Capítulo95
Faustino rápidamente ayudó con agrado a levantarse al anciano y a Yeison, diciendo:

—No quiero nada. Solo no soporto ver cómo maltratan al abuelo. En el futuro, trátenlo con más respeto, eso es todo.

—Sí, sí, doctor. Primero iré al juzgado a denunciar a esta mujer. Cuando regrese, ¡le traeré una gran pancarta de agradecimiento! —dijo Yeison, mandando al anciano a casa mientras él se llevaba a Lily y al niño a la ciudad para presentar la respectiva denuncia.

—¡Faustino, lo has hecho genial!

—¡Faustino, eres todo un hombre!

Lara y Larisa elogiaron a Faustino sin reservas.

Las decenas de aldeanos que observaban atentas también lo alababan:

—Este joven no es mayor, ¡pero es un doctor milagroso con habilidades extraordinarias!

—¡Y lo más importante de todo es que tiene excelente corazón!

—En el futuro, no iré a la ciudad para tratarme. ¡Solo vendré a esta clínica!

—Doctor, no me siento bien. ¡Por favor, examíneme!

—¡Yo también! ¡Quiero que el doctor me atienda!

Decenas de personas se amonto
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