Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, México–Amaia, tienes que calmarte o todos aquí van a sospechar de la relación de Axel y tuya – Me dijo en voz baja – Por favor, pasemos a la oficina de Mauricio.–A mí nada me importa, quiero saber dónde está Axel – Me volví loca de los nervios – Quiero saber, lo que está pasando.–Hija – Mi papá me abrazó, eso no estaba nada bien – Pasemos a mi oficina por favor y ahí les informaré lo que está pasando.–Está bien papá.La güera y yo entramos a la oficina de mi papá, seguidas por él y por Bin Laden, había pasado un rato desde la llamada de mi hermana y justamente cuando mi papá ya nos iba a decir algo, tocaron la puerta de su oficina y era mi hermana Ale, quién apenas entró ahí, me abrazó y lloramos juntas, las dos por el mismo motivo, por la preocupación de lo de Axel, ella lo amaba, así como lo amaba yo.–Papá – Dijo Ale llorando al separarnos del abrazo – Tienes que hacer algo, esos delincuentes, van a matar a Axel y a Ernesto.Yo no quería
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoSentí que volví a vivir ese día cuando abracé a mi hermosa mujer, lástima que Ale, tenía que estar encima de mí, como siempre, pero en ese momento poco me importó y la separé abruptamente de mí, ante el asombro de todos, especialmente de Mauricio quién, para que no se viera mal, la manera en la que rechacé a Ale, se me acercó y me abrazó y después abrazó a Ernesto, pues le dio mucho gusto, vernos a ambos con bien.–Que bueno que todo ha salido bien, con ustedes – Mauricio, nos dijo a Ernesto y a mí – Lamento mucho lo que ha pasado, menos mal que, el apoyo que les mandé, pudo evitar que pasara una tragedia.–Así es Mauricio, menos mal que Axel y yo estamos bien – Dijo Ernesto – Te agradecemos el apoyo.–Sí socio, gracias por la ayuda y todo salió a como lo planeábamos. Afortunadamente, tuvieron que tomar el trato, al verse acorralados – Respondí con la verdad – Aunque, por unos momentos pensé que no íbamos a volver.–No, eso hubiera sido terri
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoPuse mis manos en su cara, le di varios besos en sus hermosos labios, estaba hermosa, era la mujer perfecta para mí, era la única a la que quería a mi lado, sin la cual me había dado cuenta que no podría vivir, lo era todo para mí.–Amaia, cariño. Saca tus mejores besos – Le dije mirándola a los ojos – Te amo, eres la mujer de mi vida.Quería fundirme por completo con ella, que nos hiciéramos uno y ya nunca podernos separar, había sufrido terriblemente y fue agobiante pensar que ya no la volvería a ver y al verla de nuevo, supe que había pasado por lo mismo que yo, que había sufrido al pensar que ya no me iba a volver a ver, pero eso no había pasado y nos teníamos aquí y ahora el uno al otro.–Yo también te amo, Axel Vega – Ella me abrazó y de sus hermosos ojos, salieron lágrimas – Siempre, serás el hombre de mi vida.Nos besamos muy intensamente y ella me hizo caso, sacó todos sus mejores besos, pues desde el primer beso que nos habíamos dad
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoDesperté en los brazos del hombre que amo y no podía sentirme, más feliz. No tenía ganas, ni de ir al Tec, quería quedarme así con mi Axel, en sus brazos, sintiendo sus besos y sus caricias, con las que me despertaba con mucho amor y ternura. Habíamos pasado una noche maravillosa, pero desgraciadamente, ambos teníamos muchas obligaciones ahora.–Amaia cariño, tienes que despertar, amor, mi mujer hermosa y preciosa – Me dijo mi Axel – Te amo, ya tenemos que levantarnos.Me gustaría quedarme todo el día y toda la noche en brazos de mi amado Axel, que ya fuera fin de semana para no salir del departamento.–Axel, mi amor – Bostecé – Ya me estaba despertando, pero no quiero hacer nada. No quiero ir al Tec, no quiero, nada que no sea, quedarme aquí contigo.Es que ni siquiera quería salir de la cama, ni ver a nadie, ni saber nada de nada, estar solo los dos, en brazos del otro, necesitaba estar así con él.–Yo también quiero eso amor, pero sab
