VICTORIA Dejo que Lucien selle su marca con suavidad, mientras intento recuperar el aliento después de casi perderlo. Mi cuerpo se siente agotado y devastado, mi parte intimida duele y arde como nunca. Aun así, amé la forma tan delicada en la que me trató, la forma en la que me acostumbró a él, la paciencia que tuvo conmigo. Cierro los ojos haciendo una pequeña mueca de dolor al sentir como salió de mí. —Perdón, amor, pasará, lo prometo, ¿estás bien? Abro los ojos para verlo preocupado mientras evalúa mi cuerpo. —Estoy bien, solo me duele un poco. Sus labios se acercan a los míos y deja un beso suave y corto. —Prometo que pasará, mañana estarás bien. Te amo mi Reina y Luna. —Yo también te amo Lucien, con toda mi alma, siempre lo haré, siempre seré tuya. Lo atraigo hacia mí para besarlo, sellando mis palabras en aquel beso. Él se retira al baño y escucho que comienza a llenar la tina. Me dejo caer en la almohada recordando algo que me quiere poner a temblar de
VICTORIA Hoy, en definitiva, no quiero pararme. Me duele hasta el alma. Estas tres últimas semanas no han sido fáciles. En el día tengo que estar ayudando a Ben a controlar sus poderes y por las noches... No sé para qué me quejo si bien que lo disfruto. Lucien, desgraciado, verás que la próxima te amarro yo a la cama. Para poder dormir más horas. —"Vamos, nuestro cachorro ya casi está listo, solo nosotras podemos ayudarlo." —"¿Crees que si logre controlarlo?, aún me da miedo de que Lucien se entere de que le pasé mis poderes a Ben." —"Ha demostrado amarte mucho, mira el lado positivo, ya te has ganado más su confianza." Por fin me levanté. Me fui al baño y ya en media hora estaba afuera. Apenas terminé de vestirme cuando mi hijo entra como un tornado de emoción. —Vamos mamá, apúrate. Me dejé llevar por él hasta su campo de entrenamiento diseñado solo para él. Lucien debe estar podrido en dinero. Creo que es hora de que lo gaste. ***** LUCIEN ¡PUM
LUCIEN ¿Con qué propósito y para qué?, algo sabía la madre de Victoria. Algo me está faltando en esto. Abro de nuevo el libro y justo en la imagen de la loba. Observo detenidamente su poder. Como si ya lo conociera. Y ya lo conozco. Aprieto los puños a mi costado sintiendo que la rabia burbujea por mis venas. Mis músculos se tensan y aquella aura destructiva pide salir. Este poder solo lo tienen los lobos guardianes. Más preciso esas lobas. Entonces, ¿cómo demonios Ben lo tiene? Comienzo a dar vueltas en la habitación con mi poder brillando alrededor. Mi respiración es agitada y acalorada y siento que la piel me arde de rabia. ¿Acaso fue por ella? ¿Qué otra explicación habría? Esa bruja desgraciada lo sabía y ya voy a ir a sacarle la verdad. Salgo de mi oficina, hecho una fiera, todos los que me ven se hacen a un lado e inclinan la cabeza. Llego hasta el campo de entrenamiento de Ben y ya veo a mi objetivo. Todo lo que veo es rojo mientras me acerco a
LUCIEN Me acerco a él y me siento a su lado para ver el dibujo. Somos nosotros tres en un bonito bosque. —Es bonito Ben, también dibujaste a Errick. —Si y espera que aún falta la loba de mi mamá. —¿La loba de tu mamá? —Si papá, deja te muestro. Me quedo observando atentamente su dibujo, sus manitos se mueven con destreza terminando el dibujo. Se apartó de mí para que no lo viera, yo solo sonreí al verlo. No pediría nada más en este mundo que no sea a mi pequeño y a mi compañera. —Listo papá, míralo, debes colocarlo en tu oficina, ya estamos completos. Tomo el dibujo y lo único que llama mi atención es la loba blanca al lado de Victoria. ¿Cómo puedo explicar la sensación que comienza a recorrerme el cuerpo al ver esa figura? Pude sentir como la sonrisa se me fue esfumando cada vez que veía el dibujo de ella. Su pelaje blanco y sus ojos azules mezclados con blancos. —¿De quién dices que es la loba? —De mi mamá. Cuando estamos juntos, ella siempre viene a ju
