Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia estaba feliz al recibir las llaves y el control de la entrada del estacionamiento de nuestro departamento de lujo. Amaba ser yo, quién le pudiera dar todos esos lujos, con solo verla feliz mi mundo se iluminaba y aún faltaba decirle la mejor parte de la sorpresa.–Amaia, te amo preciosa. En unos días tenemos que ir con el notario, para que firmes la escritura – Le informé sonriéndole – De este lugar, que es tuyo.Se me quedó viendo muy sorprendida, pero no de la emoción, su cara cambió por completo, no le había gustado la noticia, yo pensé que se alegraría.– ¿Qué? No Axel, no te lo puedo aceptar y discúlpame por favor mi amor – No le había gustado eso que le dije – No puedo aceptarlo, porque simplemente yo no quiero que pienses que estoy aquí contigo por dinero, cuando la verdad ya la sabes llevaba tiempo enamorada de ti.Me explicó, pero no era necesario, yo ya lo sabía, pero por lo menos le quería dar algo de corazón, la amaba y todo
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoYo no quería que se cansara de más, pues mañana le iban a venir a tomar la muestra temprano. Nos pusimos ropa cómoda para dormir, nos metimos a la cama y la abracé tiernamente y después de varios besos, ella se quedó dormida. Cerré las cortinas con el control, para que quedáramos en total oscuridad y que nada perturbara su sueño, me estaba quedando dormido, cuando mi celular me metió un susto de muerte y lo respondí sin ver ni quién era, para no despertar a Amaia.– ¿Bueno? – Respondí.No quería levantar la voz, no iba a despertar a Amaia, por eso estaba hablando con un tono de voz muy bajo, no me quería parar de la cama, así como la tenía, me agradaba sentirla, tan tranquila en mis brazos.–Hola, Axel, estás muy serio. Estos días andas ido y ausente, ya no tienes tiempo para tu mejor amiga, la güera o ¿Qué está pasando? – Era Ivanna, una de mis mejores amigas – Te llamo porque quiero verte, pero sé que ahora debes estar como león.Se equivoc
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoAxel, me despertaba a besos por la mañana siempre que me tocaba la alegría de despertar con él, a veces llegué a pensar que estaba soñando, pero no era un sueño era la realidad más hermosa de mi vida, que mi guapísimo abogado me despertaba.–Amaia cariño, ya es un poco tarde preciosa. No deben de tardar en llegar los del laboratorio que vendrán a tomar la muestra de sangre.Era demasiado temprano para mí, tenía demasiado sueño y no me quería levantar. Me sentía cómo si no hubiera dormido nada.–Axel, mi amor ¿Qué hora es? – No podía abrir los ojos – Tengo mucho sueño, todavía.–Son las 7.30 de la mañana mi amor. Por favor, te pido que despiertes preciosa, te tienen que tomar la muestra y apenas te da tiempo de alistarte.– ¿A qué hora vendrán, mi amor?–A las 8.30 les he pedido que vengan. Para que no fuera demasiado temprano para ti.–Gracias mi amor, entonces me voy a meter a bañar.–Si preciosa, pero antes dame un beso.Axel era tan
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoTodo el día en el Tec, se me pasó muy rápido y Luis Miguel mi amigo y novio falso, me hizo el favor de llevarme al despacho. Al entrar, se me hizo fácil meterme a la oficina de Axel, como era mi costumbre, porque ahí había un espacio para hacer mi tarea.–Hola Amaia – Se asomó por la puerta una de las asistentes de mi padre – Lamento interrumpirte cuando estás estudiando, pero están afuera buscando a Axel.–Hola Dalia, él no está ¿Quieres que lo llame? Sí es alguno de sus clientes, pregunta por favor quién es y veo si lo puedo ayudar yo.–No lo creo, esta mujer no parece ser su clienta – Dalia habló por lo bajo – Parece ser su amante.Lo que dijo Dalia me heló la sangre, dejándome congelada por completo sin saber qué hacer, respiré profundamente, así que le dije lo primero que se me ocurrió.–Pásala a la sala de espera general, por favor Dalia. Yo ahora salgo a ver que quiere, primero trataré de localizar a Axel.–Claro Amaia, gracias.
