Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoDesperté en los brazos del hombre que amo y no podía sentirme, más feliz. No tenía ganas, ni de ir al Tec, quería quedarme así con mi Axel, en sus brazos, sintiendo sus besos y sus caricias, con las que me despertaba con mucho amor y ternura. Habíamos pasado una noche maravillosa, pero desgraciadamente, ambos teníamos muchas obligaciones ahora.–Amaia cariño, tienes que despertar, amor, mi mujer hermosa y preciosa – Me dijo mi Axel – Te amo, ya tenemos que levantarnos.Me gustaría quedarme todo el día y toda la noche en brazos de mi amado Axel, que ya fuera fin de semana para no salir del departamento.–Axel, mi amor – Bostecé – Ya me estaba despertando, pero no quiero hacer nada. No quiero ir al Tec, no quiero, nada que no sea, quedarme aquí contigo.Es que ni siquiera quería salir de la cama, ni ver a nadie, ni saber nada de nada, estar solo los dos, en brazos del otro, necesitaba estar así con él.–Yo también quiero eso amor, pero sab
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoNo lo quería presionar, pero al salir, me gustaría verlo en la entrada del Tec, esperándome, para seguir amándonos lo que restara del día, ya no sabía cómo le iba a hacer cuando tocara despedirnos, no me podía pasar todos los días fuera de la casa de mi hermana.–Sí, preciosa. Ya te lo he prometido, la güera, nos hizo de desayunar. Vamos a desayunar con ella.Yo ya estaba arreglada y solo faltaba que lo estuviera él, así que me hice a un lado para que él se pudiera empezar a vestir. Creo que se le había olvidado en qué condiciones estaba.–Te espero con la güera, mi amor – Me reí un poco – No pensarás ir a trabajar, así con bóxer, tienes que cambiarte.Se miró y efectivamente no se acordaba que estaba semi desnudo, que con gusto le quitaba lo que traía puesto y nos entregábamos al amor.–Sí cariño, ahorita las alcanzo afuera.Axel me atrajo a sus brazos y nos dimos un tierno beso, yo quería perderme en sus brazos y dormirme con él de nue
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMe sentí muy mal, en ese momento cuando mi hermosa Amaia, se desvaneció por completo en mis brazos. La sentí, completamente suelta, sus ojos estaban cerrados por completo y ella estaba helada y pálida, no tenía color alguno en sus mejillas. La acerqué a mí para besarla, notando que sus labios estaban helados y me asusté, muchísimo y le grité a la güera.–Güera, ven por favor – Le grité desesperado – Amaia, está muy mal. Por favor, ven y ayúdame.Escuché los pasos de mi amiga, que rápidamente se aproximaban a la recámara en la que tenía a mi hermosa Amaia, ella estaba totalmente inconsiente y eso me desesperaba, tenía que volver, tenía que reaccionar. La besé en repetidas veces, pero ella no volvía en sí. La güera, entró a la recámara y se quedó de pie horrorizada, tapándose la boca con ambas manos, al ver la escena.–Axel, ¿Qué tiene Amaia? – La güera, me preguntaba llorando – Se veía muy mal, y se sentía mal, me lo dijo. Levántate con ella y
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo quería dejarla sola, quería estar presente cuando abriera sus ojitos y que se diera cuenta que yo siempre iba a estar a su lado, que no sintiera miedo al despertar, pedía que reaccionara lo más pronto posible.–Buenos días, doctora. Pasé por favor – Le pedí – Ella, es mi novia, es la paciente. No sé si mi amiga, ya le explicó por teléfono lo que pasó.Quería que la atendiera de inmediato, estaba desesperado a más no poder, me preocupaba que constantemente se pusiera de esta forma. Algunos estudios más concluyentes tenían que hacerle, esos para que fuera más específico y nos pudieran decir que era lo que tenía en realidad.–Buenos días, señor – Respondió la doctora – Sí, ya me comentó la señorita Ivanna cuando me llamó, voy a pasar a revisar a la paciente y a tratar de hacerla que reaccione y ahorita les aviso.–Claro doctora, muchas gracias.Tuve, que salirme con la güera de la recámara para dejar a Amaia en manos de la doctora, la güera m
