Capitulo 04.| ¿Que haces tú aquí?

POV : ACE.

Recostado en la silla frente a mi escritorio, no dejaba de pensar en la información que había conseguido, doblaba y desdoblaba sin control el pequeño trozo de papel entre mis manos.

¿En serio la patito me ha mentido durante este tiempo?

«Bueno, técnicamente no lo ha hecho, a mi nunca me ha importado lo que haga con su vida.»

Coloqué el papel sobre el cristal, no entiendo por que pierdo mi tiempo en esto, no deberia importarme nada que tenga que ver con ella.

Levanté la tapa de mi portátil y comencé a teclear.

"El trabajo es más importante". Me digo a mi mismo, pero luego de cinco minutos cierro de golpe la pantalla.

«¡Al carajo! Voy a ir hasta allá, no aguanto la curiosidad.»

* * * * * * *

Estacioné mi auto y me quedé viendo el pequeño edificio.

"No está nada mal"

Ya en recepción me encuentro con una chica de mejillas redondas, al verme sus ojos se quedan fijos en mí y de inmediato pienso como aprovecharme de la situación para que me dé la información que necesito.

—¡Buenos días preciosa!. — Su rostro se sonrojó

—B-buenos Días Señor.. ¿En que lo puedo ayudar? —La inocente tartamudea un poco y yo sonrió porque es pan comido.

«Pobre chica probablemente nunca haya hablado con un hombre como yo»

—Soy Ace y vengo poque quisiera ver a mi Esp.... "Me mordí la lengua por la burrada que iba a decir" —A la señora Tamara. Si, quisiera ver a la señora Tamara Beringhelis. —Ella frunce un poco su ceño.

— Quizás se refiere a la señorita Tamara Ford. — Hace una pausa y fija su vista en la pantalla de su ordenador. — Ella se encuentra en una reunión con unos inversores en este momento y no lo puede atender, pero si gusta señor Ace podría esperarla en el pasillo. —Mi boca se abrió ligeramente debido al asombro, la fea se presenta con su apellido de soltera.

¡Eso quiere decir que me niega!

—¡Claro preciosa!. Me gustaría esperarla, pero sabes una cosa. —Me acerqué más a su escritorio y me incline hasta quedar frente a frente. —Tara es una amiga que no veo hace mucho y me gustaría sorprenderla.

¿Si me entiendes?

¿Podrías ayudarme con eso? Dije y ví como sus ojos brillaron.

Y mordí mis labios aguantando las ganas de reír.

—S-si, S-señor yo podría ayudarlo. —Me entregó un gafete de visitante y yo le sonreí. «Ay cosita» —Ella se encuentra en el piso quince a mano izquierda la encontrará, en el departamento de ilustración. —Le guiñe un ojo y me fui directo al ascensor.

— ¡Gracias, hermosa!

[...]

¿De verdad estoy haciendo esto?

Apenas el ascensor abrió sus puertas, caminé buscando y recorriendo el lugar, nunca había pisado una revista y era bastante concurrida, pasaba mi vista por los cubículos que estaban más cerca, no quería llamar tanto la atención, pero igualmente lo hacía.

En una de esas vueltas conseguí el departamento de ilustración, traté de mirar a través del cristal pero no la encontraba, luego de unos minutos di con ella.

La observé detalladamente y su ropa se veía algo diferente, seguía cubriendo todo su cuerpo pero no era tan ancha, lo mismo pasaba con su cabello, no estaba alborotado como solía tenerlo, siempre pensé que ella era más rellenita pero parece ser que me equivoqué.

"Son ideas mías" Fruncí mi ceño porque era la primera vez que veía su rostro y no me incomodaba tanto.

Ella me vió desde el otro extremo de la sala y se sobresaltó en su silla. Luego se acercó hasta mí, su rostro era de total confusión.

—¿Alguien murió? —Me dijo mientras me arrastrába hasta un rincón y no entendía su pregunta.

—¿A qué te refieres con que alguien murió? —Le respondí en tono bajo.

—Tuvo que haberse muerto alguien para que tú estés aqui y hablando de eso Ace.

¿Cómo fué que llegaste hasta Innova? — Cruzó sus brazos frente a su pecho esperando una respuesta.

Sentí un calor subir por mi rostro, me había concentrado tanto en llegar aquí, que se me olvidó inventar un pretexto.

«Ahora la fea pensara que me importa»

—Eh... bueno. — Coloqué mi mano detrás de mi nuca, no se me ocurría nada creible. —Me sorprendió saber sobre tu ocupacion y vine hasta aquí para verte. — Hablé con la verdad.

"Es que yo no hago más que meter la pata" Ahora sí es definitivo pensará que me importa.

—Ven a mi oficina. — Me hace seña.

—¡Oye! No mal interpretes las cosas, solo vine por curiosidad, tampoco es que me importes. —Ella sonríe y achica un poco su ojos.

"Un nuevo gesto que no conocía"

—No lo hago por eso, lo que sucede es que no quiero que nos vean juntos, aquí todos piensan que soy soltera. — Otra vez mi boca se abrió ligeramente.

—Auch.— Coloqué una mano en mi pecho en forma de ofensa y ella rodó sus ojos hasta ponerlos en blanco.

Mientras la sigo a su oficina pienso y observo el lugar, ha hecho muy buen trabajo.

El sitio es bastante amplio y agradable, Tamara me sorprendió mucho de verdad.

Entramos a la pequeña oficina y admiraba el lugar, no era muy lujoso pero estaba bastante bien.

