Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMi hermosa Amaia estaba celosa o no habría salido de esa forma tan intempestiva como salió de mi oficina, no me disculpé con la güera y poco me importó dejarla sola en mi oficina, para ir detrás de la mujer que amo.–Amaia, alto ahí por favor – Ella comenzó a correr cuando me supo cerca – Tenemos que hablar, cariño.Ella no me hizo caso y siguió caminando sin importarle que iba detrás, no se detuvo para nada, no me gustaban los berrinches.–No quiero hablarte Axel, déjame en paz – Ella estaba llorando y eso no lo soportaba – Me largaré a hacer mi tarea a otro lado, buen provecho.Ella alcanzó a salir a la calle y se fue corriendo lo más rápido que pudo por un callejón que estaba al lado del despacho, ahí la alcancé y la pegué a la pared, no le iba a permitir que siguiera huyendo de esa manera, ya no pudo huir más, estaba aprisionada entre la pared y yo, ahogada en llanto y sin levantar la mirada para verme a los ojos.–Amaia cariño, no tienes
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEmpecé a caminar dejándola atrás, sin importarme que estuviera llorando. Odiaba que se pusiera en ese plan, que no me creyera y no le iba a estar rogando, yo no le ruego a nadie. Seguía caminando a paso lento, para que fuera ella está vez quién recapacitara y caminara para seguirme a mí, pero al no hacerlo me provocó voltear y al hacerlo me asusté cómo nunca en mi vida, estaba tirada desmayada en el piso del callejón.–Amaia, mi amor, cariño despierta por favor preciosa – Llegué corriendo a su lado en milésimas de segundo – Por favor, mi chiquita háblame.La levanté en mis brazos y al hacerlo, mi mirada se cruzó con la de la güera que veía la escena muy consternada.–Axel, lo siento te estabas tardando y salí a buscarte – Explicó mi amiga – Pensé que habías tenido un problema con tu chica y no me he equivocado.No sabía cómo mantenerla cargada e intentar recoger sus cosas, afortunadamente mi amiga había decidido salir a buscarnos.–Güera, ayú
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoNos fuimos a comer a un bonito restaurante Axel, su amiga, la güera y yo. No podía negar que, aún me sentía demasiado apenada con ella por la manera tan fea en la que me puse, sin saber nada de su relación de amistad con Axel. Nos sentamos en una bonita mesa y empezamos a ver los menús que estaban ahí. Axel se sentó a mi lado y de vez en cuando me besaba, lo que no pasó desapercibido para la güera.–Me siento mal haciendo el mal tercio, chicos – Manifestó la güera – Pero, la verdad se ven hermosos juntos.–Gracias, güera – Respondió Axel – Ahora ya conoces, a la mujer de la que estoy enamorado como un estúpido.–Estúpido ya estabas amigo mío desde que te conocí y no me van a dejar así con esta incertidumbre – Ella nos volteaba a ver a ambos – Amaia, hermosa cuéntame ¿Cómo acabaste andando con este hijito de su madre?La güera nos hizo reír a carcajadas a Axel y a mí con su comentario. Me tuve que controlar un poco de mi ataque de risa,
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México–Es que se ve un poco, pues no sé raro – Dije apenada – Pero si tú eres clienta y está bien aquí, pues vamos, por un día no creo que me pase nada.Entramos a la cantina y no estaba tan feo como yo pensaba, no era el tipo de lugar que me gustaba, pero, podría sobrevivir un rato ahí. Vimos unas sillas altas de las que ponen en las cantinas y nos fuimos a una mesa de las de una esquina. Entre menos cerca de la gente, mejor pensé, no me gustaba relacionarme con desconocidos.–Amaia, ¿Qué se te antoja tomar? Hoy hay 2 x 1 en bebidas nacionales para ellas – La güera se sabía las promociones – A mí se me antojaron unas palomas.Muy bien, debíamos aprovechar, empezaría con algo no muy tan pesado, no quería emborracharme a la primera, pues sabía que la güera me había traído aquí para seguir con el interrogatorio.–Bien, yo, creo que pediré unas piñas coladas – Dije decidida – No me gusta mucho el tequila.–A mí sí, creo que es algo en lo que no
