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El Origen de Zafiro
El Origen de Zafiro
Por: Kaluz12
Una chica misteriosa va al castillo

 Mi padre conoció a mi madre de manera muy peculiar, como si el destino no fuera juguetón, un día normal como cualquier otro, de camino al palacio del rey ve un carruaje varado a la orilla de un rio, lo esto le da curiosidad, vio una hermosa chica descalza a los pies del rio y con los ojos cerrados, se acerco creyendo que dicha dama lo había escuchado y dijo

   Laureano: es peligroso adentrarse un poco más, ya que la orilla es engañosa.

   Mi madre llamada Orquídea, media 1.65cm con unos hermosos ojos azul claro y de un cabello largo hasta la cintura de color rojizo oscuro, su piel era blanca como la leche y sobre sus mejillas unas hermosas pecas, mi padre de nombre Laureano al lado ella se veía un gigante de contextura delgada, media en realidad 1.85cm sus ojos eran verdes como el bosque, su cabello era castaño claro y su piel era blanco quemado.

   Como mi madre no lo escucho ya que estaba distraída con el sonido, al oírle no pudo evitar pegar un brinco que la hizo perder el equilibrio y caer al rio, mi padre asombrado dijo para si

   Laureano: ‘uy, creo que me pase’ -mientras se acercaba a la joven y con una sonrisa de disculpa dijo- lo lamento mucho mi lady, creí que me había escuchado llegar.

   Mientras estiraba su mano para alzarla no pudo evitar pensar que esa chica se enojaría, pero, humildemente acerco su mano a la de él y se dejó alzar con facilidad, Laureano al ver el aspecto de la joven tuvo que aguantar la risa, Orquídea algo confundida lo ve mientras se preguntaba

    Orquídea: ‘¿Por qué se ríe?’.

   Luego tímidamente miro su vestido de un color durazno con toques suaves de lila y morado todo empapado con algas del rio, no pudo decir nada porque la risa le gano, luego de unos minutos ambos pararon de reír y al ver como la chica trataba de quitar el alga de su vestido este se ofreció a ayudarla, Orquídea al ver el gesto atento de él le agradece, y mientras la ayudaba pregunto

   Laureano: ¿Por qué esta acá varada mi lady?

   La chica suspiro un poco y luego respondió: mi carrocero fue por mi maleta con uno de los caballos, ya que por error traje la maleta equivocada -suspira un poco y prosigue- así que me pidió que lo esperara.

   Laureano quien la escuchaba atentamente levanto una ceja y miro a los lados, luego de pensar un rato de que podía hacer comento: las noches acá son oscuras mi lady, si quieres puedo llevarte al castillo del rey Emiliano, hablare con él y explicare la situación.

   Orquídea pensaba hablar, pero fue interrumpida por Laureano quien dijo: aceptare luego vuestros regaños, pero no puedo ignorar una dama en esta condición.

   Orquídea sabía que tenía razón y acepto, tal como prometió Laureano la llevo hasta la entrada del castillo y la hizo entrar llevando en su mano derecha el equipaje que no era de ella, el rey al verla la abrazo con amor mientras ella decía

   Orquídea: tío, tu castillo es hermoso, me alegra por fin venir.

   Este feliz por su llegada ignora la ropa mojada de ella, pero al ver su cabello empapado no dudo en preguntarle el porqué mientras pedía una toalla para ella, Laureano quien iba a explicar, Orquídea toma la delantera y responde

   Orquídea: estaba en el lago descansando mis pies y un ruido en el rio llamo mi atención, vi una hermosa ave de sancudo y me quise acercar más, pero perdí el equilibrio y me caí.

   El rey Emiliano quien sabia como era ella con los animales sonrió y comento: ¡he!, eso es algo típico de ti Orquídea, pero es muy encantador.

