Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoPero parecía que yo no hubiera dormido nada otra vez y me sentía de nuevo mareada, que toda la habitación se movía en círculos, era una sensación demasiado fea, no la quería seguir sintiendo, ya no me sentía fría, pero seguía teniendo sueño.–Axel, sigo sintiéndome con un poco de mareo y siento mucho sueño, todavía. Siento que, por más que descanso, no es suficiente – Dije preocupada – No sé, que es lo que está pasando conmigo.Estaba demasiado asustada, esto que me estaba volviendo a pasar ahora era mucho más preocupante para mí, ni siquiera me daba cuenta en que momento me quedaba dormida.–No te preocupes mi reina, tienes que estar mejor poco a poco – Axel, me llenó de besos – Te amo, estaremos aquí, todos los días que quedan hasta que pase el fin de semana. La doctora me dijo, que necesitas mucho descanso y eso haremos, que descanses.Claro que estaba feliz al estar todo el día en sus brazos, pero sabía que él era muy responsable con
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoNo me gustaba para nada, que mi reina hermosa, mi adorada Amaia repitiera eso, que era mi amante, por muy verdadero que fuera, era algo que yo odiaba con todo mi corazón, que ella no quisiera permitir, que yo le diera ese lugar que ella tanto se merecía, porque para mí ella era mi reina amada y la única con la que quería algo, para siempre y para toda la vida. La tenía abrazada, pegada a mí y de pronto, ella empezó a temblar.–Axel, mi amor – Amaia estaba temblando de frío – Tengo de nuevo, demasiado escalofrío.–Tranquila mi reina, voy a colocarte el termómetro – Respondí con mucha ternura – Quiero que, puedas sentirte mejor, mi reina adorada, mi mujercita.–Gracias Axel.Estaba muy preocupado por ella, ahora sí que le había dado con todo esta crisis y no quería, que nada malo le pasara. Le puse el termómetro y tenía muy baja su temperatura, eso era porque nos habíamos dormido toda la tarde sin comer nada, desde que almorzamos y aunque ella,
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–No lo sé, güera, por ahora lo que más me importa, es que ella esté bien. La amo, con todo mi corazón.–Lo sé Axel y si la amas tanto así, bien puedes decírselo a Mauricio y que arreglarás tu situación con Cecilia, para formalizar con Amaia, no veo el problema de eso, además ustedes no se andan exhibiendo públicamente y qué más da, que anden así a escondidas, en lo que sale lo de tu divorcio, que será rápido. No tienes hijos con Cecilia, no veo problema.Lo que decía la güera, me dejaba bastante pensativo y no sabía ni, que hacer. No podía decirle a Mauricio que ando con Amaia, que ella es mi amante, porque sería algo terrible para él y no quiero yo, exhibir así a la mujer que amo, sería mejor ver primero lo del divorcio, esperando que Cecilia, me lo quiera dar o de lo contrario, estaré perdido.–Están tocando Axel, debe ser la cena, salgo por ella – Dijo la güera – Ve despertando mientras a Amaia, para cenar. Tengo un hambre voraz, de todo l
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoAxel se fue a un asunto y yo, apenas me quedé sola y me quedé dormida, tenía todavía mucho sueño, aunque no quería dormir por la preocupación de que, de nuevo, algo fuera a pasar con mi amado Axel, pudo más el cansancio y cuando abrí los ojos, mi Axel, ya estaba a mi lado y no sólo esto también, me había llevado algo de desayunar.–Amaia, mi amor, ya regresé cariño, pero tú no has desayunado nada, preciosa – Me dijo él – La güera, me acaba de decir, que te vino a buscar para desayunar, pero que estabas de nuevo dormidita.–Axel, mi rey – Lo abracé, sin querer separarme de él – Es que, no quería desayunar, no quería nada sin ti y, además, no supe ni cómo fue que me quedé dormida.–Te he traído algo de desayunar, cariño. Ya no puedo dejar que te malpases, te puede pasar algo demasiado serio y no quiero eso, eres mi reina y como tal, te quiero cuidar siempre.–Tú eres mi rey – Lo miré a los ojos, totalmente enamorada de él – Está bien mi am