LUCIEN Me acerco al campo de entrenamiento de Ben para ver su progreso. Solo me quedo en el borde observando como él y Victoria tratan de imitar las cosas que les dice Grecia. Una sonrisa escapa de mis labios al ver a mi compañera reír como si solo fuese ella y Ben en todo el mundo. ¿Y acaso no es así?, la dejé sola por dos días mientras yo me enterraba de cabeza en un diario buscando respuesta que solo me dejó con más preguntas. Falta un diario y supongo que allí es en donde está lo faltante. —"¿Errick, puedes sentirla?" —"No, se esconde bastante bien de nosotros, creo que salió igual de escurridiza y rebelde" La observo detenidamente, cada gesto, cada movimiento, cada sonrisa. Ese diario me muestra una cara de su madre cruel, fría y calculadora. Manipuló todo a su antojo desde que supo quién era Victoria. No puedo creer que se dejara marcar y aparear por otro que no fuera el padre. Eso es sumamente peligroso, pone en riesgo la vida del cachorro. Supo
LUCIEN Quería perderme en su cuerpo, en su calor y así lo estaba haciendo. Embistiendo su dulce coño con fuerza y rapidez, deslizándome con facilidad dentro de ella mientras sus jugos salían y salpicaban. Extendió su cuerpo sobre la superficie de madera donde pude tener una mejor visión de ella. Sus perfectos senos rebotando, sus ojos cerrados y ese hermoso rubor que tanto amaba la cubría. Se veía perfecta y lo mejor es que era solo mía. Apreté sus senos como agarre para empujar más profundo. Gruñendo como un animal con la fricción de nuestros genitales. El choque húmedo de la piel aumentaba, resonando en las cuatro paredes de mi oficina junto con sus lascivos gemidos. Su cuerpo sudaba, sus uñas se clavaban en mi piel y un gemido gutural anunció su liberación. Sus paredes vaginales apretaban mi grueso eje, ordenándolo, queriendo sacar hasta la última gota que con gusto le di. Expulsando mis calientes chorros de semen dentro de ella, sin detener mis estocadas hasta el fondo.
VICTORIA Salgo de la oficina de Lucien con el arma en la mano. La boquilla de cañón aún desprende humo luego de haberla disparado. Escucho, como dejo el torbellino de voces asustadas, acaloradas, exaltadas. El fuerte estruendo de mi compañero que hace retumbar hasta los cimientos de la mansión. El arquitecto tuvo que haber sido uno de los mejores para que esto no se haya caído. Entro a mi habitación y doy vueltas de un lado a otro para tratar de calmar mi rabia. No me importa si es la princesa, que sea la hermana de Lucien, no le da derecho de tratarme como basura. ¿Cuál es su problema? ¿Qué fue lo que le hice para que todo el tiempo me quiera humillar? Parece que se le olvidó que si nadie pudo conmigo en cinco años protegiendo a Ben, ella mucho menos va a poder. Me siento para tratar de calmarme. Lucien convocó una reunión de Alfas, todos están aquí. Me pidió asistir para que me fuera involucrando en esto. Quería presentarme en la gala de la Luna. Un eve
VICTORIA —Mírate ahora Victoria, la gran Reina inclinada ante una simple princesa. Las risas no tardaron en llegar, burlándose de ella, lanzando palabras de odio y de desprecio. —Lucien sabrá lo que hiciste y… —Lucien lo sabe Victoria, porque crees que se fue y te dejó sola. Desde el momento que supo quién eras se alejó de ti. Fuiste tu la zorra que te metiste a su oficina ese día, pero él jamás dejó de verte por lo que eres. Se inclinó tomando la barbilla con fuerza de Victoria, mostrándole una sonrisa cruel que prometía acabar con su vida de una forma miserable. —Solo se divertía contigo en lo que planeaba que hacer. Te follaba a su antojo mientras los planes de asesinarte brotaban en su mente… —Eso no es cierto. —Oh, lo es Victoria. ¡Mírenla, señores, llorando porque la muy estúpida cree que Lucien la salvara! Otra ronda de risas se escuchó mientras las lágrimas de Victoria salían sin poderlo creer. Algo en su interior le decía que todo era mentira. Inara se man