   Ambos sonrieron un poco, Laureano se retiró y a la mañana siguiente muy con el alba noto como una linda joven de 18 años con un cabello rubio tostado de un peinado alto, ojos color turquesa y una piel blanca, con un vestido de color rojo con negro lo miraba con cierto enojo y mientras se acercaba a ella escucho como esta refunfuñaba y decía

   Amanda: esa niña me va a tener que dar muy buenas explicaciones, ya verás Laura esa de mi regaño no se escapa, quien se cree que es ¿la reina Isabel?

   Mientras bajaba y daba órdenes a diestra y siniestra, Laura una hermosa joven de 16 años, midiendo 1.60 con su cabello negro recogido y un vestido de varios tonos de azul, hacia que sus ojos marrones dieran un contraste suave a su piel bronceada, suspiraba a lo que Amanda decía y en tono suave replicaba

   Laura: ya está bueno y deja ya de mirar a todos con odio y gritar, por favor compórtate como la hermana mayor que eres.

   Amanda aún más enojada miro con odio a su hermana menor y como si su última palabra fuera una orden sentencio: Laura soy tu hermana mayor y me debes respeto, -mientras respiraba profundo dijo- la culpa no fue del todo mía, ella junto las valijas.

   Al ver a Laureano, Amanda ni corta ni perezosa lo llamo y como si fuera su lacayo le ordeno a ayudar a meter las valijas; lo que no contaba Amanda es que Laureano con modales y todo le respondiera y la dejara con la palabra en la boca para entrar al castillo, Laura rio a escondidas, Amanda moría de rabia.

   Mientras caminaba se encontró con Laureano y este le conto lo ocurrido mientras se disculpaba, el rey solo reía y decía que lo entendía y que el en su posición lo habría hecho igual. Ya al saludar sus sobrinas y haberles dado la bienvenida, Amanda no tardo ni dos minutos en preguntar por Orquídea y empezaba a hablar de ella, luego se escuchó una voz de fondo que dijo muy dulcemente

   Orquídea: sabes que es mala educación hablar de los demás sin que estén presentes.

   Orquídea al ver a Laureano le saludo y le dio los buenos días, mientras Amanda miraba eso pensaba en reclamar, pero Orquídea nuevamente la interrumpió comentando: debes moderar tu carácter, nuestra madre no nos enseñó eso.

   Orquídea era mayor que Amanda solo por un año, ella pudo conocer más de su madre hasta que dio a luz a su hermana Laura, debido a un parto complicado ambas no se podían salvar. Laura era la más parecida a su madre, Amanda era igual a su padre y Orquídea era una mezcla de sus padres pero con los ojos de su abuela.

    Luego de todos tomar el desayuno decidieron arreglar su equipaje y luego dar un paseo a los jardines, Laura no salía de los libros de poemas, admiraba a sheckspeare, Orquídea por otro lado no le agradaba ni él ni su novela, sentía que debió poner otro final. Lógicamente Amanda ni decía nada a favor ni encontrar, apoyaba firmemente la opinión de su padre

   Amanda: una mujer que lee se llena de ideas y fantasías, y eso era cosas de hombres.

   Amanda culpaba a Orquídea de que Laura nunca sacara la cabeza de un libro; Ambas decidieron no decir nada. Por otro lado, algo lejos el rey le había pedido a Laureano que vigilara a sus tres ángeles rebeldes, aunque algunos guerreros fieles al rey comentaban que la del medio era medio diablilla.

   En muchas ocasiones Laureano iba al socorro de las chicas, Laura por descuido casi cae al rio, a Orquídea por ver un huevo fuera del nido, y a Amanda de tanto regañar casi cae de cara en el lodo de los cerdos, aunque por mucho esfuerzo los dos cayeron, con lo que no contaba era que cerca de allí Orquídea llegaba con un caballo y bajo a ayudarlo a salir del lodo.

   Digamos que el destino al saber esto le puso más retos para que notara de cerca su chica ideal, cuando su hermana Laura le comentaba sus sospechas Orquídea decía

   Orquídea: hermanita, si el amor fuera así de fácil nadie sufriría

   Laura quien suspiraba decía una y otra vez: me encantaría que alguien me mirara de la misma forma que él lo hace, mírale su cara, sé que el está enamorado de ti -mientras suspiraba antes de ir a su recamara-.

