Capítulo 48: Cinco Años de CrecimientoCinco años habían pasado desde la llegada de Gabriel, y en ese tiempo, Cuarto Creciente se había llenado de risas, juegos y una alegría que parecía infinita. La familia que Raiden y Aria habían construido había pasado por mucho, superando dolores, miedos y desafíos. Sin embargo, con cada día que pasaba, su vínculo se fortalecía, como si el tiempo y las experiencias compartidas hubieran sellado su amor y lealtad de una manera indestructible.Amir y Laila, quienes habían llegado con tanta confusión y dolor en sus corazones, ahora eran jóvenes llenos de vida y risas. Los recuerdos de sus primeras noches en Cuarto Creciente, plagadas de pesadillas y temores, parecían ya una historia lejana. A sus diez y ocho años, respectivamente, se habían convertido en los protectores y compañeros de juegos de Gabriel, y en el orgullo de Aria y Raiden.Amir, el mayor, había asumido un rol protector hacia sus hermanos menores. Aunque de niño había sido reservado y a
Capítulo 1: La Noche del Destino El bosque estaba cubierto por un manto de oscuridad, y solo los tenues rayos de la luna llena lograban atravesar el espesor de los árboles, iluminando de manera intermitente el camino que llevaba al corazón del territorio de la manada Luna Oscura. La joven protagonista, Aria, caminaba con paso firme, sus ojos brillantes y expectantes, llenos de la energía de quien está a punto de alcanzar un hito en su vida. Aria era una figura esbelta y atlética, con una belleza salvaje que reflejaba su herencia de lobo. Su cabello largo y oscuro caía en ondas suaves sobre sus hombros, y sus ojos, de un tono gris plateado, relucían como la luna misma. Había crecido en la manada Luna Oscura, una de las más respetadas y antiguas manadas de lobos, y desde pequeña había aprendido a honrar y respetar las tradiciones. Sabía que en esta noche especial, la luna marcaría su destino, revelándole a su mate, la pareja con la que compartiría un vínculo sagrado, un lazo inquebran
Capítulo 2: El Camino de la Huida Aria corría a través del bosque, sus pasos resonando en la quietud de la noche. Los árboles pasaban como sombras a su alrededor mientras la adrenalina y el dolor la impulsaban a seguir adelante. Cada latido de su corazón era un recordatorio del vínculo roto, una herida invisible que pulsaba dentro de su pecho y que parecía imposible de sanar. La humillación de haber sido rechazada públicamente por Kael y las crueles palabras de Lyra la llenaban de rabia y desesperación, y esa mezcla de emociones la llevaba a correr cada vez más lejos, sin detenerse a mirar atrás. La luna llena brillaba sobre su cabeza, como si observara en silencio su dolorosa huida. En su mente, Aria repetía las palabras que Kael había pronunciado: él había elegido a alguien más, alguien que consideraba fuerte y digno de estar a su lado. Pero Aria sabía que eso no era fuerza; lo que Kael había mostrado esa noche era frialdad y desprecio, una falta de honor hacia la tradición de la
Capítulo 3: Territorio de Cuarto Creciente Aria caminaba en silencio detrás de Raiden, observando cada paso que daba en el terreno desconocido. Su cuerpo estaba cansado, sus músculos adoloridos después de una noche de huida, y el peso emocional de la traición aún la perseguía. Aun así, sentía una chispa de esperanza, una pequeña luz que se encendía en su interior. Había dejado atrás su antigua vida en la manada Luna Oscura y, aunque el destino que le aguardaba en el territorio de Cuarto Creciente era incierto, cualquier cosa parecía mejor que regresar a los brazos de quienes la habían rechazado. Mientras avanzaban, Aria aprovechaba para estudiar a Raiden. Él caminaba con una confianza tranquila, sus hombros relajados pero alerta, como si cada fibra de su ser estuviera siempre lista para atacar o defender. Raiden no era un lobo cualquiera. Su presencia imponía respeto, y aunque su reputación lo precedía, Aria no podía evitar sentir una atracción inexplicable hacia él. Había algo en s
Capítulo 4: Ecos de InstintoEl tercer día de Aria en la manada Cuarto Creciente llegó con un aire tenso y una sensación de ansiedad que ella no lograba sacudirse. Aunque su cuerpo aún estaba adolorido por el entrenamiento bajo la supervisión de Freya, Aria sentía una energía renovada, como si algo en su interior estuviera despertando. Caminaba entre las cabañas, sintiendo cómo las miradas de los demás lobos se posaban sobre ella, y aunque algunas eran de desconfianza, otras comenzaban a mostrar un leve respeto.Mientras tanto, Raiden observaba desde la distancia. Había notado algo inusual en los días previos, algo que le atraía de Aria de una manera que no podía comprender del todo. Su lobo interior, siempre feroz y controlado, se revolvía cada vez que ella estaba cerca, como si estuviera ansioso por acercarse más. Había conocido a muchas lobas antes, pero ninguna había provocado en él esta mezcla de curiosidad e intensidad que sentía cada vez que Aria aparecía en su campo de visión.