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMi hermosa Amaia estaba celosa o no habría salido de esa forma tan intempestiva como salió de mi oficina, no me disculpé con la güera y poco me importó dejarla sola en mi oficina, para ir detrás de la mujer que amo.–Amaia, alto ahí por favor – Ella comenzó a correr cuando me supo cerca – Tenemos que hablar, cariño.Ella no me hizo caso y siguió caminando sin importarle que iba detrás, no se detuvo para nada, no me gustaban los berrinches.–No quiero hablarte Axel, déjame en paz – Ella estaba llorando y eso no lo soportaba – Me largaré a hacer mi tarea a otro lado, buen provecho.Ella alcanzó a salir a la calle y se fue corriendo lo más rápido que pudo por un callejón que estaba al lado del despacho, ahí la alcancé y la pegué a la pared, no le iba a permitir que siguiera huyendo de esa manera, ya no pudo huir más, estaba aprisionada entre la pared y yo, ahogada en llanto y sin levantar la mirada para verme a los ojos.–Amaia cariño, no tienes
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoEmpecé a caminar dejándola atrás, sin importarme que estuviera llorando. Odiaba que se pusiera en ese plan, que no me creyera y no le iba a estar rogando, yo no le ruego a nadie. Seguía caminando a paso lento, para que fuera ella está vez quién recapacitara y caminara para seguirme a mí, pero al no hacerlo me provocó voltear y al hacerlo me asusté cómo nunca en mi vida, estaba tirada desmayada en el piso del callejón.–Amaia, mi amor, cariño despierta por favor preciosa – Llegué corriendo a su lado en milésimas de segundo – Por favor, mi chiquita háblame.La levanté en mis brazos y al hacerlo, mi mirada se cruzó con la de la güera que veía la escena muy consternada.–Axel, lo siento te estabas tardando y salí a buscarte – Explicó mi amiga – Pensé que habías tenido un problema con tu chica y no me he equivocado.No sabía cómo mantenerla cargada e intentar recoger sus cosas, afortunadamente mi amiga había decidido salir a buscarnos.–Güera, ayú
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, MéxicoNos fuimos a comer a un bonito restaurante Axel, su amiga, la güera y yo. No podía negar que, aún me sentía demasiado apenada con ella por la manera tan fea en la que me puse, sin saber nada de su relación de amistad con Axel. Nos sentamos en una bonita mesa y empezamos a ver los menús que estaban ahí. Axel se sentó a mi lado y de vez en cuando me besaba, lo que no pasó desapercibido para la güera.–Me siento mal haciendo el mal tercio, chicos – Manifestó la güera – Pero, la verdad se ven hermosos juntos.–Gracias, güera – Respondió Axel – Ahora ya conoces, a la mujer de la que estoy enamorado como un estúpido.–Estúpido ya estabas amigo mío desde que te conocí y no me van a dejar así con esta incertidumbre – Ella nos volteaba a ver a ambos – Amaia, hermosa cuéntame ¿Cómo acabaste andando con este hijito de su madre?La güera nos hizo reír a carcajadas a Axel y a mí con su comentario. Me tuve que controlar un poco de mi ataque de risa,
Amaia Domínguez García León, Guanajuato, México–Es que se ve un poco, pues no sé raro – Dije apenada – Pero si tú eres clienta y está bien aquí, pues vamos, por un día no creo que me pase nada.Entramos a la cantina y no estaba tan feo como yo pensaba, no era el tipo de lugar que me gustaba, pero, podría sobrevivir un rato ahí. Vimos unas sillas altas de las que ponen en las cantinas y nos fuimos a una mesa de las de una esquina. Entre menos cerca de la gente, mejor pensé, no me gustaba relacionarme con desconocidos.–Amaia, ¿Qué se te antoja tomar? Hoy hay 2 x 1 en bebidas nacionales para ellas – La güera se sabía las promociones – A mí se me antojaron unas palomas.Muy bien, debíamos aprovechar, empezaría con algo no muy tan pesado, no quería emborracharme a la primera, pues sabía que la güera me había traído aquí para seguir con el interrogatorio.–Bien, yo, creo que pediré unas piñas coladas – Dije decidida – No me gusta mucho el tequila.–A mí sí, creo que es algo en lo que no