Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoLa güera, se había ofrecido a prepararnos las palomitas y yo estaba encantada de que viniera a ver la película con nosotros, ella era siempre bienvenida, se portaba de la manera más atenta con nosotros. –Claro que sí, güera – Le dije yo – Gracias.–Si güera, haces las palomitas y te vienes a ver la película – Le dijo Axel – Amaia, esta noche, la va a escoger.–Estoy de acuerdo, espero que sus gustos, no sean como los tuyos querido amigo – Le dijo la güera – Ya regreso.–Claro güera.La güera, se fue a hacer palomitas y a servirnos refresco y después volvió a la recámara conmigo y con Axel, yo ya había seleccionado una película, era una de terror. A Axel y a la güera, les encantó mi elección y entonces pusimos la película y estábamos comiendo palomitas y tomando refresco, yo en ratos, me estaba durmiendo así que, me senté mejor en la cama, para poder terminar de verla y lo logré, cuando acabó la película y la güera estaba recogiendo los
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoAmaia, me había salvado la vida, al irme a llevar esa carpeta de vital importancia a la junta con el cliente y había sido además justo a tiempo, pues Mauricio, acababa de llegar a la junta y por poco y se la encontraba, no quería que me fuera a decir, que su hija se salía de las clases por mi culpa y por venir a resolver mis problemas, algo que no le diría yo, jamás que hiciera a mi amada Amaia, pero ella lo hizo por ayudarme y yo, la amaba demasiado por eso.–Buenos días, Axel – Me saludó Mauricio – Ya hablaremos, cuando salgamos de la junta. Acabo de ver a Amaia, saliendo de aquí y manejando tu auto.–Buenos días, socio – Respondí – Claro que sí, yo no tengo ningún problema con eso.–Gracias, Axel.Mauricio, ya no me dijo más, porque la junta con el cliente dio inicio y afortunadamente, gracias a que mi hermosa mujer, se arriesgó para traerme lo que yo necesitaba, me fue muy bien para presentarle, lo que teníamos preparado Ale, Mauricio y y
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Te amo, Axel – Ale me abrazó – Te necesito y lo único que te pido, es que, por favor, me concedas una oportunidad, para estar a tu lado, para estar amándote, siempre.Ella se aferraba a algo, que nunca podría ser, no sabía de qué forma hacérselo entender, pero tenía que entrar en razón.–No Ale, no me interesas como mujer y lo siento – Le dije amablemente – No llores por favor. Te diré algo, que le dije a tu padre, para que ya dejes en paz lo de Amaia y también que dejes de insinuarte. Tengo una relación fuera de mi matrimonio, estoy enamorado de esa mujer como un loco, pero esa mujer, no es Amaia, ni es la güera, para que no empieces a molestar.–Vaya, al menos eres sincero diciendo que andas con una mujer que no es Cecilia, pero si no soy yo, no es la güera y no es Amaia, debo saber quién es – Insistía Ale – Tenemos una amistad de años, somos colegas y socios, al menos merezco saberlo, dime Axel, ¿Quién es la mujer, que me ha robado tú amo
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoMe sentía muy halagada, enamorada y conquistada por Axel y sus maravillosos detalles, para conmigo. Él era ese hombre, por el que había esperado toda mi vida, por algo ahora, aunque él no fuera libre a mí no me importaba, otra cosa que no fuera estar con él.Él era lo más especial, de este mundo para mí. Estaba emocionada, por ese detalle maravilloso de la serenata, que cuando terminó y de fueron los mariachis, me puse de pie y Axel hizo lo mismo, nos abrazamos, por un buen rato, así como estábamos muy enamorados, quería fundirme con él.–Te amo, Axel. Gracias por tus maravillosos detalles, que hacen que me enamore más de ti – Le dije al oído – Te amo y te necesito mucho, mi amor. Yo no te compré nada, pero te he escrito algo.–No te preocupes, mi reina hermosa – Me respondió mirándome a los ojos – Te amo Amaia, nunca quiero que tú gastes en mí, yo te lo quiero dar todo como te he dicho, porque tú, te lo mereces todo.–Gracias mi amor –
