¿Qué piensan ustedes sobre esto?, ¿alguna vez han tenido que desplazar de sus vidas a alguien para no hacerle daño? ¡Los leo!
Dorian está terminando de grabar su primer video BDSM del día, con una rubia platinada, cuando sale del set y escucha en los pasillos la noticia. —¿Pero alguien sabe por qué renunció? Tenía unos videos programados conmigo la semana que viene, estaba pensando pedirle que nos inscribiéramos en el concurso… El pelinegro detiene a un actor que camina detrás de las mujeres. —¿De quién están hablando? —cuestiona sin más. El hombre de cabello largo gris arruga el entrecejo. —¿Te conozco, viejo? Dorian no tiene paciencia. Tiene un presentimiento y necesita confirmar. —Me llamo Dorian, ¿y tú? ¿Quién renunció? El hombre extiende la mano para que este la tome, y tras estrecharla, habla. —Mi nombre es Zack. Y el que se fue es Kris Jones. Según me dijeron, le dieron una paliza en estos días —cuenta mientras camina con Dorian por el pasillo—. Seguro le tiene miedo al que lo jodió. Zack se va sacudiendo la mano y por un momento el pelinegro se preocupa. ¿Lo habrá golpeado tan mal?, ¿o se es
En el momento en que el hombre fija sus ojos en el niño, este se esconde en el cuello de su mamá.—Quielo a Tis —pide, molesto.Leslie retrocede hacia dentro mientras parpadea. Intentando controlar sus sentimientos, se enfoca en James.—Lo llamaremos, ¿sí?—No quelo, ¡ahora! —exige.Ella mira a todos, con la presencia de Dorian ahí viéndola no sabe exactamente cómo actuar, hasta que respira hondo y hace que James la mire.—No seas grosero, James. Sabes que no me gusta cuando te comportas así. Llamaremos a Kris mas tarde. Ahora nos vámonos de aquí —declara.Pero inmediatamente Valen reclama.—No, señorita Harrison. Le escribí a mi mamá en camino, mire se la presento —dice caminando hasta ella con una mujer baja y muy parecida a la chica.—Hola, Leslie. Qué lindo niño tienes… Gracias por darle un empleo a mi hija, está estudiando y a veces es difícil… —confiesa esta y aunque quiere seguir hablando, Valen la mira con insistencia para que llegue al punto—. Oh sí… Conozco al gerente desde
El día lunes cuando Leslie deja a James con Valen, baja al estacionamiento. Agradece no encontrarse con Dorian, porque, aunque le causa estragos y realmente adora observarlo, le hace mucho daño su frialdad. Él le ha pedido que se aleje porque es evidente que no la soporta y ella le hará caso. Se ha preguntado estos días cómo estará Kris pero este no le ha respondido los mensajes, y eso la entristece, pero sabe que debe darle el espacio que él necesita. Conduce su pequeño auto hasta estacionarlo en Mirror Passion, y justo en la entrada se consigue con París. —¡Leslie! —La chica emocionada llega hasta ella—. Disculpa que no llegué el otro día, la grabación se alargó y aunque se escuche muy zorra de mi parte, creo que no me cansaría de hacer esto. ¿Sabes la cantidad de hombres expertos que hay aquí? —Hace un gesto exagerado—. Son mucho mejores que todos los hombres con los que he dormido antes sin duda. ¡Y además tendré dinero por eso! Leslie recibe la otra cara de la verdad de
—Todavía lo amas, ¿cierto? —cuestiona Jane, al ver el rostro de Leslie tras la salida de Dorian. Pero Leslie no puede más que sentirse enjaulada. Tener sexo con él no es lo que le preocupa, sino la ira que podría descargar en ella. Ella lo vio cuando se encontraron el primer día aquí en la empresa, él parecía un demonio listo para sacarle el alma, así que está aterrada. No sabe qué tan profesional pueda ser esto para Dorian después de toda la historia que tienen. Lo que no entiende es por qué, simplemente aceptó, y además de eso ha solicitado que ella tenga su color natural de cabello. ¿Será porque así sería más fácil castigarla? Su piel se eriza ante los recuerdos de sus agarres fuertes y el tono de su voz fría, la hiere. Tener que convivir con un Dorian así la desarma. —No creo que estés haciendo esto porque nos quieres ver juntos, Jane —se arma de valor, mirándola con un poco de rabia y decepción—. No tienes ni idea de la pesadilla que será para ambos… La mujer suspira, por un