—Ahora sí, Ace. ¿Que haces aquí? ¿Quién te hablo de Innova? —De repente su voz no era tan chillona. ¿Por qué?

— Verás, Tamara.

Le pregunte a Paty por ti, yo pensé que estabas dormida en tu habitación era tarde y se me hizo extraño. Lo que no me imaginé es que me habías mentido todo este tiempo. — Respondí.

—¡No! Un momento, yo no te mentí.

Tú y yo nunca hablamos, es parte de nuestra tregua matrimonial. ¿Lo olvidas? — Me reclama enojada. — ¿Además que te interesa a tí, si yo trabajo o no? —luego se queda pensado un minuto.

—¡Espera! —Frunció el ceño. —¿En serio pensaste que yo vivía encerrada en mi habitación todo el día?. — Me mira con esos ojos saltones.

¿Un momento, sus ojos siempre han sido de ese color?

—Si, es que no se que más podrías hacer. — Encogí mis hombros restándole importancia, tratando de disimular.

— No, ¡pero es que ésto es el colmo! Ace Beringhelis. De verdad que eres mas idiota de lo que creía. —Yo rodé mis ojos, no se porque se ofende, debería sentirse halagada de que yo esté aquí por ella.

—Creo que ya debes irte, justo ahora estoy ocupada. — Se inclina sobre su escritorio para remover unos papeles.

—¡Ok! Ya me voy y no te molesto mas... — Me levanté sin dejar de verla, pero ella no se molestó en darme más atención. — Entonces...  ¿Nos vemos en la noche?. — Pregunté y levantó la vista.

— ¡No! Ace. Nos vemos el fin de mes en la reunión familiar. — Me dejó muy claro el mensaje de no acercarme a ella.

«Parece que la fea no quiere nada conmigo.»

—Esta bien, solo quería ser amable contigo, tampoco es que me importes. — Finalice la conversación y salí del edificio, no se porque pero sentía que me habían rechazado, parece ser que todo este tiempo he estado muy equivocado sobre la patito, aparte de fea es amargada.

Yo no le he hecho nada...

"Bueno, si me he burlado constantemente de ella delante de todos por su apariencia"

Pero tampoco es para tanto.

* * * * *

Olvidé el tema de Tamara y seguí con mí trabajo, los días siguieron pasando con normalidad y la situación con la patito estaba igual que siempre, ella por su lado y yo por el mío.

Era viernes y mi mente solo se centró en un lugar.

«Inccubus»

Mis ganas de ver a Pandora aumentaban, esa mujer me enloquecía, no perdía la esperanza de que pronto tendría una oportunidad en la noche de Luxuria, si ella me elegía yo iba a ser el hombre más feliz de la tierra, no me importaba que tuviera que pagar una fortuna.

Entré al local y todo estaba silencioso, en el largo pasillo se encontraba la chica que daba la bienvenida, me entregó un antifaz el cual acepté y lo coloqué en mi rostro para poder ingresar.

—¿Conoce las reglas verdad?. —Yo asentí de forma discreta mientras ella abrió la puerta del salón principal.

—Bienvenido a nuestro averno, que disfrutes tu estancia.

Entré y el ambiente cambió de forma radical, se escuchaba una variación de música sugerente que te incitaba al pecado, las luces en esta ocasión eran de color rojo, lo que hacía un poco difícil el reconocer a cualquiera dentro del local.

Me fuí hasta la barra y pedí un trago, observaba discretamente toda la sala, tal vez me haría bien algo de compañía.

La música cambió a una más sensual y mi corazón se aceleró, eso significaba que nuestra «Ama» había llegado.

Impaciente comencé a recorrer con mis ojos el lugar hasta que la ví, ingresaba a la sala con una sensualidad que solo ella podría desprender, llevaba puesto un diminuto traje de cuero negro, ajustado con varias correas que exponía gran parte de su perfecto cuerpo.

La máscara que cubría su rostro era completa y estaba adornada con pedrería dorada, subió hasta su trono y se sentó lentamente cruzando sus piernas a la expectación, observando todo como Ama y dueña del lugar.

Una serpiente roja adornaba su regazo y en parte se entrelazaba de su brazo, ella la acariciaba como si fuese una tierna mascota.

Como siempre «Capricornio» su perro guardián estaba de pie a su lado, esperando a que Pandora abriera su boca para cumplir sus deseos.

Nadie, absolutamente nadie, podía apartar su vista de ella.

Tenía gustos muy peculiares, yo nunca había conocido una mujer así, su frialdad me excitaba, y mi cuerpo se calentaba solo con mirarla.

Pero ya no me bastaba verla de lejos, quería una oportunidad, solo una vez más para tenerla.

¿Por que esa mujer era tan misteriosa?

Incluso me hacía pensar que en serio era una Diosa.

La noche transcurrió, vi como una sumisa era encadenada en una mesa mientras tres hombres tomaban su cuerpo todos al mismo tiempo, la torturaban de placer sin descaro alguno, uno de ellos me invitó a participar en su orgía, pero me negué.

Quizás en otro momento me hubiese atrevido a participar, pero esta vez no quería tomar a nadie, ni aquí ni en ninguna de las otras salas, solo la quería a ella, nunca había deseado tanto a una mujer.

Me di por vencido y terminé por irme a mi casa derrotado. Imaginando como sería tenerla una noche entera para mí.. pagaría lo que fuera necesario para estar con ella.

"Otra vez regresaba a mi casa sintiéndome solo y vacío". ¿Que era lo que me hacía falta?p

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