Capítulo 29Dudas y desconfianza.Alessia se acercó a la oficina de Leonard, sonriendo. Llevaba una hora trabajando en su proyecto y necesitaba un descanso.—Hola, Leonard —dijo, asomándose por la puerta—. ¿Qué tal estás?Leonard levantó la vista de su computadora y la miró con una expresión seria.—Estoy bien, gracias —respondió—. ¿Pasa algo?Alessia asintió.—Está todo bien —aseguró sonriendo—. Escucha, estaba pensando en invitarte a almorzar. Hay un nuevo restaurante cerca de aquí que quiero probar.Leonard la miró con escepticismo.—Lo siento, Alessia —respondió fijando nuevamente su mirada en el ordenador—. No me siento bien. Se me fue el apetito.Alessia se sintió confundida. Leonard siempre tenía hambre y últimamente estaba aprovechando todas las oportunidades para pasar tiempo juntos, pero esta vez se sentía todo diferente. —¿Estás seguro? —preguntó—. Podríamos ir a algún lugar mas tranquilo...Leonard negó con la cabeza.—No, gracias —repitió—. Pero hay algo que necesito que
Capítulo 30Rompiendo el silencio.Pasaron algunos días y Leonard no podía sacar de su mente la visita de Alessia al consultorio ginecológico. Ella le había dicho que era solo una consulta rutinaria, pero él no podía evitar sentir que había algo más.Una noche, mientras estaban cenando en el comedor de la mansión, Leonard no podía dejar de mirar a Alessia. Ella parecía tranquila, pero él sabía que algo la estaba preocupando.—Alessia, ¿estás segura de que todo está bien? —preguntó Leonard, intentando sonar casual.Alessia lo miró con una sonrisa.—Sí, todo está bien —respondió con una sonrisa desganada—. Solo estoy un poco cansada.Leonard asintió, pero no estaba convencido. Sus ojos delataban la culpa que sentía Alessia en su interior.Días más tarde, la familia Blackmond se reunió para celebrar el aniversario de bodas de los padres de Leonard. La mansión estaba llena de invitados, y el ambiente era festivo y agradable.Leonard se levantó de su silla, sonriente, y se dirigió al centr
Capítulo 31La ira de Don RicardoAlessia se despertó temprano, sintiendo un dolor de cabeza y un vacío en el estómago. La noche anterior había sido un infierno, y no podía dejar de pensar en la forma en que Leonard la había tratado.Se levantó de la cama y se dirigió al baño para darse un baño y tratar de calmarse. Pero justo cuando estaba a punto de entrar al baño, escuchó a Jenkins, el mayordomo, diciéndole que su padre se encontraba en la puerta principal de la mansión.Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, y su corazón se detuvo al ver a su padre, Don Ricardo, y a su madrastra, Alana, bajando de su coche.Alessia se sintió como si hubiera sido golpeada en el estómago. Sabía que su padre estaba furioso con ella, y que no iba a dejar que se saliera con la suya.Se dirigió rápidamente a la puerta principal y la abrió, intentando sonreír y parecer calmada.—Hola, papá —dijo Alessia, nerviosa ante su presencia. ¿Qué te trae por aquí?Don Ricardo la miró con una expresión de ira
Capítulo 32Sentimientos encontrados.Alessia se encontraba sola y llena de miedos en una fría sala de espera en una clínica lejana. Estaba internada esperando las contracciones para dar a luz a su pequeña niña. Se sentía ansiosa, aterrada, sin nadie que la acompañara en ese momento tan difícil e importante de su vida. Anthony había desaparecido estos últimos meses y Leonard, a pesar de que desde hace meses que había regresado al país, nunca más se había acercado a la mansión a ver a Alessia. —¿Cuánto falta para que dé a luz? —preguntó Alessia a la enfermera que la atendía.—No mucho, señora —respondió la enfermera—. Las contracciones están cada vez más cerca. Prepárese para recibir a su bebé en poco tiempo. No se asuste. En un momento se le realizarán los estudios pertinentes para ver si puede tener a su bebé de manera natural o si se le programa una cesárea de emergencia. Alessia asintió con la cabeza, sudando y temblando de miedo, y se preparó para lo que estaba por venir. Los
