Capítulo 40: La ReconexiónLas semanas en Cuarto Creciente parecían fluir como una corriente profunda, lenta pero constante. La vida en la manada continuaba su curso, y cada noche Raiden y Aria buscaban refugio en su vínculo, uniendo sus cuerpos en una danza que mezclaba el dolor de la pérdida con la necesidad de redescubrirse. Aria, aunque todavía arrastraba el peso de su tristeza, cumplía con su papel de esposa y Luna, entregándose a su alfa. Al principio lo hacía con cierta distancia, como si su alma aún se resistiera a dejar ir el dolor, pero lentamente, casi sin darse cuenta, empezó a redescubrir en esos momentos una chispa de vida.Raiden lo notaba. Cada noche, se entregaba a ella con una pasión y ternura renovadas, como si quisiera recordarle cuánto la amaba y que nunca estaría sola. Había momentos en los que su urgencia se transformaba en una necesidad profunda de ser uno solo con ella, de abrazarla y entrelazarse de tal forma que el dolor se diluyera en el amor que compartían
Capítulo 41: La Noche del MilagroHabía algo en el aire esa noche, algo que parecía envolver a Cuarto Creciente con una energía poderosa e intensa. Aria lo sentía en lo más profundo de su ser; su lobo interior estaba inquieto, su piel vibraba con una sensibilidad que parecía anticipar algo más profundo que las noches habituales que compartía con Raiden. A pesar de los meses de sanación, de la reconstrucción de su vínculo y la lenta recuperación de su espíritu, algo en ella seguía sintiendo una mezcla de dolor y esperanza, una emoción contenida que no lograba dejar ir por completo.Raiden lo notó también. Al acercarse a ella esa noche, percibió en el aire una mezcla de deseo y necesidad, una urgencia que latía bajo la superficie y que no se parecía a nada que hubieran experimentado en los últimos tiempos. Sabía que la época de apareamiento estaba cerca, un ciclo natural que, en los lobos, despertaba un instinto incontrolable, una necesidad de unirse de una forma que iba más allá del si
Capítulo 42: La Pista que lo Cambia TodoLas semanas de alegría por el embarazo de Aria se vieron repentinamente interrumpidas por un hallazgo inesperado. Uno de los exploradores más experimentados de Cuarto Creciente, que Raiden había enviado para vigilar los territorios cercanos, regresó al campamento con noticias inquietantes. Había encontrado una pista sobre Lyra, una pista que podría llevarlos directamente al lugar donde se escondía y, tal vez, donde su hijo perdido aún vivía.Raiden estaba en la cabaña que compartía con Aria cuando el explorador llegó. Con una mezcla de esperanza y cautela, escuchó cada palabra del informe, su corazón latiendo desbocado al imaginar la posibilidad de que su hijo aún pudiera estar vivo, de que todo lo que Kael le había dicho sobre su muerte pudiera ser una mentira destinada a atormentarlo. Raiden miró a Aria, que había escuchado la conversación con los ojos llenos de una mezcla de emoción y temor.Explorador: “Mi alfa, encontramos huellas en una r
Capítulo 43: La Pista InesperadaCuando Raiden y sus guerreros finalmente entraron en la pequeña cabaña, el aire estaba impregnado de una esencia que les resultaba imposible de ignorar. Era el olor inconfundible de un niño, un aroma suave, reciente, que se extendía por cada rincón del lugar. Raiden sintió una oleada de emoción y esperanza que lo invadía completamente, y se quedó inmóvil por un instante, dejando que el aroma llenara sus sentidos, que le confirmara que su hijo estaba vivo.Aria, quien había llegado con él al borde del claro y aguardaba con ansiedad, entró en la cabaña al ver la expresión de asombro y alegría en el rostro de Raiden. Ella también percibió el aroma, y su corazón latió con una intensidad que no recordaba haber sentido en mucho tiempo. Las lágrimas brotaron de sus ojos, no de tristeza, sino de un alivio tan profundo que era casi imposible de expresar. Sabía, sin lugar a dudas, que su hijo había estado en ese lugar, que había respirado ese mismo aire, y que a