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoMe ayudaba a subir y bajar con mucha delicadeza, tomándome de la cintura, yo quería que me tomara con fuerza, que me tomara con toda su fuerza, pero esta nueva manera de hacerme llegar al infinito, hacía de mí, un volcán a punto de erupción, estaba a punto de estallar en cada bajada y subida.–Yo te amo más a ti, mi reina. Te amo completa y absolutamente Amaia – Me decía él – Eres mi mujer, cariño.Sus palabras me subían al cielo, me elevaban y volaba hacia las galaxias, él era el único que podía llevarme a esas inmensidades, yo era suya en cuerpo y alma, y él era mío, lo amaba con todas las fuerzas, por Axel, podía hacer lo que me pidiera. –Lo soy y lo quiero ser, siempre.Axel, siguió con ese mismo ritmo meciéndose en mí, tomándome con suavidad de la cintura, llevando la cadencia, al tiempo que me besaba con ternura y que se hundía en mí, con calma, sin prisas y con mucho amor. Como si yo me fuera a romper en sus manos, era tan dulce,
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, MéxicoMe sentía muy mal y muy culpable, por no haber tomado la llamada, cuando me lo pidió mi hermosa Amaia, de haberle hecho caso, hubiéramos llegado a tiempo para poder ver a mi hermana, a lo mejor. Estaba muy nervioso y mi hermosa mujer, lo notaba, pues no soltaba mi mano en ningún momento y por eso yo, la amaba más, por lo linda que era siempre conmigo.–Amaia cariño, yo creo que tendrás que irte a quedar a casa de Ale, yo no puedo dejar que te fatigues aquí, te me pusiste muy mal, el fin de semana, preciosa – Le dije a mi mujer – Por favor, me tienes que hacer caso.–No te dejaré solo mi amor – Ella tomó más fuerte mi mano – Jamás te dejaría, sabes de sobra, lo mucho que yo te amo, Axel y quiero estar contigo, para escuchar, todo lo que nos puedan decir sobre Elisa.Ellas desde que se conocieron, se habían caído bien, y me gustaba que estuviera acompañándome a ir al hospital y ver el estado de mi hermana, que era también su amiga.–No quiero q
Axel Vega LazcanoLeón, Guanajuato, México–Me temo, que eso no será posible – Me respondió – Vamos a hablar la situación a mi consultorio, será lo mejor.–Vamos, doctor.El doctor y yo, caminamos hasta llegar a su consultorio, que no estaba tan retirado de la recepción. Tenía un poco de temor, estar ahí, sentado frente a él, esperando por noticias de mi hermana Elisa, no era el mejor de los escenarios, pero como mis padres, no habían llegado, me tocaba a mí, recibir el trago amargo, pues no creía que hubiera buenas noticias.–Señor Vega, siento mucho lo que le voy a decir, pero debe ser muy fuerte, no solo por usted, también por sus padres y por sus hermanas – Me pedía el doctor – Lo que le voy a decir a continuación, no es para nada fácil.Estaba rezando, lo que me dijera el doctor no fuera lo que todos nos estábamos imaginando, no podía aceptar que mi hermana se fuera a morir, ya no la podría abrazar, ni besar, ella era muy joven aun.–Dígame doctor – Le pedí – Es más duro, estar e
Amaia Domínguez GarcíaLeón, Guanajuato, MéxicoNuca había visto a Axel así, tan mal, tan triste, tan deprimido y yo, sentía mucho pesar y tristeza por ello. Estuve con él, sentada en el piso del pasillo del hospital, sin importarme los gérmenes, sin importarme nada. Sólo pasaba por mi mente, el querer estar ahí, para confortar al hombre que amo. Pasamos un rato, tomados de las manos y llorando en silencio, hasta que Lore, nos fue a buscar.–Axel, Amaia, por favor díganme lo que está pasando con Elisa – Lore lloraba desconsolada – No podemos ni Martha ni yo, seguir con esta duda terrible que nos atormenta.Ella tenía razón, pero yo no les podía decir nada, Axel, era el que tenía que enterar a toda su familia, me daba mucha tristeza por todo lo que estaban pasando y esta noticia, los iba a poner peor.–Lore, yo no te puedo decir nada, yo no sé nada – Me disculpé – Dale a Axel, un poco de tiempo, daté cuenta por favor, que él está muy mal.No lo podían presionar de esa manera, por lo me