Capítulo 33Rompiendo sus alas.El tiempo seguía transcurriendo y Leonard se mantenía presente en la vida de Lizzy. A sus dos años ya lo reconocía como su padre.A pesar de su buena relación con la niña, había creado un abismo entre él y Alessia, a la que por tanto tiempo seguía evadiendo.Alessia era una mujer dulce, cariñosa y amable. Durante un buen tiempo se esforzó para ganarse el perdón de su esposo. Solo Dios sabía todo lo que luchó por al menos una sonrisa de ese hombre, o tan siquiera una mirada. Pero nada de lo que hacía era suficiente para atraer su atención. «Verás que con el tiempo podremos salir adelante y rehacer nuestra vida, juntos», fue lo que le dijo Alessia a su esposo, la última vez que él la miró fijamente a los ojos.Se sintió ridícula al recordar sus palabras, porque Leonard no era, ni sería nunca ese hombre tan cariñoso y amable que alguna vez conoció.Su imponente presencia cortaba el aire, dejaba sin respiración a Alessia cada vez que lo veía en casa. Su vo
Capítulo 34Decisiones que duelen. Las lágrimas de Alessia seguían cayendo en cascada por sus mejillas, mientras que Leonard buscaba la manera de causarle más sufrimiento. La despreciaba, y no solo por embarazarse de otro hombre, sino por mentirle a la cara tan descaradamente después de todas las oportunidades que tuvo para decirle la verdad, para ser leal a él, como él lo había sido con ella.—No me importa cuanto te opongas a esto —afirmó Alessia entre sollozos—. Voy a insistir tanto que no te quedará más que firmar el maldito documento y dejarme ir.—¿Eso es lo que crees? —bufó—. Si tu propósito es perder el tiempo entonces hazlo.Alessia apretó sus diente tanto como pudo, hasta escucharlos rechinar, teniendo la necesidad de soltar las palabras que se quedaban atascadas una a una en su garganta. Ni siquiera sabía que decir, pero seguramente sería una mezcla de reclamos y groserías.—Eres un imbécil —comentó con su voz baja y firme, a centímetros de su boca—. No mereces que te sig
Capítulo 35El peso de los erroresAlessia sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al ver a ese hombre frente a ella, sentado en su lugar, comenzando a comer el desayuno que estaba servido para ella.La imponente presencia de Leonard la hacía temblar y no era por miedo, sino por ese extraño cosquilleo que sentía en su estómago al tenerlo cerca. Sabía de que se trataba exactamente, pero no se atrevía ni a pensar en eso. Lizzy, emocionada de ver a Leonard gritaba llena de emoción mientras corría a sus brazos.Él, por supuesto que la recibía encantado, ella era el motivo por el cual seguía visitando esa casa.Alessia se retiró del comedor, había perdido el apetito por completo al verlo, más que eso, deseaba alejarse de él, de su perfume y de los estúpidos pensamientos que comenzaban a crecer en su cabeza.Después de que Leonard compartió el desayuno con la niña, esperó a Alessia en la biblioteca. —¿Qué es lo que quieres? —preguntó Alessia y Leonard la observó de arriba a abajo,
Capítulo 36Abandonando sus deseosVer a Enzo postrado en una cama fue un golpe duro para Alessia. Sentir su vulnerabilidad luego de verlo por tantos años como un hombre fuerte y valiente fue duro, a pesar de que se mostraba fuerte, sentía mucha pena de verlo en ese estado.Se adentró nuevamente en la habitación donde Enzo reposaba en su cama, con los ojos cerrados.El tumor en su cerebro estaba comprometiendo algunas funciones de su cuerpo y comenzaba a padecer diferentes afecciones.Nuevamente Enzo abrió sus ojos y ladeó su cara ligeramente hacia Alessia. —¡Volviste! —exclamó con su voz entrecortada y obligando una sonrisa. —Me quedaré aquí hasta que el doctor me lo permita —respondió ella, besando la frente de su suegro.—Me alegra que así sea —respondió, extendiendo su mano temblorosa hacia ella.—Lamento mucho lo que ha tenido que pasar, señor Blackmond. Pero ya me he encargado de la documentación necesaria para que reciba su tratami...Enzo interrumpió, con una leve sonrisa en