LUCIEN Jamás pensé que volvería a escuchar su voz. Sabía lo que hacía, sus movimientos, por más que intenté dejarla en el olvido no pude. Después de que rompí nuestro vínculo, no pensé al momento en las consecuencias, cuando desperté de aquel fuerte dolor, supe que ella pudo haber muerto. Sin embargo, solo recibí la noticia de que su padre la tenía. Estaba preparando todo para sacarla de allí, pero alguien más se adelantó. Ese miserable Alfa que no parece querer dar su brazo a torcer se ha vuelto una piedra en mi zapato. Agradezco que la sacara, pero no pasó por alto lo demás. Solo suspiré y me acomodé el traje, hoy era la celebración de Ben y debía tener mi mente ahí. Guardé todas sus cosas como un recuerdo lejano que no estaba seguro de soltar y no estaba seguro de si sería solo eso. Hoy lo iba a saber. Ben siempre venía a mi cuarto para llamar a ese Santi y que lo ayudara a encontrar a Victoria y fue mi sorpresa grande al escucharla. Talvez lo que dij
LUCIEN Salí de mi habitación caminando directo a la habitación de Ben. Al entrar vi a Victoria que dio un pequeño salto al verme. Me acerqué a ella, la tomé del brazo y comencé a sacarla de allí. —Lucien... —Solo camina. La volví a meter en la habitación, parecía algo asustada y esto es una de las cosas que odiaba de ella. Conmigo se asustaba y con ese don nadie se veía más tranquila. —Desvístete Ella me miró por unos segundos antes de comenzar a deslizar el cierre de su espalda. Su vestido cayó, dejando ver solo la prenda íntima de encaje semitransparente que dejaba ver su hermosa V. Se tapó los senos con sus brazos y esto solo me hizo fruncir el ceño. —Con él no eres así. —Él nunca me ha visto desnuda. —¿Cómo puedo saberlo si dentro de sus paredes yo no tengo ojos? Vi el desafío en su mirada, quería saber cuanto tiempo aguantaría esa bomba de tiempo. —No me ha visto, ni siquiera me ha tocado. —¿Puedes demostrarlo? Ella apretó los pu
VICTORIA Me desperté sola en la mañana, las suaves sábanas abrazaban mi cuerpo desnudo y el suave olor de mi compañero flotando al rededor. Me levanté y me fui al baño donde duré talvez más de una hora, siendo atrapada por mis propios pensamientos. Al salir me paré frente al espejo una vez que terminé de vestirme. Una sonrisa llena de anhelo brotó de mis labios al ver de nuevo su marca en mi cuello. —"No lo arruines de nuevo mujer, Diosa, no sabes lo horrible que se sintió para mí" Una enorme sonrisa brotó de mis labios sin poderla contener al escuchar la voz de mi loba. —"Sigues ahí, pensé que no te volvería a escuchar, bueno, lo pensé..." —"No digas estupideces" —"¿Cómo te llamas? —"Inara, creo que combina perfecto con Errick" Me reí de sus cosas, saliendo un poco más feliz para irme a despedir de Santi. Solo espero que los hombres de Daniel no armen un alboroto. Las amenazas de Lucien aún resuenan en mi cabeza y lo menos que quiero es problemas, ya t
LUCIEN —Lucien... aquí están las cuatro esposas que me pediste, ¿para qué necesitas tantas? —¡No es tu problema! Me doy la vuelta para tomarlas mientras Errick anda riéndose con pensamientos oscuros en mi mente. —¿Qué pasó con lo que debía llegar?, se supone que debía ser entregado a mí esta tarde. —Sí llegó, pero Séfira tomó toda la evidencia y se encerró con ella en su habitación. No quiere que nadie la moleste. ¿Qué haré con Séfira y ese miedo que trae?, estoy seguro de que esos rumores son solo eso; rumores. Los guardianes dejaron de existir. —Está bien, dejémosla, ya cuando esté lista vendrá a verme. En eso las puertas vuelven a abrirse interrumpiendo nuestra conversación. —Alfa, ya todo está en la habitación como me pidió. —Bien, puedes retirarte. La doncella sale y veo a mi beta confundido mirando entre yo y las esposas. —Bueno, yo también me voy, descansa Lucien. —"Descansar dice, esta noche le daremos una sesión de tortura a nuestra bella compañera" Solo sonrío