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoNo lo quería presionar, pero al salir, me gustaría verlo en la entrada del Tec, esperándome, para seguir amándonos lo que restara del día, ya no sabía cómo le iba a hacer cuando tocara despedirnos, no me podía pasar todos los días fuera de la casa de mi hermana.–Sí, preciosa. Ya te lo he prometido, la güera, nos hizo de desayunar. Vamos a desayunar con ella.Yo ya estaba arreglada y solo faltaba que lo estuviera él, así que me hice a un lado para que él se pudiera empezar a vestir. Creo que se le había olvidado en qué condiciones estaba.–Te espero con la güera, mi amor – Me reí un poco – No pensarás ir a trabajar, así con bóxer, tienes que cambiarte.Se miró y efectivamente no se acordaba que estaba semi desnudo, que con gusto le quitaba lo que traía puesto y nos entregábamos al amor.–Sí cariño, ahorita las alcanzo afuera.Axel me atrajo a sus brazos y nos dimos un tierno beso, yo quería perderme en sus brazos y dormirme con él de nue
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMe sentí muy mal, en ese momento cuando mi hermosa Amaia, se desvaneció por completo en mis brazos. La sentí, completamente suelta, sus ojos estaban cerrados por completo y ella estaba helada y pálida, no tenía color alguno en sus mejillas. La acerqué a mí para besarla, notando que sus labios estaban helados y me asusté, muchísimo y le grité a la güera.–Güera, ven por favor – Le grité desesperado – Amaia, está muy mal. Por favor, ven y ayúdame.Escuché los pasos de mi amiga, que rápidamente se aproximaban a la recámara en la que tenía a mi hermosa Amaia, ella estaba totalmente inconsiente y eso me desesperaba, tenía que volver, tenía que reaccionar. La besé en repetidas veces, pero ella no volvía en sí. La güera, entró a la recámara y se quedó de pie horrorizada, tapándose la boca con ambas manos, al ver la escena.–Axel, ¿Qué tiene Amaia? – La güera, me preguntaba llorando – Se veía muy mal, y se sentía mal, me lo dijo. Levántate con ella y
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo quería dejarla sola, quería estar presente cuando abriera sus ojitos y que se diera cuenta que yo siempre iba a estar a su lado, que no sintiera miedo al despertar, pedía que reaccionara lo más pronto posible.–Buenos días, doctora. Pasé por favor – Le pedí – Ella, es mi novia, es la paciente. No sé si mi amiga, ya le explicó por teléfono lo que pasó.Quería que la atendiera de inmediato, estaba desesperado a más no poder, me preocupaba que constantemente se pusiera de esta forma. Algunos estudios más concluyentes tenían que hacerle, esos para que fuera más específico y nos pudieran decir que era lo que tenía en realidad.–Buenos días, señor – Respondió la doctora – Sí, ya me comentó la señorita Ivanna cuando me llamó, voy a pasar a revisar a la paciente y a tratar de hacerla que reaccione y ahorita les aviso.–Claro doctora, muchas gracias.Tuve, que salirme con la güera de la recámara para dejar a Amaia en manos de la doctora, la güera m
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEsta vez sí me había sentido demasiado mal, me dolía mucho la cabeza y seguía sintiendo mareo y escalofrío. Axel, estaba a mi lado y pude notar lo mal que se sentía, por lo que me había pasado, se le veía muy nervioso, triste y preocupado. El me abrazaba y me protegía con mucha ternura, cómo si no quisiera dejar que me fuera nunca, él quería consentirme y amarme y yo, me dejaba amar por él, era todo lo que quería y necesitaba, más que nada en esta vida.–Amaia ¿Cómo te sientes cariño? No sabes, el susto que me diste mi reina – Axel seguía llorando – Te amo, mi reina. Perdóname por favor, no debimos levantarnos de la cama, si te sentías mal.Pues él no podía saber lo mal que me estaba sintiendo anteriormente, pues yo misma pensé que estaría bien y que solo era por el momento y que se me iba a pasar, pero no fue así y me fui poniendo cada vez peor.–No te preocupes mi rey, yo también te amo, siento mucho que no podamos salir para ir a cump