—¿Hola? ¿Tierra llamando a Leslie y Dorian? —dice Jane en la oficina con ambos.La ahora rubia de nuevo está sentada a su lado, mientras Dorian está al frente. Se puede cortar la tensión con una palabra hasta hacer derramar todo lo que sienten en este preciso momento.Ha pasado una semana desde lo que ocurrió en el estacionamiento. Leslie lo ha estado evitando a toda costa porque no es fácil cargar con su rechazo, y él, no ha dejado de sentir culpa por verla en este estado, pero su orgullo sigue siendo más fuerte.¿Cuándo fue la última vez que trabajó realmente tranquilo? Ya ni siquiera lo recuerda. Todo en su vida cambió el día que la conoció, lo arruinó, y ahora debe seguir arrastrándolo.Sabe que debe mantener esta postura fría, con todas sus fuerzas, de lo contrario, se romperá a sí mismo de nuevo y además hará el ridículo frente a millones de personas.Hay una cosa que lo atormenta también y es que, todo el mundo se haya dado cuenta de su vulnerabilidad con ella en aquel video. H
La rubia se encierra en el baño, y sentada en la tapa del váter, toma el teléfono en sus manos. Lo primero que hace es suplicarle a Valen que se quede un par de horas más con James, promete incluso pagarle el triple esas dos horas. Luego, sus manos temblorosas buscan el término de “Dominación femenina”. El texto se ve borroso para ella, así que entra a una de las tantas páginas de porno que ve con esa etiqueta. Casi deja caer el teléfono cuando el primer video que ve tiene la cara de Dorian y una mujer asiática. Su dedo hace clip al video, le quita el volumen y su boca se abre al verlo desnudo en una cama, amarrado a las esquinas de cada lado. La mujer parece que hace cosas que lo torturan, lo puede ver en su cara, también ve la cosa extraña que le retiene el pene y las bolas. ¡¿Qué demonios es eso?! Sus ojos no pueden despegarse de todo lo que hace la mujer, y los gestos que este hace. El calor de sus mejillas aumenta hasta bajar por todo su cuerpo. Se encuentra respirando con d
—¿Qué? —Ella, con algo de nervios, sube a la cama para con dos esposas, atarlo a la cabecera—. ¿Tienes miedo…? Deberías tenerlo… —murmura, con voz cargada de deseo, rozando el lóbulo de su oreja—. Porque no tengo idea de lo que estoy haciendo… pero me gusta… Aquella voz, el calor, el momento, las ansias, los rastros de sus jugos en su lengua, su pene gritando ser liberado de una puta vez… Todo lo hace respirar como un toro enardecido. Lo sabía. Ella jamás se cansará de torturarlo. Pero este tipo de tortura no despierta en él odio, sino que más bien, un placer que va mucho más allá de todo lo que ha experimentado antes, haciéndolo un puto esclavo de ella, de nuevo. Entonces contiene el aliento cuando ella sube a su pecho, enciende el consolador y lo pasa por sus tetillas. No quiere gemir, no quiere emitir sonido alguno, tampoco la quiere ver; pero el sudor corre por su frente mientras sus manos luchan por liberarse cuando ella lleva el consolador a su boca para llenarlo de su saliva
Narra Dorian. Beber de ella y sentirla temblando, conmigo dentro de su mar de perdición, ha despertado la fiera hambrienta de ella que quería mantener dormida. Me conozco, lo sé. Soy demasiado impulsivo como para poder tener el control incluso de mí. No me arrepiento de haber irrumpido en su precioso y apretado coño como lo hice. Aquello sació una pequeña parte de mi sed, y ahora me siento como un adicto. Necesito más. He estado todos estos años reprimiendo la falta sexual que me hace por todo lo que ha cubierto mi corazón, pero ahora, que mis instintos me dicen que nadie además de mí la ha poseído, necesito seguir teniéndola. Se convierte en un remolino de discusiones, entre la parte que quiere odiarla, la parte que quiere perdonarla, la que necesita alejarla, y la que anhela tenerla cerca; sonriendo, tocándome, viéndome con una lujuria singular que solo en ella puedo identificar. Ella no tiene idea, pero si tan solo no se hubiese ido huyendo como tanto le gusta hacer, la habría