Para cuando terminaron los entrenamientos Freya ya estaba con la ira irradiándole en cada poro del cuerpo. Una cosa era fingir frente a Amateur, pero otra muy diferente era fingir también frente a Katie. La guardiana Stanfers que causó tanto dolor en Fitz y lo llevó a lo que fue. Desde que Amateur la presentó como su Stanfers de confianza ella deseó asesinarla en ese momento con todas sus fuerzas.
Ahora todos ellos estaban reunidos con esa mujer para entrenar su falta de remordimiento con las personas, según ellas cada uno debía perder cualquier rastro de compasión. La prueba estaba delante de ellos. Debían matar a un inocente desde adentro con su habilidad sobre la sangre.
Katie ya había matado tres para demostrarles lo que debían hacer. Amateur segu&ia
La eternidad le otorgó ropaje nuevo a Freya antes de salir. Las armas fueron guardadas en el armario del pequeño estudio y el cabello de la Stanfers fue trenzado y limpiado como una princesa de otra época.Uno de los vestidos viejos de la eternidad fue otorgado a Freya, una pieza de tela fina en color azul cielo, sandalias de cuero que debía amarrar meticulosamente a la altura de sus rodillas. Su largo cabello castaño tenía una corona trenzada en la cima de la cabeza, con flores azules que resaltaban sus ojos azul eléctrico con el aro dorado que apareció al estar en Eter. Su piel lechosa brillaba bajo la tenue luz de la tarde y por primera vez Freya no se sintió un guerrero, sino que fue de nuevo una mujer hermosa que las armas tenían ocultas.El espectro la observaba
Freya envió un pulso de poder de fuego en dirección al pasillo opuesto en el que se encontraba. Los guardias que custodiaban ese lugar inmediatamente se precipitaron ante esa onda. Justo como ella deseaba.Se deslizó por las sombras del amplio pasillo hasta la habitación de los guardianes, no tenía la protección de Annaroth con los subordinados del templo, solamente con Amateur. La cual se estaba ocupando de mantener a Amateur fuera del templo para que ella pudiera actuar sin límites, si Freya se dejaba o no capturar era su problema.Abrió la puerta del salón de guardianes confiada de no pelear con ningún otro guardia, pero un sujeto la atacó al cerrar la puerta. Un gruñido salió de su garganta al ocultar su grito. El sujeto aumentó la pres
El Templo Eterno.El lugar más peligroso de todo el mundo.Esas columnas talladas en piedra con el revestimiento de oro de la entrada y la amplia puerta de plata de más de cuatro metros era el recibidor del mismísimo infierno. Entrar al templo eterno era entrar a un juicio de muerte.Estaba custodiado por elementales antiguos. Además que la mismísima eternidad lo conjuró para que, todo el que entre en ese lugar deba pagar un precio por las respuestas o por dejarse llevar de la curiosidad que el templo les otorgaba a los elementales y naturales.Sueños, años de vida, el alma misma... Los pagos de ese templo eran inimaginables, nadie se ha atrevido a cruzar sus puertas en
Necesitaba un descanso de todo esto. Un descanso definitivo de toda esta guerra que tenían sobre ellos en ese momento.Fernanbeth se encontraba caminando por sus campos de guerra bajo los gritos de órdenes a su alrededor.Todos vestidos con cueros y hierros cubiertos de rasguños y abolladuras, cada persona de ese campamento siendo un sobreviviente de la última batalla. Algunos incluso estaban cargando los cuerpos de los caídos aún, los muertos del ejercito de su hermano capturado contra los muertos del templo. Ella evitó verlos detenidamente cuando entró en la carpa militar en el centro del campamento.Estaban resistiendo cada ataque de esa mujer con la esperanza de que, en cualquier momento, sin importar qué, Cydiler y los
Luego de mostrarle los calabozos, la eternidad buscó inmediatamente la ubicación del salón de entrenamientos de su hermano para ayudar a Francis Tetzaco y a Freya a controlar sus habilidades. Tardó cinco días en encontrarlo, por lo que Freya tuvo que resignarse a ir a esperar todo ese tiempo.Asistió a los entrenamientos como si nada estuviera sucediendo en las profundidades del templo y en la noche exploraba el lugar siendo camuflada por lo que sea que use el espectro para mantenerla oculta de la presencia de su hermana.Ya había notado que el templo se dividía por secciones separadas por puertas que bien podían transportarlos a otra cámara del lugar si así lo deseaba. Era un laberinto, pero había logrado descifrar gran parte los días que la vigi
De nuevo, otra semana se cernió en el templo.Todos los aspirantes estaban entrenando en el gran salón junto a sus respectivos entrenadores y la atenta mirada de Amateur que no dejaba de ver en ningún momento los progresos de ellos. De ver las fuerzas que lanzaría a los naturales cuando se le antojase, un poder de destrucción que ella pensaba que iba a poseer completamente.Freya chasqueó la lengua ante ese pensamiento.Se levantó del suelo del salón donde se encontraba y se giró a los grandes pasillos del templo. Los Stanfers habían terminado su entrenamiento hace mucho, ellos solo estaban allí por ocio y ella no deseaba permanecer más tiempo del necesario fuera de la habitación. Bajo todos esos
La Stanfers estaba caminando con paso aburrido a través de los campos exteriores del territorio fantasma. Sus manos en los bolsillos rasgados de sus pantalones carmesí, la mirada en el suelo con la coleta deshecha sobre su rostro cubierto de sangre.La espada en su espalda también estaba cubierta de sangre y su olor estaba impregnando su presencia en ese momento, bajo la luz de la luna. La única sangre que venía de ella era la que reposaba en hileras finas en sus mejillas, la única prueba de lo mucho que la está matando este entorno.– Freya. – murmuró sorprendido frente a ella.La asesina se detuvo en su andar despreocupado, sin levantar la mirada. Dos gotas de sangre cayeron al suelo al deslizarse libremente de las p
Entrada la noche, Freya caminaba con paso seguro por los pasillos del templo hasta la entrada del lugar. El espectro estaba ocupado buscando el acceso a ese calabozo sin llamar la atención de su hermana. Mientras que ella hablaba con el Eitak al que le pertenecía su alma.Más no lo haría con su aspecto actual, no. Ya había tomado prestado la imagen de otra chica muerta del asentamiento que destruyó. Una con ojos grises y cabello negro sobre la barbilla. Letal. Un gran contrincante, lástima que Freya no tenía la sangre donde ella pensó.– Fitz. – saludó la pelinegra, sentándose junto al hombre en los escalones del templo.Las sombras estaban cubriéndolos de cualquier ojo curioso del templo. I