Capítulo 44: El Encuentro Final Raiden y su grupo de guerreros avanzaban rápidamente por el bosque, siguiendo el rastro que Lyra había dejado en su apresurada huida. Habían encontrado la cabaña, el aroma de su hijo impregnado en cada rincón, y eso los había llenado de una renovada determinación. La certeza de que el niño estaba cerca y que aún podían salvarlo impulsaba a Raiden y a Aria a seguir adelante, sin descanso. Después de horas de búsqueda y de rastrear cada pista, finalmente llegaron a un claro donde una pequeña cabaña de aspecto descuidado se escondía entre los árboles. Freya, que iba junto a Raiden, levantó la mano, indicando que todos debían avanzar con cautela. Podían ver humo saliendo de la chimenea, una señal de que había alguien dentro. Era evidente que habían llegado a su destino. Raiden apretó los puños al acercarse, con el corazón latiendo desbocado. Finalmente, después de años de sufrimiento, de pérdida y de dolor, estaba a punto de recuperar a su hijo. Pero la
Capítulo 45: Las Primeras Noches en Cuarto Creciente Las primeras noches para Amir y Laila en Cuarto Creciente fueron como una prueba de fuego tanto para ellos como para Raiden y Aria. Los niños, que habían sido arrebatados de una vida que creían real, se encontraban ahora en un lugar completamente nuevo, rodeados de personas que apenas conocían y que afirmaban ser su verdadera familia. La transición no fue fácil, y sus corazones infantiles estaban plagados de dudas, temores y una profunda confusión. La primera noche fue especialmente difícil. Amir y Laila fueron acomodados en una habitación cálida, con camas suaves y una manta tejida a mano. Aria y Raiden habían querido darles el mayor confort posible, para que se sintieran seguros y bienvenidos. Sin embargo, el dolor y la confusión que los niños sentían no desaparecieron tan fácilmente. Aunque el entorno era acogedor y seguro, sus corazones estaban llenos de tristeza y extrañeza. Tan pronto como el sol se puso y la cabaña quedó e
Capítulo 46: La Llamada de un Nuevo Comienzo Los meses pasaron en Cuarto Creciente, y la espera para la llegada del nuevo bebé llenó el aire de emoción y esperanza. La presencia de Amir y Laila había traído desafíos, noches de dudas y lágrimas, pero también momentos de ternura y descubrimientos que fortalecieron el vínculo entre ellos y sus padres. Poco a poco, el amor y la paciencia de Raiden y Aria habían comenzado a sanar las heridas de los niños, a construir puentes que les permitieran confiar y sentirse seguros en su nuevo hogar. Aria, con el vientre ya prominente, se sentía llena de energía y de amor. Sabía que la llegada de un nuevo bebé sería un reto para la familia, pero también una oportunidad para unirse aún más. Amir y Laila, al principio reacios y distantes, habían empezado a mostrar curiosidad por el pequeño que estaba por nacer. Amir en particular, aunque mantenía cierto aire de reserva, solía acercarse a Aria en silencio, observando cómo su vientre crecía y tocándo
Capítulo 47: La Perspectiva de AmirMi nombre es Amir, y aunque soy solo un niño, siento que he vivido mucho. A veces pienso que mi historia ha sido como un sueño extraño y confuso, lleno de cosas que no entiendo. Hay días en los que recuerdo cuando estaba con mi mamá, la mamá que me crió. Ella era todo lo que conocía. Me decía que siempre estaría conmigo, que éramos solo nosotros dos y mi hermana Laila. Pero luego, un día, todo cambió.Recuerdo aquella noche en la cabaña. Recuerdo el sonido de la puerta al abrirse y cómo unos desconocidos entraron, diciéndome cosas que no podía comprender. Uno de ellos, un hombre alto con ojos serios, dijo que era mi padre, y una mujer con una mirada suave y cálida afirmó que era mi madre. Al principio, pensé que estaban mintiendo, que venían a llevarnos a algún lugar desconocido para hacerle daño a mi mamá y a Laila. Sentí miedo, y por eso les grité, les dije que no eran mis padres y que no quería conocerlos. No podía entender lo que estaba sucedien