VALERIAMiro al lado para ver a la hija del Alfa que ha salido también al exterior.— Bueno, su majestad se toma muy en serio el cuidar de su manada – respondo en modo sirvienta fiel y diplomática.Ella comienza a hablarme relajada, joven al fin, sin muchas preocupaciones.Me cuenta entusiasmada de una feria nocturna que hacen en el centro del pueblo, donde venden sus especialidades locales.El hecho de que no me mire raro o no me trate diferente por mis cicatrices, hace que le dé un punto a su favor.— Parece que hay muchas cosas interesantes, me gustaría ir, pero yo no puedo moverme de al lado de su alteza, lo lamento…— Ve con ella si quieres – la voz de Aldric se escucha a mi espalda.— Voy a demorarme un poco aquí y puedes distraerte en el centro de la plaza, no te alejes mucho, me uno a ustedes pronto.Me giro para verlo rebuscando en su bolsillo y ya me imagino lo que hará a continuación.— Gracias, señor – agradezco con rapidez, casi halando a la chica para escaparme.— Espera
VALERIA— ¿En serio?, me pareció escucharte murmurar algo – se acercó a mí con dudas.— No, solo pensaba en voz alta, ¿pudiste resolver las cosas con tu novio? Bajo los escalones y me encuentro con ella, que se ha sentado en el último peldaño y de la nada se ha puesto a llorar.Entre sollozos me cuenta las dificultades con su pareja y sus padres, ser la hija del Alfa no es fácil.— No te pongas así, seguro que habrá alguna solución, ¿no tienes ninguna persona que te apoye?, ¿quizás una hermana?— ¡No!, ¿por qué me preguntas si tengo una hermana? – me pregunta levantando la mirada, como a la defensiva. — O sea… disculpa, lo siento por ser grosera, todo esto me tiene muy nerviosa y no, no tengo hermana ni nadie más.Asegura y asiento, aunque la verdad es que ha reaccionado raro a una simple pregunta.— ¡Ay, no, ya es demasiado tarde, mis padres van a matarme y el Rey debe estar loco buscándote! ¡Vámonos, vámonos enseguida! Cambia de la angustia al pánico y me toma de la mano para lle
VALERIASolo había escuchado hablar de ellos en las historias de miedo para los niños traviesos.Eran demasiado raros de encontrar y casi nadie había sobrevivido al verlos.Seres de pura energía oscura y maldad, magia podrida y asesina.Sus ojos rojos, como dos abismos profundos llenos de llamas, me miraban fijos en ese rostro sin forma, haciéndome temblar de miedo.Su cuerpo lleno de una bruma negra y como pelos largos colgando por todos lados mientras avanzaba hacia mi posición.Sus brazos demasiado largos, desproporcionados, con unas garras afiladas y gigantes que me podían atravesar de lado a lado.Gateé hacia atrás, arrastrándome por el suelo, no me sentía las piernas, el corazón me latía tan rápido que creí que se detendría en cualquier momento.Intenté levantarme varias veces y fallaba, lo tenía sobre mí y a través de la oscuridad, vi con terror como abrió una boca llena de dientes disparejos y me sonrió, erizándome todos los pelos del cuerpo.— ¡AAAHHHH! – grité tapándome el r
VALERIA«Al jefe esto no le va a gustar nada»«¡¿Qué querías que hiciera, que recogiera el cadáver ese asqueroso, o quedarnos a esperar al espectro?!»«Sí que tiene suerte esta chica, tiene la cara tan dañada que ni el espectro la quiso»Escuchaba la conversación de lo que parecían dos hombres.Todo mi cuerpo se sentía agotado, como si hubiese hecho un esfuerzo sobrehumano, estaba confundida, no recordaba muy bien qué había sucedido.Adele intentó engañarme, luchamos, apareció esa cosa y luego… ¿Qué?Acostada sobre la espalda de uno de mis captores, era conducida a un sitio desconocido.A pesar de estar despierta, me hice la dormida para escuchar sus retazos de conversación.— ¡Súbela en la barca! – me arrojaron de repente a una vieja embarcación.Entendí que cada vez me alejaba más del Rey, así que intenté luchar como pude.— ¿Ya despertaste? ¡Aahh, maldit4 mujer!— ¡¿Qué sucede?!— ¡Me ha mordido! ¡Ahora verás lo que te va a costar!Lo último que vi fue un puño directo a mi cara.*
