La noticia de que uno de los exploradores de Kael había sido visto en el bosque sacudió a Cuarto Creciente. El consejo de la manada, liderado por Aria, se reunió de inmediato para discutir las defensas y preparar a la comunidad para lo que podría ser un ataque inminente. Sin embargo, mientras los preparativos avanzaban, secretos y tensiones ocultas comenzaban a salir a la superficie.Aria se sentó al frente de la mesa de la sala principal, rodeada por los líderes más confiables de la manada. Thane y Darius ocupaban sus lugares habituales, junto con otros guerreros y miembros estratégicos. Gabriel permanecía en la esquina, ansioso por escuchar, mientras las gemelas jugaban cerca, ignorantes del peligro.Aria:“Kael está moviéndose. Sabemos que uno de sus exploradores estuvo aquí. No podemos asumir que esto sea solo una amenaza vacía. Debemos actuar como si el ataque pudiera ocurrir en cualquier momento.”Thane:“¿Y qué propones? Sin Raiden y Amir aquí, nuestras fuerzas están reducidas.
El mensaje escrito con sangre dejó a Cuarto Creciente en estado de alerta máxima. Los guerreros reforzaban las defensas, mientras Aria hacía todo lo posible por mantener la calma entre los miembros de la manada. Sin embargo, el peso de la inminente batalla se sentía en cada rincón del territorio. Esa noche, cada lobo se enfrentaría a sus miedos y decidiría qué tipo de fuerza llevaría al conflicto que se avecinaba.Thane, después de recibir atención médica por sus heridas, se encontró con Aria en el claro central. Su expresión estaba endurecida, pero sus ojos reflejaban preocupación.Aria:“¿Qué crees que significa el mensaje? ¿‘La luna se alzará para consumir la luz’?”Thane cruzó los brazos, su voz grave.Thane:“Kael no es solo un alfa hambriento de poder. Está obsesionado con destruir todo lo que Cuarto Creciente representa. La luz… somos nosotros. Quiere aplastar nuestra esperanza.”Dentro de Aria, Selene gruñía suavemente, impulsándola a mantenerse fuerte.Selene:“No puede consu
Mientras el amanecer se extendía sobre Cuarto Creciente y la amenaza de Kael se hacía más real, Aria cerró los ojos y buscó dentro de sí una fuerza que no había utilizado en mucho tiempo. Como Luna de la manada y compañera de Raiden, compartían un vínculo profundo, uno que trascendía las palabras. En momentos de necesidad, podían comunicarse a través de sus lobos internos, un regalo raro que pocos alfas y lunas poseían.Aria respiró profundamente, sintiendo la presencia de Selene dentro de ella. Se centró en la imagen de Raiden, en la fuerza de su vínculo y en el amor que los unía. La conexión era débil al principio, como un hilo que se estiraba a través de la distancia, pero pronto escuchó su voz, baja y llena de tensión.Raiden (telepáticamente):“Aria… ¿qué sucede?”Las palabras de Raiden llenaron su mente, y Aria sintió una ola de alivio al escuchar su voz. Dentro de ella, Selene rugió suavemente.Selene:“Finalmente. Lo necesitamos ahora más que nunca.”Aria (telepáticamente):“K
Capítulo 1: La Noche del Destino El bosque estaba cubierto por un manto de oscuridad, y solo los tenues rayos de la luna llena lograban atravesar el espesor de los árboles, iluminando de manera intermitente el camino que llevaba al corazón del territorio de la manada Luna Oscura. La joven protagonista, Aria, caminaba con paso firme, sus ojos brillantes y expectantes, llenos de la energía de quien está a punto de alcanzar un hito en su vida. Aria era una figura esbelta y atlética, con una belleza salvaje que reflejaba su herencia de lobo. Su cabello largo y oscuro caía en ondas suaves sobre sus hombros, y sus ojos, de un tono gris plateado, relucían como la luna misma. Había crecido en la manada Luna Oscura, una de las más respetadas y antiguas manadas de lobos, y desde pequeña había aprendido a honrar y respetar las tradiciones. Sabía que en esta noche especial, la luna marcaría su destino, revelándole a su mate, la pareja con la que compartiría un vínculo sagrado, un lazo inquebra
