor Valentín, me voy adelantando. Nos vemos en la próxima reunión del proyecto.Valentín, sin embargo, la agarró rápidamente del brazo.—¿Me sacas de ahí y ahora quieres dejarme solo?—Yo... —Diana se quedó en ese momento sin palabras—. No era eso lo que quería decir.—¿No querías pasar tiempo a solas conmigo? Pues complazco.—¿Qu
Pero después de haber trabajado con Valentín por tanto tiempo, Luis había desarrollado un sentido muy agudo para las situaciones. Tras un breve momento de desconcierto, inmediatamente pensó en una posibilidad.—Dime ¿es la señorita Diana quien quiere rentar la oficina?Valentín respondió con un leve asentimiento.Luis captó al instante lo que él quería decir.—Entiendo, jefe. ¿Deberíamos ofrecerle una renta más baja?—No, cobraremos el precio de mercado.Diana no era de esas personas que buscaban aprovecharse de los demás, y no le faltaba dinero. Si no fuera porque estaba preocupado por la seguridad y el mantenimiento en otros edificios, ni siquiera habría considerado bajo ninguna circunstancia ayudarla con esto.Mientras tanto, Diana fue a ver las oficinas que le había recomendado la agencia.—Este lugar está un poco deteriorado, pero el alquiler es razonable. Después de todo, no es muy costoso.El agente le describía en detalle las características del lugar mientras Diana hacía un re
—¿Cómo supiste dónde renté la casa? ¿Fue mi hermano mayor quien te lo dijo?El mensaje de Diana apareció al instante en la pantalla.Lucía, con el celular en mano, respondió: "El amigo que el hermano mayor tiene en el extranjero... lo conozco también. Lo adiviné."Comment by 作者: Marca de dialogo—Ah, ya veo. Entonces, ¿vienes a cenar esta noche?—No, la verdad tengo una videoconferencia esta noche. Será para la próxima.—Está bien.Después de responderle a Lucía, Diana salió en ese momento junto con la agente inmobiliaria que le estaba mostrando la casa.—Luego, por favor, ayúdame a buscar una oficina adecuada. No necesita ser muy grande, pero sí en un buen ambiente.—Claro, no hay ningún problema.Por otro lado, después de dejar el teléfono, Lucía se apoyó en el lavamanos y se levantó.Al ver en el espejo su rostro demacrado, se echó agua fría en la cara. Mientras acariciaba su piel húmeda, en sus ojos, usualmente firmes y suaves, apareció un indicio dominante.Es cierto que no era t
—¿Invitaste a Lucía?—Sí, pero dijo que tenía que trabajar horas extras esta noche y por lo tanto, no podría venir. Qué lástima, seguro que a Lucía le encantaría este tipo de restaurante pequeño y acogedor; siempre ha sido bastante artística.Los ojos de José brillaron ligeramente.—¿En serio? No lo sabía.—¿Cómo qué no? Los tres nos conocemos muy bien desde hace tantos años, ¿aún no conoces la personalidad de Lucía? Además, después de graduarnos, ¿no trabajaron juntos por un tiempo?—Diana, te equivocas. Lucía y yo solo colaboramos entre la empresa y la firma de abogados. En realidad, no tuvimos mucho contacto personal; ambos estábamos muy ocupados.—Pues, la verdad deberían tener más contacto. Mira, ambos están solteros. Quizá, si se ven más seguido, podrían desarrollar algo bonito.—Diana. —José se puso serio de repente.—Tranquilo, solo estaba bromeando.—Ese tipo de cosas no es algo con lo que se deba bromear.Diana se quedó ligeramente sorprendida por esto.—Perdón, hermano mayor
Al regresar al hotel, Diana se dirigió primero a la recepción para hacer el registro de salida.Desde que se había mudado de la casa de la familia Martínez, pasando por el juicio y hasta ahora, había pasado tres meses viviendo allí. El costo no era tan elevado. Aunque ahora tenía dinero suficiente, aún le dolía un poco pensar en lo que había gastado.—Hola, quiero hacer el check-out mañana al mediodía y liquidar la cuenta, por favor.—¿Cuál es su número de habitación?—1204.—Señorita Diana, ¿verdad? No necesita pagar por su estancia.Diana se quedó atónita.—¿Ya está pagado?El gerente de recepción del hotel esbozó una ligera sonrisa.—El señor Valentín es accionista de nuestro hotel.Solo entonces Diana entendió lo que estaba realmente pasando.De vuelta en su habitación, se dejó caer pesadamente en el sofá con un suspiro.Otra deuda de gratitud hacia Valentín.Lo que más temía era deber favores. En este mundo, la mayoría de las cosas que se pueden resolver con dinero no deberían imp
Por la noche, Diana no dejaba de dar vueltas en la cama, incapaz de conciliar el sueño.Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de su día con Valentín llenaban por completo su mente, y su voz resonaba de manera constante en sus oídos.Tuvo que admitirlo: ese hombre tenía un encanto innegable.A la mañana siguiente, Diana muy temprano empacó sus pocas pertenencias y se mudó a su nuevo hogar.—Gracias, aquí está bien.Después de despedir a los trabajadores que la habían ayudado a mudarse, cerró la puerta y se quedó de pie en la acogedora y limpia sala, sintiendo en ese momento cómo su ánimo mejoraba.El timbre de la puerta sonó.—¡Voy!Diana pensó que tal vez algún trabajador había olvidado algo, pero al abrir la puerta, vio casualmente al asistente de Valentín, Luis.—¿Luis? ¿Qué haces aquí?—Señorita Diana, buenos días. El señor Valentín supo que hoy te mudabas, así que me pidió que trajera algunos artículos de primera necesidad. —Luis levantó con cuidado las bolsas que llevaba en
Diana estaba concentrada en la sala, organizando su equipaje. Desde la cocina, se escuchó el sonido de una puerta cerrándose de golpe.El estruendo fue tan fuerte que la hizo estremecerse. Instintivamente, giró la cabeza y vio a Karina manipulando con un pescado en la mano. Con un movimiento decisivo, cortó la cabeza del pez de un solo tajo.Un fuerte escalofrío recorrió el cuello de Diana, y su corazón dio un brinco. Desvió al instante la mirada en silencio.¿Acaso Karina la estaba imaginando a ella en lugar de ese pescado?Mientras tanto, Luis ya había recogido a Valentín.Valentín tenía una reunión con empresarios extranjeros en el centro de exposiciones por la mañana. Originalmente, tenía un almuerzo programado con los socios comerciales, pero lo canceló con anticipación.—Jefe, ¿por qué mandó a Karina a casa de la señorita Diana para cocinar? Karina es muy fría, me preocupa que la señorita Diana no se lleve bien con ella. ¿No hubiera sido mejor enviar a Sara? Después de todo, en r