LUCIEN Sus gemidos me están excitación al punto en que lograran hacerme llegar al clímax sin nada más de esfuerzo. Deslizo mi lengua sobre sus pliegues mojados, saboreando sus jugos, disfrutando de su sabor que se ha vuelto mi perdición. Ella es mi perdición, su cuerpo y sus gemidos lo son. ¡La amo, Diosa, Cuanto la amo! Sigo deleitándome con su feminidad, chupando sus labios vaginales y su clítoris, perdiéndome en la sensación de su cuerpo. Aprieto con fuerza sus caderas, pasando mi lengua por toda su raya, desde lo último hasta el botoncito de placer que está más que hinchado por mi ataque. Meto mi lengua entre sus pliegues, estimulándola más, sintiendo como su cuerpo se tensa, sus gemidos se intensifican y grita mi nombre cuando el orgasmo recorre su cuerpo. Me deja saborear su liberación, que tomo como un desquiciado pervertido. Obsesionado con ella. Cuando el clímax comienza a pasar en su cuerpo, me separo de ella para buscar el mío. Me quito la prenda d
VICTORIA Dejo que Lucien selle su marca con suavidad, mientras intento recuperar el aliento después de casi perderlo. Mi cuerpo se siente agotado y devastado, mi parte intimida duele y arde como nunca. Aun así, amé la forma tan delicada en la que me trató, la forma en la que me acostumbró a él, la paciencia que tuvo conmigo. Cierro los ojos haciendo una pequeña mueca de dolor al sentir como salió de mí. —Perdón, amor, pasará, lo prometo, ¿estás bien? Abro los ojos para verlo preocupado mientras evalúa mi cuerpo. —Estoy bien, solo me duele un poco. Sus labios se acercan a los míos y deja un beso suave y corto. —Prometo que pasará, mañana estarás bien. Te amo mi Reina y Luna. —Yo también te amo Lucien, con toda mi alma, siempre lo haré, siempre seré tuya. Lo atraigo hacia mí para besarlo, sellando mis palabras en aquel beso. Él se retira al baño y escucho que comienza a llenar la tina. Me dejo caer en la almohada recordando algo que me quiere poner a temblar de
VICTORIA Hoy, en definitiva, no quiero pararme. Me duele hasta el alma. Estas tres últimas semanas no han sido fáciles. En el día tengo que estar ayudando a Ben a controlar sus poderes y por las noches... No sé para qué me quejo si bien que lo disfruto. Lucien, desgraciado, verás que la próxima te amarro yo a la cama. Para poder dormir más horas. —"Vamos, nuestro cachorro ya casi está listo, solo nosotras podemos ayudarlo." —"¿Crees que si logre controlarlo?, aún me da miedo de que Lucien se entere de que le pasé mis poderes a Ben." —"Ha demostrado amarte mucho, mira el lado positivo, ya te has ganado más su confianza." Por fin me levanté. Me fui al baño y ya en media hora estaba afuera. Apenas terminé de vestirme cuando mi hijo entra como un tornado de emoción. —Vamos mamá, apúrate. Me dejé llevar por él hasta su campo de entrenamiento diseñado solo para él. Lucien debe estar podrido en dinero. Creo que es hora de que lo gaste. ***** LUCIEN ¡PUM
LUCIEN ¿Con qué propósito y para qué?, algo sabía la madre de Victoria. Algo me está faltando en esto. Abro de nuevo el libro y justo en la imagen de la loba. Observo detenidamente su poder. Como si ya lo conociera. Y ya lo conozco. Aprieto los puños a mi costado sintiendo que la rabia burbujea por mis venas. Mis músculos se tensan y aquella aura destructiva pide salir. Este poder solo lo tienen los lobos guardianes. Más preciso esas lobas. Entonces, ¿cómo demonios Ben lo tiene? Comienzo a dar vueltas en la habitación con mi poder brillando alrededor. Mi respiración es agitada y acalorada y siento que la piel me arde de rabia. ¿Acaso fue por ella? ¿Qué otra explicación habría? Esa bruja desgraciada lo sabía y ya voy a ir a sacarle la verdad. Salgo de mi oficina, hecho una fiera, todos los que me ven se hacen a un lado e inclinan la cabeza. Llego hasta el campo de entrenamiento de Ben y ya veo a mi objetivo. Todo lo que veo es rojo mientras me acerco a