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoEsta vez sí me había sentido demasiado mal, me dolía mucho la cabeza y seguía sintiendo mareo y escalofrío. Axel, estaba a mi lado y pude notar lo mal que se sentía, por lo que me había pasado, se le veía muy nervioso, triste y preocupado. El me abrazaba y me protegía con mucha ternura, cómo si no quisiera dejar que me fuera nunca, él quería consentirme y amarme y yo, me dejaba amar por él, era todo lo que quería y necesitaba, más que nada en esta vida.–Amaia ¿Cómo te sientes cariño? No sabes, el susto que me diste mi reina – Axel seguía llorando – Te amo, mi reina. Perdóname por favor, no debimos levantarnos de la cama, si te sentías mal.Pues él no podía saber lo mal que me estaba sintiendo anteriormente, pues yo misma pensé que estaría bien y que solo era por el momento y que se me iba a pasar, pero no fue así y me fui poniendo cada vez peor.–No te preocupes mi rey, yo también te amo, siento mucho que no podamos salir para ir a cump
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPero parecía que yo no hubiera dormido nada otra vez y me sentía de nuevo mareada, que toda la habitación se movía en círculos, era una sensación demasiado fea, no la quería seguir sintiendo, ya no me sentía fría, pero seguía teniendo sueño.–Axel, sigo sintiéndome con un poco de mareo y siento mucho sueño, todavía. Siento que, por más que descanso, no es suficiente – Dije preocupada – No sé, que es lo que está pasando conmigo.Estaba demasiado asustada, esto que me estaba volviendo a pasar ahora era mucho más preocupante para mí, ni siquiera me daba cuenta en que momento me quedaba dormida.–No te preocupes mi reina, tienes que estar mejor poco a poco – Axel, me llenó de besos – Te amo, estaremos aquí, todos los días que quedan hasta que pase el fin de semana. La doctora me dijo, que necesitas mucho descanso y eso haremos, que descanses.Claro que estaba feliz al estar todo el día en sus brazos, pero sabía que él era muy responsable con
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo me gustaba para nada, que mi reina hermosa, mi adorada Amaia repitiera eso, que era mi amante, por muy verdadero que fuera, era algo que yo odiaba con todo mi corazón, que ella no quisiera permitir, que yo le diera ese lugar que ella tanto se merecía, porque para mí ella era mi reina amada y la única con la que quería algo, para siempre y para toda la vida. La tenía abrazada, pegada a mí y de pronto, ella empezó a temblar.–Axel, mi amor – Amaia estaba temblando de frío – Tengo de nuevo, demasiado escalofrío.–Tranquila mi reina, voy a colocarte el termómetro – Respondí con mucha ternura – Quiero que, puedas sentirte mejor, mi reina adorada, mi mujercita.–Gracias Axel.Estaba muy preocupado por ella, ahora sí que le había dado con todo esta crisis y no quería, que nada malo le pasara. Le puse el termómetro y tenía muy baja su temperatura, eso era porque nos habíamos dormido toda la tarde sin comer nada, desde que almorzamos y aunque ella,
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–No lo sé, güera, por ahora lo que más me importa, es que ella esté bien. La amo, con todo mi corazón.–Lo sé Axel y si la amas tanto así, bien puedes decírselo a Mauricio y que arreglarás tu situación con Cecilia, para formalizar con Amaia, no veo el problema de eso, además ustedes no se andan exhibiendo públicamente y qué más da, que anden así a escondidas, en lo que sale lo de tu divorcio, que será rápido. No tienes hijos con Cecilia, no veo problema.Lo que decía la güera, me dejaba bastante pensativo y no sabía ni, que hacer. No podía decirle a Mauricio que ando con Amaia, que ella es mi amante, porque sería algo terrible para él y no quiero yo, exhibir así a la mujer que amo, sería mejor ver primero lo del divorcio, esperando que Cecilia, me lo quiera dar o de lo contrario, estaré perdido.–Están tocando Axel, debe ser la cena, salgo por ella – Dijo la güera – Ve despertando mientras a Amaia, para cenar. Tengo un hambre voraz, de todo l