   Esa noche Orquídea no pudo dormir, si ella tenía razón en ello entonces sería un amor imposible, igual no era seguro se levanto de la cama y camino en la alcoba para ver una gran luna llena miraba y decía para si

   Orquídea: ‘luna hermosa y bella, tú que todo lo ves y todo lo sabes, ayúdame a aclarar mis dudas, por favor…. Envíame una señal’ -sonrió y suspiro para luego comentar- creo que yo también he leído mucho- mientras volvía a la cama suspiro algo triste y exclamo- “desearía que fuera verdad”.

   Como si la luna hubiera escuchado su petición alguien toco la puerta, ella creyendo que podía ser una de sus hermanas dijo

  Orquídea: adelante -cuando se oyó la puerta abrir pregunto- ¿Qué ocurre hermana?

   Al ver que no era ninguna de sus hermanas si no Laureano y este al ver que no tenía su bata para estar presentable se volteo de golpe a lo que Orqui se sonrojo y se vistió rápido, cuando se acercó a el le hablo en voz baja

   Orquídea: gracias por ese gesto…pero, ¿Qué ocurre? Laureano -luego de notar como lo llamo corrigió y dijo- Lord Laureano.

   Este al ver su lindo gesto comento: Orquídea tu hermana Laura tiene fiebre. -este al ver que siguió el mismo error se iba a tapar la boca, pero Orqui sonrió y le pregunto-

   Orquídea: ¿Dónde esta ahora Laura?

   Mientras el le decía que le siguiera esta lo detiene y le dice que puede decirle en privado Orquídea, si a cambio ella deja que lo llame igual, este asiente hipnotizado a sus palabras y la lleva a la cocina, done Laura había bajado por un vaso de agua y la mucama al verla pálida toco su frente hirviendo y debían llamar a un médico, Laura medio desmayada busco a Orqui y le pidió que se quedara con ella, Orqui miraba a Amanda furiosa por las horas, para no poner tan tenso el ambiente esta dice

   Orquídea: Ama podrías recibir tu al doctor, yo la llevare a su cuarto y me cambiare rápido.

   Ama quita rápidamente su cara de enojo y ver como su hermana pedía su ayuda, como si las dos dependieran de ella esta asintió. Orqui le pidió a Laureano que la ayudara a subir y le pidió a una mucama que le buscara una ropa y a otra que por favor subiera agua con un paño; Ambas asintieron y fueron rápido a hacer el mandado.

Amanda, quien esperaba al doctor no tuvo tanto enojo al ver que estaba un poco más decente, pero igual decía para si: ‘esta Lau un día de estos mi cabello ya no será rubio sino blanco’.

   Orquídea por su parte luego de cambiarse e ir a la recámara de su hermana con las criadas, escuchaba como su pequeña hermana por la fiebre deliraba y decía

   Laura: “veo una nube de azúcar y miel por encima”.

   Orquídea al escuchar aquello olvido que estaba con más personas y mientras arrugaba la cara dijo: Uy Laura eso es empalagoso, no creo que sea una mezcla bonita.

   Laureano quien sonríe para hacerle notar a Orquídea que no estaba sola y está al oírlo se ruborizo y dijo

   Orquídea: disculpen, me deje llevar por el comentario de Laura, que esto quedé entre nosotros.

   Y para su picardía les guiña un ojo a los presentes a lo que las chicas y Laureano sonríen con picardía, al oír la voz de Amanda guardan su sonrisa y abren las puertas para que entre ella con el doctor Adrián quien era un chico joven de 30 años, era de piel blanco quemado, de contextura delgada pero fuerte, sus ojos eran negros y su cabello era castaño oscuro, quien tenía un pequeño maletín algo abultado mientras con una voz algo ronca decía

   Adrián: cuénteme Lady Amanda, que pudo causarle el desmayo a Lady Laura.

