NARRADORA“¡¿Qué sucedió con Lyra y Drakkar?! ¡Debemos buscarlos, mujer!” “¡Que nooooo, Lorenzo!" le gritaba su hembra en medio de la feroz carrera por la jungla. "¡Lyra nos dijo que no fuéramos a por ellos, que si había problemas y no estaban, que los esperáramos en el lago!"Los machos no sabían de dónde sacaban tanta confianza, pero ciertamente, Lyra había revolucionado sus mentes de una manera increíble.Lo que hicieron hoy las hembras les mostró que no todo se resuelve a fuerza bruta. La astucia y las tramas ocultas eran un arma letal.“¡Dejamos atrás a Verak y Nana!” “¡Ellos se pueden cuidar solos! ¡Ahora corre, que siento un depredador cerca!”Pero en realidad, ninguno de los dos se pudo cuidar solo. Verak yacía muerto y destrozado en un charco de sangre, y Nana… bueno, ella agonizaba lentamente, lo cual no era mucho mejor.*****Unos momentos antes de dar la alerta por el incendio... Nana apenas tenía fuerzas para mantenerse consciente sobre la cama. Estaba destrozada f
NARRADORA—Diosa bendita —corrió al ver el cuerpo desnudo de Nana arrojado sobre la alfombra.Lyra se inclinó sobre ella, apenas y respiraba. Los golpes y latigazos sobre la frágil piel le decían muchas cosas a Lyra.Miró hacia el Alfa a su lado, apuñalado con la daga que le había robado a Drakkar.El macho se la sacó del cuello sin contemplaciones, dándole una patada brusca al cadáver para girarlo.La expresión sorprendida aún se reflejaba en los ojos fijos en el techo.— No respira…—Pero ella sí está viva, debemos llevárnosla —Lyra tomó la decisión en el acto, corriendo hacia la cobija de piel sobre la cama para cubrir a la Omega.Drakkar solo asintió de acuerdo, nunca admitiría un abuso contra una mujer, fuese quien fuese.—Drakkar, necesito que actúes rápido, aprovecha que no hay guardias, trae el cadáver de Verak, rápido, ve, ve…—Pero no te puedo dejar sola.—Amor, yo sé defenderme, no perdamos más tiempo. Recuerda que este es el hijo del Alfa; hay que dejar un escenario prep
NARRADORAUn guerrero se levantó de repente, dando la alarma, y todos los demás hicieron lo mismo, tensos, hasta que los aromas conocidos llegaron a sus narices.—¡Son ellos!Cuando las malezas se abrieron, apareció Drakkar cargando a Nana y Lyra convertida en su forma humana.—¡Están bien!—¡Lyra, hicimos el PDE y funcionó! —Lyra sonrió, claro que sabía que había funcionado.—¡Ay, por todos los cielos! ¡Es Nana!En medio de la emoción del reencuentro, repararon en el bulto desfallecido que cargaba Drakkar.La pusieron enseguida sobre unas pieles, pegada al fuego, pero la Omega temblaba incontrolablemente.Entonces Lyra se dio cuenta de que la situación de la loba era más grave de lo que parecía. Nana agonizaba.—¡Rápido, tráeme unas hojas con esta forma…!Tomó un palo y se puso a dibujar en la tierra, recordando todo lo que había encontrado aquí durante su expedición con Drakkar.Algunos hombres se movilizaron y salieron a recoger las hierbas medicinales.—Alguien tiene que alimenta
NARRADORA—¡Alfa, ellos seguro perjudicaron a Verak! —Gertrudis empezó a manipular la situación; iba con todo y a máscara quitada con Drakkar y esa arpía.—¿¡De qué hablas?! ¡Drakkar! ¿Dónde está mi hijo? ¡HABLEN DE UNA PUTA VEZ!—Alfa, nadie sabe y no es cierto eso que dice usted… —Lorenzo enfrentó a la curandera con el ceño fruncido.Todos dispuestos a defender a Lyra y Drakkar.—Ellos rescataron a Nana y nos ayudaron a escapar…—¡No puede ser! —la anciana lo increpó levantando el bastón, con el rostro transformado por la malicia—. ¡Solo están hechizados porque Drakkar…!—Mamá…De repente, la voz susurrante de Nana se escuchó y una mano temblorosa agarró la falda de Gertrudis.—¡Hija! —la curandera se inclinó a abrazarla; sentía el dolor tan profundo de Nana.Su loba intentaba encontrar la conexión con su cachorra Reina, pero estaba demasiado débil.—Nana… —miró a los ojos vacíos de la chica que hace unos días resplandecía de vida y miles de sueños para el futuro.—Ellos me… salvaro
