Narrador:Tal y como le había prometido a Alicia, Luka llevó a su familia de paseo al parque de diversiones. Estuvieron toda la tarde divirtiéndose, y como él bien le había dicho, Alicia era una niña más. Sin embargo también dejó libre a su niño interior y se entregó a la diversión él también. Almorzaron en el parque y siguieron luego yendo a todos los juegos.‒ Los niños están exhaustos, Alicia‒ Sí, creo que deberíamos regresar – él le tomó la mano y detuvo su caminar - ¿Qué sucede, Luka?‒ Tengo una idea‒ ¿Una idea?‒ Sí, que tal si le decimos a David que lleve los niños a casa para que la Nana los acueste y nosotros nos vamos a beber algo, como solíamos hacerlo, ¿qué dices?Alicia quedó paralizada, eso se escuchaba como una cita‒ No sé si esté preparada aún para eso‒ ¡Anda Alicia!, no voy a morderte, estaremos en un lugar público, será divertidoElla lo meditó por unos segundos, hasta ahora él siempre cumplía sus peticiones, tal vez iba siendo hora de que ella cumpliera una suy
Luka:Me levanté sin hacer ruido para que no se diera por enterada. Quería que al despertar ya no me encontrara. No sabía si ella recordaría o usaría como excusa el efecto del exceso de alcohol para desentenderse y fingir que no se había dado por enterada de lo sucedido, o todo lo contrario, lo recordaría y estaría feliz, haciendo que esto fuera nuestro nuevo comienzo. En cualquiera de los casos, dejaría que fuera la propia Alicia que tocara el tema o lo dejaríamos allí, donde quedó. Salí de la habitación con sigilo y, luego de desayunar me encerré en mi despacho, tenía muchas cosas que planificar.‒ Buenos días Luka‒ Buenos días Renzo – había decidido que él también participara en la operación Yacuza – te ofreciste para ayudarme con los Yacuza y, si bien en un principio te había dicho que no, lo he reconsiderado y me vendrías muy bien‒ Tu sabes que puedes contar al cien por ciento conmigo, amigo, también me encargaré de que Alicia esté a salvo‒ Eso es lo primordial para ti – sonre
Alicia:Luego de darme un baño, me paré frente al espejo, me sentía diferente. Como ya dije, sabía que no era virgen, tenía no uno sino dos hijos que lo probaban, pero se había sentido como si fuera la primera vez. Ahora que estoy más relajada, lo pienso y no sé si me atrevería a hacerlo de nuevo. Limpié el vapor en el espejo para poder verme‒ Pero, ¿qué carajos es esto? – dije tocando mi cuelloTenía como una marca morada a la altura del cuello, debajo del lóbulo de la oreja, me lo había hecho Luka, pues recordaba en momento exacto, y que yo se lo pedí‒ Trátame como de tu propiedad y déjame una marca, que todos sepan que te pertenezco‒ Alicia, te desconozco‒ ¿No te gusta? – le susurré al oído‒ Me fascina esta nueva tu – y me marcóAdoré la sensación de sus labios apretando mi carne y succionando a la vez.De pronto sentí un fuerte pitido en los oídos, un sonido insoportable, me llevé las manos a la cabeza para taparlos, tratando de evitar que me taladraran, pero fue imposible, s
Narrador:Con el correr de los días, Alicia se fue recuperando del todo. La pareja no volvió a hablar de lo sucedido en el baño y mucho menos de la noche pasional que habían tenido, pues ambos parecían sentirse más cómodos haciendo de cuenta que eso no había ocurrido jamás. Sin embargo las marcas en el cuello, que ambos tenían, se los recordaba.De todas maneras, Luka no desaprovechaba la oportunidad, cuando estaba al alcance de la vista de Alicia, de abrir un poco su camisa y rascarse cerca de dicha marca, dejándola al descubierto, ya que, a pesar de los días que pasaron, seguía estando allí, un poco más difuminada, pero aún era claramente notoria. Frente a esa situación, la joven se sonrojaba y bajaba la mirada. No lo decían en voz alta, pero ambos tenían esa noche muy presente.– No me puedo creer que aún no hayan hablado, ustedes dos, de lo que ocurrió hace unas noches– Renzo, no es tan fácil– Luka, ¡por Dios!, en ese matrimonio siempre fuiste tú el adulto, compórtate cómo tal y