Capítulo 5: Un Lazo InquebrantableEl tiempo comenzó a pasar en Cuarto Creciente, y cada día Aria se adentraba más en la rutina de la manada. Su entrenamiento con Freya era agotador, pero se negaba a ceder ante el cansancio. Sabía que cada lección, cada golpe y cada caída eran una oportunidad para fortalecerse, para demostrar que era digna de pertenecer a este lugar. Sin embargo, su relación con Raiden, aunque nunca discutida abiertamente, estaba llena de una tensión latente que crecía con cada encuentro.Cada vez que Raiden y Aria se encontraban en el claro, sus lobos interiores respondían con una ferocidad que los dejaba sin aliento. Raiden se esforzaba por mantener el control, pero su lobo se rebelaba cada vez más, queriendo acercarse a ella, protegerla y marcarla como suya. Aun cuando sabía que no debía permitir que sus instintos se apoderaran de él, sentía que algo en Aria lo llamaba de una manera que no podía ignorar.Una tarde, durante el entrenamiento, Freya los reunió a todos
Capítulo 6: La Marca del AlfaEl vínculo entre Aria y Raiden se fortalecía con cada día que pasaba. La manada Cuarto Creciente, aunque inicialmente desconfiada, comenzó a aceptar la presencia de Aria, viéndola como alguien digna del respeto de su alfa. El aura de poder que ambos irradiaban era innegable, y sus lobos interiores parecían sincronizados de una manera que desafiaba las leyes naturales de la manada.Una noche, mientras la luna se alzaba en el cielo, Raiden convocó a Aria al claro principal de la manada. El aire estaba cargado de expectación, y su lobo interior vibraba con una energía que hacía que su piel hormigueara. No sabía qué esperar, pero sentía que aquella noche algo importante estaba a punto de suceder.Cuando llegó al claro, encontró a Raiden esperándola bajo la luz de la luna. Su figura imponente y sus ojos rojos la observaban con una intensidad que la dejaba sin aliento. Aria sintió cómo su lobo interior se agitaba, como si supiera que esa noche sería decisiva.R
Capítulo 7: La Llama de la ConexiónLa marca de Raiden brillaba en el cuello de Aria, un símbolo de su vínculo, la promesa de lealtad y de una unión más profunda que cualquier alianza que hubiese conocido. Aquella noche, bajo la luz intensa de la luna llena, sentía la conexión entre ellos con una intensidad casi palpable, como si la propia naturaleza se hubiera alineado para llevarlos a ese momento.Raiden la miraba en silencio, pero en sus ojos había una devoción que Aria no podía ignorar. Su figura alta y poderosa irradiaba una seguridad que le daba paz, pero esa noche, su mirada reflejaba también algo más, una mezcla de admiración y deseo que la dejaba sin aliento. En todo ese tiempo en Cuarto Creciente, nunca lo había visto así, tan humano, tan vulnerable.Raiden avanzó hacia ella, cada paso cuidadoso, con una suavidad que contrastaba con su usual seguridad de alfa. Cuando llegó a su lado, levantó una mano, rozando su mejilla con una ternura que hizo que Aria cerrara los ojos, dis