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoLa güera, se había ofrecido a prepararnos las palomitas y yo estaba encantada de que viniera a ver la película con nosotros, ella era siempre bienvenida, se portaba de la manera más atenta con nosotros. –Claro que sí, güera – Le dije yo – Gracias.–Si güera, haces las palomitas y te vienes a ver la película – Le dijo Axel – Amaia, esta noche, la va a escoger.–Estoy de acuerdo, espero que sus gustos, no sean como los tuyos querido amigo – Le dijo la güera – Ya regreso.–Claro güera.La güera, se fue a hacer palomitas y a servirnos refresco y después volvió a la recámara conmigo y con Axel, yo ya había seleccionado una película, era una de terror. A Axel y a la güera, les encantó mi elección y entonces pusimos la película y estábamos comiendo palomitas y tomando refresco, yo en ratos, me estaba durmiendo así que, me senté mejor en la cama, para poder terminar de verla y lo logré, cuando acabó la película y la güera estaba recogiendo los
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia, me había salvado la vida, al irme a llevar esa carpeta de vital importancia a la junta con el cliente y había sido además justo a tiempo, pues Mauricio, acababa de llegar a la junta y por poco y se la encontraba, no quería que me fuera a decir, que su hija se salía de las clases por mi culpa y por venir a resolver mis problemas, algo que no le diría yo, jamás que hiciera a mi amada Amaia, pero ella lo hizo por ayudarme y yo, la amaba demasiado por eso.–Buenos días, Axel – Me saludó Mauricio – Ya hablaremos, cuando salgamos de la junta. Acabo de ver a Amaia, saliendo de aquí y manejando tu auto.–Buenos días, socio – Respondí – Claro que sí, yo no tengo ningún problema con eso.–Gracias, Axel.Mauricio, ya no me dijo más, porque la junta con el cliente dio inicio y afortunadamente, gracias a que mi hermosa mujer, se arriesgó para traerme lo que yo necesitaba, me fue muy bien para presentarle, lo que teníamos preparado Ale, Mauricio y y
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Te amo, Axel – Ale me abrazó – Te necesito y lo único que te pido, es que, por favor, me concedas una oportunidad, para estar a tu lado, para estar amándote, siempre.Ella se aferraba a algo, que nunca podría ser, no sabía de qué forma hacérselo entender, pero tenía que entrar en razón.–No Ale, no me interesas como mujer y lo siento – Le dije amablemente – No llores por favor. Te diré algo, que le dije a tu padre, para que ya dejes en paz lo de Amaia y también que dejes de insinuarte. Tengo una relación fuera de mi matrimonio, estoy enamorado de esa mujer como un loco, pero esa mujer, no es Amaia, ni es la güera, para que no empieces a molestar.–Vaya, al menos eres sincero diciendo que andas con una mujer que no es Cecilia, pero si no soy yo, no es la güera y no es Amaia, debo saber quién es – Insistía Ale – Tenemos una amistad de años, somos colegas y socios, al menos merezco saberlo, dime Axel, ¿Quién es la mujer, que me ha robado tú amo
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoMe sentía muy halagada, enamorada y conquistada por Axel y sus maravillosos detalles, para conmigo. Él era ese hombre, por el que había esperado toda mi vida, por algo ahora, aunque él no fuera libre a mí no me importaba, otra cosa que no fuera estar con él.Él era lo más especial, de este mundo para mí. Estaba emocionada, por ese detalle maravilloso de la serenata, que cuando terminó y de fueron los mariachis, me puse de pie y Axel hizo lo mismo, nos abrazamos, por un buen rato, así como estábamos muy enamorados, quería fundirme con él.–Te amo, Axel. Gracias por tus maravillosos detalles, que hacen que me enamore más de ti – Le dije al oído – Te amo y te necesito mucho, mi amor. Yo no te compré nada, pero te he escrito algo.–No te preocupes, mi reina hermosa – Me respondió mirándome a los ojos – Te amo Amaia, nunca quiero que tú gastes en mí, yo te lo quiero dar todo como te he dicho, porque tú, te lo mereces todo.–Gracias mi amor –