VALERIA Dolía, dolía demasiado como si hubiese metido los dedos dentro de un horno encendido y la verdad, es que se veían justo así mismo, sangrando y quemados. — No es ella, esa chica idiota se equivocó de nuevo ¡No debimos confiar en que lo haría bien! – el vampiro rugió con molestia pateando una silla, luego se calmó de su desliz y guardó la piedra en su caja. — Ya no nos podemos quedar aquí, el Rey Lycan estaba husmeando en esa manada y es solo cuestión de tiempo que nos descubra – declaró — No tenemos claro de donde salió esta mujer, se ve insignificante. La hija del Alfa murió sin explicar mucho. El espectro apareció, atraído por la sangre especial. Respiré un poco aliviada al escuchar que no sabían que yo era la doncella personal de Aldric, sino, cero oportunidades de vivir. ¿Qué era la “sangre especial” de la que hablaban? No tenía ni idea. — ¿La matamos? — No, cúrenle la mano y sácale algo de dinero. Véndela en la subasta con las otras – estaban decidiendo qué hacer
ALDRIC— Estaban buscando a una mujer que pudiese leer lo que decía en el Altar, Adele las probaba a todas locales y visitantes, ¡ni siquiera sabíamos que había algo escrito ahí! — ¡Yo lo hice para proteger a mi familia, usted hubiese hecho lo mismo!— ¡Yo hubiese pedido ayuda, idiota! ¡Los vampiros son los seres más traicioneros que existen! ¡¿Para qué carajos están los Guardianes entonces?! – le rugí casi bestializado, esto era mucho más serio de lo que me imaginaba.— ¡Entregaste una reliquia sagrada de nuestra raza, engañaste a mujeres inocentes y estabas dispuesto a dejarlos tener nuestros secretos! ¡¿De verdad pensaste que tu familia o tú saldrían ilesos de esto?!Continuó llorando y diciendo que lo había hecho por sus hijas, pero mi paciencia se había acabado y lo que más preocupaba, era a dónde se llevaban a Valeria.— Dime dónde están los vampiros – le pregunté con voz mortal.— No, no sé bien, siempre eran muy misteriosos, nunca conocí al jefe, nos reunimos en una cabaña vi
ALDRICNo sabía cuántos podrían estar en el viejo edificio, pero entré rugiendo, dispuesto a cortar cabezas. Muy tarde; había llegado un paso tarde. Se notaba que habían salido corriendo de este sitio. Ya debían saber que los había descubierto. Me transformé en humano y caminé por los oscuros pisos subterráneos, desesperado, pateando puertas e inspeccionando todo. Habían dejado cadáveres por todos lados. Los idiotas que se atrevían a hacer tratos con los vampiros siempre terminaban así. Mi corazón latía con miedo, algo que no sentía desde hacía mucho tiempo, y más aún cuando finalmente percibí su olor. Corrí, bajando unas estrechas escaleras por un pasillo en penumbras, hasta una enorme celda. Muchos olores femeninos se mezclaban allí y, entre ellos, el de Valeria; sin embargo, no había rastro de ella. Vi un cuerpo agonizando en una esquina sucia y me acerqué.Era una mujer rubia, tenía una horrible herida en el estómago, no se iba a salvar.Al agacharme, me di cuenta de que est
ALDRICVer a Valeria tan herida y vulnerable está haciendo que mi corazón se rompa y a la vez una ira desmedida crecía en mi interior.“Él” luchaba por salir a consolarla, a lamer sus heridas, lo sentía escarbando en mi mente, intentando liberarse.Estar al punto de perderla reforzó mis miedos, ella se puede ir de mi mundo en un instante, para nunca más regresar.Miré a los presentes, un puñado de guerreros, dos mujeres desnudas abrazadas temblando en una esquina, una esclava mutilada y la otra muerta.El culpable de todo, un hombre lobo Beta también desnudo y destilando olor a sexo, miedo y pudrición.Gruñí una baja advertencia.“Nadie se mueve de aquí, en especial tú, jefecito, tengo tu aroma y te cazaré como un animal si das un paso lejos de este sitio” les advertí con los caninos afuera.Asintió enseguida con los ojos rojos y temblando de miedo, ahora ya no era tan macho.Me llevé a Valeria un poco más distante.Su pequeño cuerpo se sentía tan débil, acurrucada contra el pecho de