   Mientras entraba al cuarto y veía los presentes, al ver a Orquídea se le acerca y hace una leve reverencia como hizo anteriormente con Amanda, luego de allí no dudo ni un segundo y empezó a ver a Laura, Amanda indiscreta con la mirada ve fijamente a Laureano hasta el punto que este algo incómodo hace una reverencia y se va, Orquídea al ver el gesto de Laureano ve que Amanda lo presiona y al ver su hermana hace un gesto de no.

   Pero decide ignorar eso por ahora y centrarse en su pequeña hermana, quien algo preocupada pregunta: Lord, ¿Como ve a nuestra hermana?

   Este sin quitarle la mirada a Laura responde: mil excusas mi Lady, lamentó no haberme presentado soy Adrián, el médico de vuestro tío el Rey, pero vuestra hermana está muy delicada de salud, necesito hacerle algunas preguntas.

   Orquídea olvidando los modales comenta: no hay nada que excusar Lord Adrián, con gusto responderé a vuestras dudas.

   Este luego de tomar los apuntes, se alza del costado de la cama y dice: por favor mi Lady puede acompañarme.

   Al salir ambos de la recámara este le pregunta: ¿ha tenido estos desmayos antes?, ¿Alguien de la familia ha tenido problemas con el azúcar?

   Orquídea quien se asombra un poco dice: Lord Adrián, ¿tan grave es lo mi pequeña hermana?, si nuestra madre tenía problemas con el azúcar, ¿quiere decir que Laura tiene la misma enfermedad que nuestra difunta madre?, en cuanto a los desmayos ha tenido 4 desmayos, una fiebre así de alta no.

   Dr. Adrián: calma mi Lady, ya que es su primera vez con fiebre tan alta y un desmayo junto puede que no sea nada grave sino un resfrío por el clima, ahora el delirio fue producto de la fiebre alta, para saber si tiene la misma enfermedad que vuestra madre, pero es posible, recomiendo que la mantenga en observación y cualquier cosa no dude en buscarme, por ahora le daré este remedio. -abre de nuevo su bolso y saca un pequeño frasco de color carmesí, mientras se lo entrega a Orquídea dice- con una cucharada antes del almuerzo por 5 días estará más que bien.

   Orquídea mientras toma el frasco dice: muchas gracias doctor, lamentó que haya tenido que venir tan tarde, y no se preocupe por ello.

   Este mientras le sonríe y niega con la cabeza dice: mi Lady no tiene por qué disculparse, este es mi deber y amo lo que hago.

   Mientras Orquídea lo acompaña a la puerta, este vuelve a hacer una reverencia de despedida y sale del Castillo.

   Exactamente como dijo el Doctor Adrián a los 5 días Laura volvía a ser la misma de antes, ya que luego de que se fuera el doctor Amanda estaba otra vez con órdenes y regaños a ella, a Laura y Laureano, quien siempre en su defensa Orquídea se excusaba con un “yo se lo pedí” y Amanda a eso ni podía reclamar.

   Orquídea le pidió de favor a su tío que dejará que Lord Laureano fuera el caballero de Laura, este se extrañó un poco, pero al entender accedió, cuando Orquídea fue a hablar con Laureano no se llegó a imaginar que este estaba practicando con la espada de una manera algo ligera, ya que estaba sin camisa y estaba sólo peleando con un maniquí, Orquídea al entrar lo llama con formalidad, pero al notar como esta, se voltea de golpe y se excusa.

   Este algo curioso y confundido iba a preguntar el porque, pero al notar su futuro error reaccionó rápido y se tapó mientras ya vestido decía: discúlpame Orqui, lo tengo de costumbre que olvide cerrar el lugar.

   Mientras Orquídea aún con sus manos en sus mejillas decía: fue mi culpa Laureano yo debí haber tocado igual, fui imprudente.

   Sabía que en ese punto ella tenía razón, pero aun así le sonrió feliz de verla con sus mejillas sonrojadas, mientras admiraba ese gesto preguntaba: ¿Todo está bien?, ¿Usted está bien?