Luka:Habíamos llegado con Renzo, David y una veintena de hombres al hotel, todos se colocaron en lugares estratégicos, pues los Yacuza no demoraban en llegar. De uno en uno fueron llegando, hasta que el último, su jefe llegó. No quería que me vieran, pues ellos deberían creer que estaría Alicia y no yo.– Jefe, llegó el último – me comunicó uno de los chicos por el intercomunicadorAsí que le solicité a la recepcionista que lo entretuviera un poco en el salón hasta que yo llegara, no para presentarme, mi intención seguía siendo que no supiera que estaba allí, pero sí para poder verle yo y así reconocerle más tarde. Cuando llegué mi sangre se heló, pues en el medio del salón estaba parada Alicia, creo que se había paralizado, pues no se movía y se veía blanca como un papel, de inmediato corrí hacia ella y la llevé al ascensor. Pero allí se desmayó, la cargué en brazos y la llevé a la oficina. La recosté en el sillón y le di unas leves bofetadas para que volviera en sí, últimamente, es
Narrador:Alicia estaba en un total estado de shock, lloraba sin cesar y temblaba de continuo, ni el abrazo de su esposo lograba tranquilizarla. Entonces Luka pidió a la cocina un té relajante‒ Alicia te pedí un té a la cocina, ¿tienes tus pastillas para la ansiedad? – ella no le respondía – Alicia, mírame – pero ella no le obedecía – Alicia, necesito que me mires, ¡te lo suplico!Fue allí, ante la súplica desesperada de Luka, que quitó las manos de su rostro y lo miró‒ En mi bolso – respondió con la voz quebrada y casi en un murmulloLuka tomó el bolso y revisó, pero al no encontrarlas decidió darlo vuelta sobre la mesa y así, sí, pudo encontrarlas. Cuando le trajeron el té, se acercó a ella para dárselo‒ Toma cariño, bebe este té junto con las pastillas, te ayudará a calmarteElla cogió la taza y las píldoras que Luka le daba para tomarlas sin ofrecer resistencia‒ Gracias – murmuró‒ Mi vida… – Luka se sentó a su lado y acarició su espalda con ternura – le diré a Gustavo que te
Alicia:Tuve que contarle, sí, contárselo todo a Luka, él merecía saber mi verdad y sobre todo por lo que estaba pasando. Todos parecían creer que esta situación era fácil para mí porque no podía recordar nada, pero no lo era, es más, era muy difícil. Así que tenía que compartirlo con alguien y el mejor, sin lugar a dudas era Luka. Hacía ya un tiempo que venía recordando pequeñas cosas, como por ejemplo a Luka saliendo de una habitación guardando en su bolsillo un objeto de un color plateado brillante. El sonido que hace una cucharita cuando se golpea contra las paredes de una taza, verme frente a un espejo vestida de novia, él dándome su palabra, pero no sé ni porqué y ese sentimiento, sobre todo ese sentimiento que ahogaba a mi corazón. Al principio creí que era temor, no conocerlo me pareció una buena razón para ello, pero a medida que pasaron las semanas y los meses, me fui dando cuenta que ese sentimiento era algo más profundo, llegué a sentir que no podía respirar si no lo tenía
Luka:Tener en mis brazos a Alicia de esa forma era maravilloso, luego de todo lo que hemos pasado me parece increíble. Estos meses han sido muy tortuosos para mí, he tratado de tenerle toda la paciencia que he podido y hoy recogía los frutos de mi esfuerzo.Cuando me dijo “he vuelto y más enamorada de ti que nunca” mi corazón se estrujó, la abracé fuerte y no pude evitar ponerme a llorar como un niño. Ella ha sufrido mucho desde que tiene uso de razón, siempre traté de protegerla pero por un motivo u otro, siempre termina estando en peligro y volviendo a sufrir. ¡Y ahora esto de los Yacuza!, a medida que me lo contaba con lujo de detalle, mis tripas se revolvían, la sangre me hervía y el corazón se endurecía, quería matarlos, pero ¡matarlos ya!, aunque pensándolo bien, prefería que sufrieran un poco antes de encontrar la paz en la tumba, sobre todo al jefe, quien había sido el ideólogo de todo. Sus hombres sucumbirían también, pero ellos cumplían órdenes, aunque hayan participado y d