HIAN
Me dolía todo el puto cuerpo desde que salí de esa maldita celda. Intentaba levantar un poco de viento para estabilizar mis movimientos torpes al caminar, pero era inútil. Estaba débil, demasiado débil.
Y con cada paso que daba al interior del laberinto me ardía la herida de mi hombro. La herida que me hice hace unos cruces atrás, cuando uno de los asesinos se defendió con tanto ímpetu que no pude evitar que me alcanzara con uno de sus cuchillos. Uno que, por mera suerte no tenía magia negra.
Alcancé una de las paredes con los ojos cerrados, mitigando el dolor en mi herida. Hace mucho le pedí ayuda a cualquiera que escuchase para terminar con este suplicio. Para que esté laberinto tuviera un
GALHETEstaba agotado al momento de encontrarme con Krisha y Mark en el laberinto. Mis músculos ardían por las quemaduras que obtuve al salir de la celda y cada respiración era dolorosa cuando la realizaba.Mi prueba no fue como la de ellos, yo tuve un compañero conjunto a mí celda. Y en el momento que ambos salimos de la misma, él me atacó sin detenerse a pensar, o agradecer que lográramos salir de ese lugar con vida, no le importó nada. Simplemente deseaba mi sangre en sus manos y luego correría por el laberinto para ser libre.No estaba preparado, estaba roto. Ya no era un chico, era una bestia hecha de miedo. No quería vivir, sólo buscaba una muerte rápida.
Cuando la mujer de sangre – como la han estado llamando los jugadores que se encontraron con ella conforme caminaba – entró al espacio oscuro que era el final de todo el laberinto. Inspeccionó el lugar un minuto con una ráfaga de aire y fue cuando lo notó, en la oscuridad de ese lugar se encontraba un monstruo sediento de sangre. Una bestia de seis extremidades con huesos en lugar de músculos y unos ojos rojos que le devolvía la mirada cubierta de hambre.El laberinto fue construido para nunca terminarse.Se adentró a la oscuridad de ese lugar y no lo dudó.Destruyó cada parte de ese monstruo y luego pulverizó sus restos con las llamas rojas rodeando su cuerpo.
– ¿Cómo...? – comenzó a preguntar Freya con la boca abierta.El espectro sonrió.– ¿Cómo puedo hablar contigo ahora? – termina de hablar la eternidad con una amplia sonrisa.Su figura fantasmal ya se había terminado de materializar frente a Freya. El cabello castaño ondulante a la altura de su pecho brillaba junto a la luz incandescente azul que la rodeaba, su perfil afilado y sonriente resaltaba lo alto de sus pómulos, sus ojos azul eléctrico con la pupila dorada, labios gruesos y de un delicado color rosa. Cubierta completamente por un antiguo traje de combate, un corpiño negro apretando su cintura, la falda de un color negro y el escote a la altura de la clavícula la hac&iacut
Debía cobrar algunos favores antes de regresar a la habitación.Freya decidió confiar en la palabra de la eternidad, la colocó a prueba en el instante que se transportó fuera del templo hasta las tierras Eitak donde conocía a las personas adecuadas para cobrar todos los favores que le debían.Cubrió su imagen con la capucha de su capa negra, cortesía de un guardián del templo que tuvo la mala suerte de verla y murió a los segundos de respirar su nombre.Estaba descendiendo las interminables escaleras de tierra de los límites de la ciudad, algunos elementales la miraron con curiosidad por la presencia que emitía, los naturales apenas y la notaban en medio de su caminar despreocupado en la salida d
GALHETLa muerte de Cydiler en el laberinto nos tenía sorprendidos a todos conforme pasaban los minutos de un nuevo día. Veía a los jugadores entrar a la habitación de entrenamiento con su traje del color de su elemento y no podía creerlo todavía, no puedo aceptar con tanta facilidad que ella haya muerto.Incluso cuando su cuerpo cubierto de sangre apareció frente a nosotros en el salón de los dioses no lo creía, ella no era débil. Eso debía ser un maldito juego de esa mujer en nuestras mentes.Los jugadores Stanfers comenzaron a entrar al salón, uno tras otro y, fue allí cuando volqué mi interés en esas personas cubiertas de ropa carmesí y miradas frías.
Para cuando terminaron los entrenamientos Freya ya estaba con la ira irradiándole en cada poro del cuerpo. Una cosa era fingir frente a Amateur, pero otra muy diferente era fingir también frente a Katie. La guardiana Stanfers que causó tanto dolor en Fitz y lo llevó a lo que fue. Desde que Amateur la presentó como su Stanfers de confianza ella deseó asesinarla en ese momento con todas sus fuerzas.Ahora todos ellos estaban reunidos con esa mujer para entrenar su falta de remordimiento con las personas, según ellas cada uno debía perder cualquier rastro de compasión. La prueba estaba delante de ellos. Debían matar a un inocente desde adentro con su habilidad sobre la sangre.Katie ya había matado tres para demostrarles lo que debían hacer. Amateur segu&ia
La eternidad le otorgó ropaje nuevo a Freya antes de salir. Las armas fueron guardadas en el armario del pequeño estudio y el cabello de la Stanfers fue trenzado y limpiado como una princesa de otra época.Uno de los vestidos viejos de la eternidad fue otorgado a Freya, una pieza de tela fina en color azul cielo, sandalias de cuero que debía amarrar meticulosamente a la altura de sus rodillas. Su largo cabello castaño tenía una corona trenzada en la cima de la cabeza, con flores azules que resaltaban sus ojos azul eléctrico con el aro dorado que apareció al estar en Eter. Su piel lechosa brillaba bajo la tenue luz de la tarde y por primera vez Freya no se sintió un guerrero, sino que fue de nuevo una mujer hermosa que las armas tenían ocultas.El espectro la observaba
Freya envió un pulso de poder de fuego en dirección al pasillo opuesto en el que se encontraba. Los guardias que custodiaban ese lugar inmediatamente se precipitaron ante esa onda. Justo como ella deseaba.Se deslizó por las sombras del amplio pasillo hasta la habitación de los guardianes, no tenía la protección de Annaroth con los subordinados del templo, solamente con Amateur. La cual se estaba ocupando de mantener a Amateur fuera del templo para que ella pudiera actuar sin límites, si Freya se dejaba o no capturar era su problema.Abrió la puerta del salón de guardianes confiada de no pelear con ningún otro guardia, pero un sujeto la atacó al cerrar la puerta. Un gruñido salió de su garganta al ocultar su grito. El sujeto aumentó la pres