Capítulo 2: El Camino de la Huida Aria corría a través del bosque, sus pasos resonando en la quietud de la noche. Los árboles pasaban como sombras a su alrededor mientras la adrenalina y el dolor la impulsaban a seguir adelante. Cada latido de su corazón era un recordatorio del vínculo roto, una herida invisible que pulsaba dentro de su pecho y que parecía imposible de sanar. La humillación de haber sido rechazada públicamente por Kael y las crueles palabras de Lyra la llenaban de rabia y desesperación, y esa mezcla de emociones la llevaba a correr cada vez más lejos, sin detenerse a mirar atrás. La luna llena brillaba sobre su cabeza, como si observara en silencio su dolorosa huida. En su mente, Aria repetía las palabras que Kael había pronunciado: él había elegido a alguien más, alguien que consideraba fuerte y digno de estar a su lado. Pero Aria sabía que eso no era fuerza; lo que Kael había mostrado esa noche era frialdad y desprecio, una falta de honor hacia la tradición de la
Capítulo 3: Territorio de Cuarto Creciente Aria caminaba en silencio detrás de Raiden, observando cada paso que daba en el terreno desconocido. Su cuerpo estaba cansado, sus músculos adoloridos después de una noche de huida, y el peso emocional de la traición aún la perseguía. Aun así, sentía una chispa de esperanza, una pequeña luz que se encendía en su interior. Había dejado atrás su antigua vida en la manada Luna Oscura y, aunque el destino que le aguardaba en el territorio de Cuarto Creciente era incierto, cualquier cosa parecía mejor que regresar a los brazos de quienes la habían rechazado. Mientras avanzaban, Aria aprovechaba para estudiar a Raiden. Él caminaba con una confianza tranquila, sus hombros relajados pero alerta, como si cada fibra de su ser estuviera siempre lista para atacar o defender. Raiden no era un lobo cualquiera. Su presencia imponía respeto, y aunque su reputación lo precedía, Aria no podía evitar sentir una atracción inexplicable hacia él. Había algo en s
Capítulo 4: Ecos de InstintoEl tercer día de Aria en la manada Cuarto Creciente llegó con un aire tenso y una sensación de ansiedad que ella no lograba sacudirse. Aunque su cuerpo aún estaba adolorido por el entrenamiento bajo la supervisión de Freya, Aria sentía una energía renovada, como si algo en su interior estuviera despertando. Caminaba entre las cabañas, sintiendo cómo las miradas de los demás lobos se posaban sobre ella, y aunque algunas eran de desconfianza, otras comenzaban a mostrar un leve respeto.Mientras tanto, Raiden observaba desde la distancia. Había notado algo inusual en los días previos, algo que le atraía de Aria de una manera que no podía comprender del todo. Su lobo interior, siempre feroz y controlado, se revolvía cada vez que ella estaba cerca, como si estuviera ansioso por acercarse más. Había conocido a muchas lobas antes, pero ninguna había provocado en él esta mezcla de curiosidad e intensidad que sentía cada vez que Aria aparecía en su campo de visión.
Capítulo 5: Un Lazo InquebrantableEl tiempo comenzó a pasar en Cuarto Creciente, y cada día Aria se adentraba más en la rutina de la manada. Su entrenamiento con Freya era agotador, pero se negaba a ceder ante el cansancio. Sabía que cada lección, cada golpe y cada caída eran una oportunidad para fortalecerse, para demostrar que era digna de pertenecer a este lugar. Sin embargo, su relación con Raiden, aunque nunca discutida abiertamente, estaba llena de una tensión latente que crecía con cada encuentro.Cada vez que Raiden y Aria se encontraban en el claro, sus lobos interiores respondían con una ferocidad que los dejaba sin aliento. Raiden se esforzaba por mantener el control, pero su lobo se rebelaba cada vez más, queriendo acercarse a ella, protegerla y marcarla como suya. Aun cuando sabía que no debía permitir que sus instintos se apoderaran de él, sentía que algo en Aria lo llamaba de una manera que no podía ignorar.Una tarde, durante el entrenamiento, Freya los reunió a todos