   Orquídea al explicarle a Laureano su preocupación y lo pedido a su tío Emiliano, le pidió que por favor dejará que el fuera el caballero de Laura, Laureano extrañado la observa y le pide que le cuente el motivo de su preocupación; Ella asiente y sentándose en un taburete y el en el piso para escuchar todo atentamente. Luego de una hora este responde

   Laureano: te seré honesto, ser caballero de un rey no es fácil, pero de una futura Duquesa es aún más difícil.

   Cuando Orquídea iba a hablar este la interrumpe y dice: seré el protector de Laura, pero no seré su caballero ya que quiero cuidar de otra futura Duquesa a armadura y espada.

   Ella sin entender comenta confundida y pregunta: corrígeme si me equivoco, ¿Quieres decir que vigilaras a Laura y avisaras si enferma, pero sólo como un guardia? ¿Significa que te gusta ya alguien y por eso rechazas el puesto?

   Laureano quien la mira hipnotizado y casi queriendo tocar sus lindas mejillas y tocar su cabello con el que ella juguetonamente lo cambia de un lado a otro responde: seré alguien que la vigile y cuide de sus caídas, pero no cuidaré de su corazón -mientras hace una pausa para calmar sus nervios termina de responder la otra pregunta- así es Orqui, hay una hermosa joven que me quita el sueño, me hace desear protegerla hasta con mi vida, quiero ser sólo el caballero de ella.

   Mientras oía su voz tan cerca de ella no podía evitar la tentación de querer tocar su rostro y sentir su piel, pero trata de contenerse con tantas ganas que su corazón iba a explotar, mientras lleva sus manos a su pecho y luego corre su cabello, respira y dice

   Orquídea: te entiendo Laureano, entonces le diré a mi tío que hable contigo y me diste una idea mejor.

   Cuando se pensaba ir para hablar con su tío, una fuerte brisa que provenía del establo la retuvo y ella juntando sus manos a su pecho cerró los ojos y dejó que esa brisa le susurrara y la abrazara.

   Los días pasaron y llegaban pequeñas cartas de su padre, preguntando como estaba todo y como seguía Laura, y debido a su preocupación iría de visita unos días y luego volvería y se llevaría una de las chicas, Orquídea, Amanda y Laura quedaron asombrada ante tal anuncio, Orquídea no se quería ir ya que a pesar de que se sentía a gusto, sentía una necesidad de quedarse.

   Luego de ir todas a sus recámaras, cada una con cartas de su padre especiales para ella, Orquídea se movía de un lado a otro dudando y sin saber que hacer prefirió estar un rato viendo la luna

   Voz mental de Orquídea: *en la carta indicó quien se irá con él y porque*.

   Algo que ella nunca hacia era espiar para oír a sus hermanas tras la puertaasí que cerca de su puerta dijo en voz baja para si

   Orquidea: “eso no se hace Orquídea, respeta” -a lo que se alejó de la puerta y se sentó en una silla y mientras apoyaba sus hombros al escritorio- “tengo que abrirla o no podré dormir”.

   Calmando sus nervios busco un abre cartas y la abrió, agarró en sus manos la preciada carta y la abrió para poder leer

   Voz de su Enrique: "Mi amada Orquídea, espero y te encuentres bien, aunque se que si lo estas y eso me alegra, lamentó no haber estado allá cuando recayó Laura, me enteré por mi hermano Emiliano, y que el médico ha tratado de ver que tiene la pequeña Lau. -leve pausa- Quisiera que vinieras a casa pero Florencia me ha recomendado que mejor cuides a Lau, ya que Amanda sólo ha dado quebraderos de cabeza al tío, a ti y a Lord Laureano. -pausa- Por favor cuida de Lau y avísame inmediatamente si algo ocurre, Florencia y Frida ya tienen planes para Amanda, luego te cuento el que… No le digas nada a Ama. Con amor tu padre el Duque Enrique de Mónaco".

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