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoApenas acomodé a Amaia en el auto y ella de inmediato, cerró los ojos. No podía creer que las dejé unas 4 horas máximo y acabaron ambas en esas condiciones tan terribles, lo que provocó que yo discutiera con la güera, de camino al departamento.–Axel ya bájale a tu enojo – Mi amiga seguía en ambiente – Además Amaia ya se ha quedado dormida.–Me parece el colmo güera, que viendo tú misma hace rato que Amaia se desmayó, te atrevieras a darle de tomar – Le reclamé – Por si no lo sabes, hoy le fueron a sacar sangre porque van varias veces que se desmaya.–Eso no lo sabía Axel y no soy adivina. Ella, tú chica no me dijo nada y lo siento, pero nada quita lo bien que nos la pasamos.–Tanto qué mírala cómo está, se acaba de quedar dormida y mañana tiene que ir a la escuela, parece que no piensas güera.–Para Axel, detente que quiero devolver – Justo lo que me faltaba pensé.Me orillé a un costado de la Avenida para que ella, se bajara a devolver. Ama
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Amaia, ahora dime que no vas a volver a comportarte así – Le ordené – Eso, si quieres que siga, si no lo haces, me voy a detener.–No Axel, no por favor, no te detengas – Me suplicaba.–Dime lo que te he ordenado que digas, cariño. Hazlo. – Exigí.Ella no decía nada, yo tuve que poner más presión para hacerla desesperar aún más, comencé a introducir uno de mis dedos en ella, y empecé a entrar y salir de ella con mi dedo, lo que desató al tope su excitación y comenzó a gemir sin control, después metí otro dedo y la besé para escucharla gemir en mi boca.–Axel, ya por favor…–Dime lo que te ordené, Amaia. Si es que quieres que pase algo más, que yo con verte, así como estás ahora, me puedo dar por bien servido.Le estaba dando la oportunidad de que aceptara su culpa, para poder satisfacerla, lo que había hecho no se podía volver a repetir. No le iba a aceptar una más de sus tonterías.–No volveré a comportarme así – Dijo agitada – Por favor Ax
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoLlegué a casa de Ale a bordo de un taxi, ella estaba ya en la cocina haciendo de desayunar. Esperaba por todos los medios que, no se diera cuenta que había estado llorando.–Hola Amaia – Ale abrió la puerta – Esto tuyo con Luis Miguel va demasiado en serio hermanita, ya casi no duermes aquí y no te hagas que me debes unas bebidas ¿Está bien esta noche?No le podía decir que no, ya habíamos llegado a un acuerdo y para no hacerlo más largo, que fuera hoy, estaba perfecto para mí.–Hola Ale – La abracé intentando no llorar – Sí, esta noche. Te lo prometo, esta noche si nos las tomamos. Es más, las compraré saliendo del Tec y ya me quedaré aquí, hoy no saldré con Luis Miguel.Tendría que llamar a Luis Miguel, para decirle del cambio de planes, pues debíamos apegarnos a cualquier cambio, que surgiera durante el día.–Está bien Amaia, por cierto, te tengo una sorpresa vamos al garaje.–Vamos, Ale.Fui con Ale al garaje y ahí ella ya tenía una
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México–Amaia cariño, ¿Podemos hablar, por favor? – Se acercó a mí peligrosamente – Necesito que hablemos.–No Axel – Dije seriamente – No tengo, nada que hablar contigo. La güera debió darte, la nota que te dejé con ella.–Aquí está – La sacó de la bolsa de su pantalón – Por eso estoy aquí, porque no pienso aceptar lo que dice Amaia.–Es que no se trata de que lo aceptes, Axel. Se trata de que entiendas que esto se ha acabado, no puedo estar con una persona fría y ahora por favor, déjame subirme al auto que me quiero ir a casa.–No te irás hasta que no hablemos Amaia, te amo y estás loca si piensas que te dejaré ir así cómo así, nos ha costado mucho decirnos lo que sentimos y estar corriendo peligro todos los días, para que tú tires la toalla.–El que la ha tirado anoche, con su forma de ser tan cruel conmigo, fuiste tú – Dije sin contener el llanto – Estamos en mi escuela, te pido que me dejes ir. Por favor, Axel.–Está bien, vete, pero no h