NARRADORA No importa cuánta explicación le dieron al Alfa, el dolor por la muerte de Verak no lo dejaba pensar con claridad y ordenó encarcelar a Drakkar y Lyra. Casi se lleva a Nana, pero aún le temía a la influencia de la vieja curandera. Por supuesto, Drakkar se resistió, nadie los iba a retener de nuevo. "¡Si se los llevan a ellos tendrán que enfrentarse a nosotros!" El equipo de la sal estaba que veía en rojo por la injusticia. Verak era un idiota al que los planes le salieron mal.Los dejó a su suerte sin importarle nada, solo Drakkar y Lyra los respaldaron.“¡Pues se van todos de mi manada! ¡QUEDAN EXPULSADOS, LARGO!, ¡LARGO DE MIS TIERRAS!” Los corazones de los guerreros temblaron, nadie se imaginó esa reacción del Alfa. Quedarse fuera de la tribu no era una broma. Solo la unión de los hombres lobo les permitía sobrevivir en este ambiente tan hostil. “No tengan miedo. Quienes elijan seguirnos tendrán mejor vida que viviendo en esta manada.” La voz de Lyra llegó hasta
NARRADORA —¡Todos, transfórmense, lleven a las mujeres y cachorros a un sitio seguro!El Alfa rugió, apenas logrando cambiar a su forma animal, cuando del bosque tupido salieron corriendo más de cincuenta lobos rabiosos.Llevaban pesadas armaduras en los lomos, camuflados con olores de plantas, mucho más preparados que ellos, que fueron tomados por sorpresa.El lobo negro al frente del bando enemigo entró por la puerta de madera, derribando las débiles defensas, arremetiendo como un ariete contra todo el que se le pusiera delante.Arrasaron con la manada en menos de media hora.Las peleas encarnizadas de bestias se desarrollaban entre las chozas.El carmín tiñó la tierra; los rugidos de furia y dolor llegaron al cielo.Gertrudis lo vio desde una colina alta, en la lejanía.Sus ojos llenos de asombro al ver el fuego y la masacre. El viento traía muerte y conquista.Si se hubiese demorado solo media hora, ella y su hija hubiesen perecido.La manada Valle Fértil fue conquistada.El Al
NARRADORADrakkar le advirtió a la curandera, que ya había recuperado su forma humana.Gertrudis y Nana no tenían tampoco a dónde regresar.—Bien —ambas dijeron y fueron conducidas al fondo de la cueva, por una muy bien camuflada grieta.Drakkar apartó la cortina de hojas que habían tejido para confundir los aromas.Pasaron a través del pasadizo y ambas mujeres llegaron a un mundo nuevo.A través de la red de cuevas, habían descubierto una caverna con respiradero, libre de los gases y el calor.No solo tenían termas calientes para el baño y hervir hojas, también chozas mejor elaboradas con pieles, huesos y madera.Lo mejor de todo, cazaban a criaturas poderosas a pesar de ser pocos guerreros, pero nada se podía enfrentar a sus nuevas armas.Gertrudis se abstuvo de preguntar. Sobre todo por las miradas hostiles que le daban las mujeres que se encargaban de cincelar los moldes de piedra.Todo este desarrollo lo había traído Lyra en solo unos días.Le contó a todos que la daga la hicier
NARRADORASu boca hambrienta no resistió más y fue a comerse la de su hembra.Movió los labios sobre los suaves de Lyra, los chupó entre sus dientes y metió la lengua para probarla.Lyra lo empujaba del pecho y Drakkar daba pasos atrás, sin perder la conexión, hasta que fue acorralado contra un árbol.Bajó su mano grande y la metió bajo la falda de su mujer.Respirando agitados, moviendo sus bocas y penetrando sus lenguas.Los dedos callosos acariciaron a lo largo de la hendidura mojada, la braga empapada en deseos; se colaron por el borde, llegando a los pliegues resbalosos y el clítoris palpitante.Lyra gimió en su boca al ser provocada y manoseada de manera tan erótica.Drakkar movía su clítoris en círculos deliciosos que la hacían vibrar.Acariciaba entre los pétalos vaginales y sumergía su dedo del medio, masturbándola y dilatándola.Drakkar metió la cabeza en el hueco de su cuello, aspirando el dulce aroma, gruñendo bajo por los movimientos vigorosos de la mano de su mate.El pe